"Los Orange deberían haber aprendido ya la lección", Amalia de Holanda y su polémica fiesta de cumpleaños

Nueva polémica en los Países Bajos protagonizada por la familia real. Y se puede decir que la historia se repite: una situación crítica a causa de la pandemia y unos reyes que son los primeros que parecen no hacer caso a las recomendaciones sanitarias, con el consiguiente escándalo mediático. Esta vez, la gran protagonista es Amalia de Holanda y una polémica fiesta de cumpleaños con la que celebró sus 18 años la pasada semana, sin respetar del todo las restricciones que estos días se han establecido desde el propio Gobierno, que incluyen el cierre de la hostelería a partir de cierta hora o reducción al mínimo del número de personas que pueden participar en una reunión.

Según reflejan varios medios del país, Amalia celebró su mayoría de edad el pasado sábado en los jardines que hay detrás del palacio de Huis ten Bosch. El Servicio de Información del Gobierno -ese órgano que regula todas las noticias sobre la familia real- ha confirmado a cabeceras como 'De Telegraaf' que la fiesta se organizó en el último minuto, después de que las festividades que se habían planeado desde palacio para festejar sus 18 años fueran canceladas debido a la situación sanitaria. "Amalia cumplió 18 años la semana pasada. Un momento importante en su vida", señalan desde este órgano.

Hasta ahí todo bien, si no fuera porque, según la prensa, se superó de forma amplia el número de invitados permitidos por las restricciones sanitarias. En una respuesta oficial que se ha dado desde palacio, se asegura que se pidió a todos que se sometieran a un test pata detectar coronavirus, que además todos ellos estaban vacunados, que se estableció la correspondiente distancia interpersonal entre los asistentes y que fue al aire libre. Pero el escándalo está servido, especialmente por el número de invitados. 'De Telegraaf' apunta a unos 100 asistentes, mientras que el Servicio de Información habla de 21. Sea como sea, actualmente la normativa estipula que no se puede invitar a más de cuatro personas a la vez a una casa, por lo que, aunque el dato que da este órgano sea cierto, también supera con creces la cifra permitida.

Casa Real se defiende alegando que la fiesta fue en el exterior de Huis ten Bosch, donde se instalaron un par de marquesinas para ofrecer protección contra la lluvia, tan habitual en el país. El problema es que ese jardín donde se celebró pertenece al recinto de palacio, así que a todos los efectos es una propiedad y se aplica la norma de los cuatro invitados. Y justo ahora que se ha pedido que las celebraciones navideñas sean reducidas y cuando se ha decretado el cierre de la hostelería a partir de las cinco de la tarde, no parece, desde luego, el mejor momento para saltarse las restricciones.

Y la polémica es aún más grave si tenemos en cuenta que no es la primera vez que la familia real de los Países Bajos está en el punto de mira por interpretar a su modo las restricciones sanitarias o hacer algo durante esta pandemia que no ha resultado ser muy ejemplar. Hablamos, por ejemplo, del exclusivo yate que adquirió el rey Guillermo en la primavera del año pasado, cuando la situación era crítica, de posar con espontáneos durante sus vacaciones sin mascarilla o estrechar manos a la multitud durante las celebraciones de la Eurocopa de fútbol, en el caso del monarca.

Pero, por supuesto, no podemos olvidarnos de aquel viaje que hicieron a Grecia en octubre de 2020, cuando la situación sanitaria en la zona era más que crítica y se había pedido encarecidamente a los ciudadanos que no salieran de casa. Sus planes de vacaciones se frustraron, tuvieron que volver y se vieron obligados a pedir perdón públicamente. Así que ha sido inevitable que, tras conocer esta celebración de la mayoría de edad de Amalia, nuestra memoria se vaya a aquel momento, uno de los escándalos más graves protagonizados por los Orange.

En Vanitatis hemos hablado con Rick Evers, periodista especializado en la familia real de los Países Bajos, que tiene una opinión clara al respecto de este nuevo desliz de los reyes Guillermo y Máxima: "Realmente esperaba que Amalia fuera más lista que esto, especialmente cuando pidió a su padre el año pasado públicamente que no hiciera bromas con el covid. Es inaceptable albergar una fiesta para 21 invitados, mientras que otros solo tienen permitidos cuatro. La familia real debería saberlo bien tras lo que pasó el año pasado, cuando volaron a Grecia en pleno confinamiento".

Evers es consciente de las alegaciones que se están haciendo desde palacio para explicar por qué se organizó está celebración, en especial el detalle de que fuera en los jardines de Huis ten Bosch, un dato en el que se está insistiendo mucho desde Casa Real para defenderse de las críticas, alegando que no incumplían ninguna norma al tratarse de un evento al aire libre. Pero este matiz no sirve para la prensa holandesa: "Sí, fue al aire libre, pero aun así es un muy mal ejemplo para el resto del país", nos explica el periodista.