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Así es la Casita del Infante de El Escorial: el palacio de soltero del rey Juan Carlos I
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Así es la Casita del Infante de El Escorial: el palacio de soltero del rey Juan Carlos I

La Casita del Infante o la Casa de Arriba es un coqueto palacio de recreo en la sierra de Madrid. Una residencia real muy especial para Juan Carlos I, ya que allí vivió su soltería

Foto: El rey Juan Carlos I, entonces Príncipe, en los Juegos del Mediterráneo celebrados en Túnez en 1967. (EFE/Luis Alonso)
El rey Juan Carlos I, entonces Príncipe, en los Juegos del Mediterráneo celebrados en Túnez en 1967. (EFE/Luis Alonso)

No podemos evitar que, al hablar de la localidad serrana de San Lorenzo de El Escorial, nuestra mente fluya hacia su edificio más emblemático: el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Una de las joyas arquitectónicas más importantes del mundo, única en su especie, que es de visita obligatoria. Sin embargo, su majestuosidad puede hacer que no nos fijemos en otros tesoros escondidos muy especiales.

Así, al igual que ocurre con el Palacio Real de Riofrío, a la sombra del Palacio Real de la Granja de San Ildefonso, o con el Palacio Imperial de Tokio, menos conocido que el Palacio Imperial de Kioto, hoy nos salimos del monasterio de El Escorial para poner rumbo a la Casita del Infante, donde vivió el rey Juan Carlos I.

placeholder El palacio conocido como la Casita del Infante, en San Lorenzo de El Escorial. (Cortesía/Patrimonio Nacional)
El palacio conocido como la Casita del Infante, en San Lorenzo de El Escorial. (Cortesía/Patrimonio Nacional)

Conocida también como la Casa de Arriba, en referencia a su situación frente al monasterio, fue construida por el prestigioso arquitecto de la corte Juan de Villanueva en el bosque de la Herrería y muy cerca de la Casita del Príncipe.

El diseñador del conocido como túnel de Villanueva (que conecta el Palacio Real con la Casa de Campo de Madrid) y artífice del edificio del Gabinete de Historia Natural, actual Museo del Prado, impulsado por la reina Isabel de Braganza, fue uno de los más relacionados en su época con la realeza. Siendo el favorito también de los grandes nobles de entonces.

placeholder El infante Gabriel de Borbón y Sajonia, hijo de Carlos III, en un retrato de Anton Raphael Mengs. (Cortesía/Museo del Prado)
El infante Gabriel de Borbón y Sajonia, hijo de Carlos III, en un retrato de Anton Raphael Mengs. (Cortesía/Museo del Prado)

Regresando a la Casita del Infante, Juan de Villanueva la creó como una casa de recreo en el campo para Gabriel de Borbón, el hijo pequeño del rey Carlos III. Su construcción duró dos años, de 1771 y 1773, y tiene un marcado estilo neoclásico, con toques típicos de la zona, como la piedra usada de las canteras locales. Un espacio muy querido para Gabriel de Borbón y Sajonia donde pasaba largas temporadas en sus estancias en España, ya que de adulto se asentó en Lisboa, y donde falleció en 1788.

Su diseño se inspira en el orden jónico de la arquitectura griega clásica, con un jardín planteado en terrazas al estilo italiano. Comenzando por su fachada, el arquitecto de la corte se inspiró en los palacios renacentistas de Palladio, dentro nos encontramos con un salón de doble altura pensado para escuchar conciertos (dado que se tiene constancia de la pasión del infante Gabriel por la música), y cuenta con decoración muy destacada, como los frescos de las Cuatro Estaciones, atribuido a Vicente Gómez.

placeholder Fachada principal y jardines la Casita del Infante. (Cortesía/Turismo Comunidad de Madrid)
Fachada principal y jardines la Casita del Infante. (Cortesía/Turismo Comunidad de Madrid)

Por desgracia, la mayor parte de la decoración original se perdió tras la remodelación de Fernando VII, una época de la que se conserva el velador poligonal en madera de caoba realizado por Ángel Maeso, ebanista de los Talleres Reales en el siglo XIX.

Un enclave coqueto y que invita al disfrute de una excursión sin grandes aglomeraciones y que además nos brinda unos espectaculares vistas al monasterio de El Escorial. Un privilegio que vivió en primera mano el rey Juan Carlos I durante su juventud.

placeholder El rey Juan Carlos I, durante su formación militar. (Imagen de archivo/Casa Real española)
El rey Juan Carlos I, durante su formación militar. (Imagen de archivo/Casa Real española)

A lo largo de su etapa juvenil como estudiante, residió en el palacio de Montellano invitado por los padres de Carlos Falcó, al que ahora recuerda su viuda, Esther Doña, en 'La vida de un gran hombre a través de mis ojos', los entonces marqueses de Griñón. Pasando a este palacete de campo durante su etapa de soltería tras la Academia Militar de Murcia. Más tarde, ya planeando su boda con la reina Sofía, se instalaría en el palacio de la Zarzuela un año antes de su enlace, en 1962.

De hecho, en este pequeño oasis real en la sierra de Madrid aún se conserva su habitación y su despacho. Además de ser el lugar donde recibieron don Juan Carlos y doña Sofía a la reina Isabel II y al fallecido Felipe de Edimburgo, que aún es uno de los royals más populares a pesar de su muerte, en un almuerzo de honor en 1988.

placeholder Jardines de la Casita del Infante, con vistas al monasterio de San Lorenzo de El Escorial. (Cortesía/Turismo Comunidad de Madrid)
Jardines de la Casita del Infante, con vistas al monasterio de San Lorenzo de El Escorial. (Cortesía/Turismo Comunidad de Madrid)

Ahora, tras permanecer cerrado desde marzo de 2020, esta instalación de Patrimonio Nacional ha vuelto a abrir sus puertas a los visitantes. Un palacio donde se encuentran colecciones pictóricas de gran valor como las encargadas por Carlos III de temática marítima.

Sin olvidarnos de joyas naturales como el gran cedro del Líbano que preside sus jardines, un árbol de más de 130 años de vida. Así, no dejes de visitar la Casita del Infante entre las montañas de El Escorial, un plan perfecto para disfrutar de la naturaleza, el arte y la historia en un solo paraje encantador.

No podemos evitar que, al hablar de la localidad serrana de San Lorenzo de El Escorial, nuestra mente fluya hacia su edificio más emblemático: el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Una de las joyas arquitectónicas más importantes del mundo, única en su especie, que es de visita obligatoria. Sin embargo, su majestuosidad puede hacer que no nos fijemos en otros tesoros escondidos muy especiales.

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