Novedades sobre la salud de Constantino: el problema real del hermano de doña Sofía

Amanecíamos este jueves con noticias muy preocupantes sobre el rey Constantino de Grecia. Numerosos medios helenos informaban de que había tenido que ser ingresado de urgencia en un hospital privado de Atenas, el Hygeia. El motivo, una isquemia de la que no se habían dado más detalles. Pero, según han ido pasando las horas, hay ciertas novedades sobre la salud de Constantino, entre ellas cuál es el problema real que afecta al hermano de doña Sofía, y que no es el que se había apuntado en un principio.

Según las últimas informaciones, la afección del que fuera último rey de Grecia es pulmonar. Algunos periodistas cercanos a la Casa Real apuntan a un edema pulmonar, que no es otra cosa que acumulación de líquido. Y todo apunta a que ese problema habría sido provocado por una neumonía, de la que está actualmente siendo tratado en el mencionado hospital de Atenas. Fue este miércoles por la noche cuando fue trasladado en ambulancia hasta allí, después de haber sido atendido y estabilizado en el centro de salud de Kranidi, cercano a la casa de Porto Heli donde Constantino vive habitualmente.

Como es frecuente en estos casos, el equipo médico está suministrando al rey Constantino oxígeno para así ayudar a que sus pulmones puedan estabilizarse. La buena noticia es que no ha tenido que ser entubado ni estar conectado a una máquina de respiración artificial, por lo que, tras estas nuevas informaciones, parece que el estado de salud del hermano de la reina Sofía no es tan alarmante como podía parecer a primera hora de la mañana, cuando llegaban los primeros datos de este ingreso hospitalario.

Los mismos medios que siguen al minuto la información de Constantino aseguran también que junto a él se encuentran su esposa, la reina Ana María, y su hijo, el príncipe Nicolás, ya que es el único de los cinco vástagos que tuvo el matrimonio que vive actualmente en Grecia. Como es lógico, tanto Pablo desde Reino Unido como Alexia desde las islas Canarias, Theodora desde Estados Unidos y Philippos desde Suiza están pendientes permanentemente de su evolución y preparados para viajar a su país de origen en cuanto puedan para visitarlo.

A pesar de que las alarmas que saltaban hace unas horas se han calmado un poco, la preocupación por el estado de salud de Constantino no remite, puesto que en los últimos años sus visitas al hospital han sido frecuentes.

Los antecedentes

La primera importante fue en 2009, año en el que tuvo que pasar por quirófano en Londres, donde residía antes de poder volver a Grecia, ya que presentó ciertas dificultades cardiacas que se solucionaron con el reemplazo de una válvula aórtica y practicándole una cirugía de bypass. Solo cuatro años después, y ya viviendo en Grecia, tuvo que ser de nuevo intervenido, al padecer una obstrucción intestinal. Pero fue la embolia pulmonar que sufrió en 2016 el problema de salud más grave al que se ha tenido que enfrentar y que más secuelas le ha dejado. Desde entonces, tiene problemas de movilidad y ya no se puede separar de su silla de ruedas, además de presentar dificultades en el habla.

Tras este problema, sus apariciones públicas han sido contadas y muy escogidas, ya que solo ha salido de casa por motivos familiares, habitualmente felices, como la presentación de una biografía sobre su madre, Federica de Grecia, a la que acudió junto a la reina Sofía y la princesa Irene, la inauguración de una exposición de las fotografías de su hijo Nicolás o esporádicas reuniones con los suyos para alguna celebración de cumpleaños, siempre en su silla de ruedas, pero sonriente y con buen aspecto.

Y lógicamente, en esta época de pandemia, la preocupación por él ha sido mayor, ya que sus achaques le colocaban directamente en el grupo de personas que más riesgo podían tener en caso de contraer el covid. De hecho, durante el confinamiento en Grecia varios medios contaron cómo Constantino había transmitido a su círculo su inquietud por que la situación sanitaria retrasase tanto la boda de su hija Teodora que su salud se debilitara y no pudiera acompañarla al altar.

Con muchas dudas aún en el aire sobre si finalmente este enlace seguirá adelante, al menos puede estar satisfecho de haber podido asistir a los dos de su hijo pequeño, Philippos, y Nina Flohr, a las que no faltó. Una primera civil, celebrada el pasado diciembre en Saint Moritz, en la que además actuó como testigo, y una segunda religiosa, el pasado octubre. Fue, precisamente, la última vez que lo veíamos en público y quedaba entonces patente que sus habilidades motoras estaban muy limitadas, aunque disfrutó de la boda e incluso quiso celebrar una comida posterior para los miembros de la realeza que habían asistido.