Iñaki Urdangarin, un padre adorado por sus hijos: cocinitas, juguetón y cariñoso
Al poco de mudarse a Ginebra, el marido de la infanta Cristina pasó a ser el responsable de la intendencia familiar. El caso Nóos convirtió a la familia en una piña
Cuando estalló el caso Nóos, la familia Urdangarin de Borbón se convirtió en una piña, en una roca inquebrantable. Y los cuatro hijos del matrimonio se volcaron en devolver a su padre todo lo que habían recibido de él. El exduque de Palma siempre ha sido un tipo alegre, simpático, cariñoso y entregado a los suyos, y sus hijos lo adoran. “Ha sido siempre su héroe”, cuentan desde su entorno más cercano.
Desde el círculo de la pareja suelen poner un ejemplo: “No es bonito comparar, pero si vemos cómo actúan los hijos de la infanta Elena y los hijos de la infanta Cristina, vemos que hay una diferencia y es por lo pendientes que han estado siempre los Urdangarin de la educación de sus hijos”. Siempre educados, incluso en plena crisis judicial, los sobrinos catalanes de Felipe VI saben cómo proceder en todo momento.
Los niños Urdangarin de Borbón se han educado como una familia normal, dentro de lo que cabe, claro. “La madre estaba siempre encima, les decía que dieran las gracias y pidieran las cosas por favor. Los llevaba de aquí para allá, siempre cariñosa, atenta y muy pendiente de todo -nos dice una amiga de la pareja-. Iñaki siempre hacía bromas, jugaba con ellos... Era un matrimonio feliz con unos hijos cuidados, queridos y muy educados”.
Regalos educativos
La querencia por la educación queda también plasmada en las relaciones que los Urdangarin han tenido con su círculo. En los cumpleaños de los hijos de sus amigos, la Infanta, su marido y sus hijos regalaban libros. Uno de ellos lo recuerda con ilusión. A su hija la obsequiaron con un ejemplar del 'Quijote' en versión infantil: “Sus regalos siempre eran educativos, cuidados, pensados para que el niño fuera mejor”, nos revela.
Cuando Iñaki y Cristina decidieron mudarse a Ginebra, lo hicieron por sus hijos. En especial por el mayor, Juan, quien sufría acoso en la escuela por parte de sus compañeros, cuyos padres hablaban en casa de Nóos y hasta llegaron a decir que no querían a esos niños en el colegio. Porque el centro escolar pasó a ser escenario mediático, algo que molestó profundamente a muchos alumnos y sus familias. Conscientes de que la situación era insostenible y de que no podían seguir viviendo en el mal llamado 'palacete de Pedralbes', primero buscaron un piso de alquiler por la zona y después decidieron poner tierra de por medio.
Amo de casa
Suiza se antojó la mejor de la opciones, algo que ahora se ha demostrado acertado. Se mudaron a Ginebra, decíamos, y se llevaron consigo a la trabajadora interna que les había acompañado desde sus primeros días como padres. Pero la señora se jubiló y ante la falta de trabajo de Iñaki, el matrimonio decidió que fuera él quien se encargara de la logística doméstica. Una mujer acudía unas horas a la semana para limpiar y poner orden, pero era Iñaki quien cocinaba casi a diario y llevaba a los niños al colegio. Era un perfecto amo de casa.
Con su carácter divertido y abierto, y esa querencia por tocar y besar, muy alejada del control emocional monárquico, Urdangarin tenía a sus hijos encantados. “Es el típico padre ideal, siempre les hace reír, jugaba con ellos, les ha enseñado un montón de cosas. Mira Pablo, que es jugador de balonmano como su padre, su héroe”. Lo ha escrito el mismo Pablo muchas veces en sus redes sociales. El segundo hijo del matrimonio tiene su cuenta de Instagram cerrada a cal y canto, sí, pero algunos de sus amigos nos han contado cómo ha publicado fotografías de su padre en las que ha escrito esa misma palabra, “héroe”, para definirlo. De nuevo, la misma palabra.
El modelo paterno
El proceso judicial del caso Nóos no hizo más que unir a la familia. Los hijos apoyaron a ambos, veían como sus padres sufrían y les daban todo el cariño del que eran capaces. Incluso Juan, el mayor, permaneció un año en Ginebra tras terminar sus estudios en Ecolint, para estar junto a los suyos. Cuando Urdangarin ingresó en prisión, una de las primeras visitas que recibió fue precisamente la de Juan, Juanito para los suyos, quien incluso se mudó a Madrid para poder estar cerca de él.
En la capital, Juan pasó unas semanas como voluntario en 2020 con la Fundación Entreculturas. Desde esta asociación nos contaban cómo había influido el caso del padre en el hijo. “El chico está muy concienciado a raíz de todo lo que ha hecho su padre. Además Iñaki Urdangarin también trabaja como voluntario, por lo que Juan se animó a ayudarnos”, decían entonces.
El abrazo
También en la vida de Pablo tiene peso su padre. Ya lo hemos dicho, ha seguido sus pasos deportivos y ahora cuenta con la tutela de Iñaki en su carrera en el balonmano. Todo lo que le dice Urdangarin va a misa. Miguel también lo adora, lo hemos comprobado en las fotografías que publica este miércoles ‘Lecturas’ , en las que vemos a padre e hijo fundidos en un profundo abrazo. Se interrumpe un matrimonio, quién sabe si para siempre, pero sigue la familia.
E Irene… “Irene es la niña buscada y deseada, el ojito derecho de su padre, una preciosidad estudiosa, obediente y buena que ve en su padre a un hombre víctima de todo”. Puede que esa victimización de Iñaki en su casa haya sido la que ha servido para que sus hijos comprendan que, después de todo lo que ha sufrido, haya decidido abandonar su anterior vida y buscar otro camino. Porque mientras la Infanta está dolida y sufre por lo que ha sucedido, sus hijos se mantienen fuertes, tristes por el desenlace, claro, pero no hay nada que echar en cara. El padre lo ha pasado muy mal y no es cuestión, nos dicen, de convertirlo en verdugo.
Juntos como familia
Y pese a que el matrimonio se interrumpe, la familia permanecerá unida. Al menos, cuando sanen las heridas. Lo decía el abogado de Urdangarin, Mario Pascual Vives, en ‘Espejo público’ este miércoles. El paso de Iñaki por prisión le ha cambiado, algo lógico, y eso lo veía su mujer, quien sufría por su actitud pero entendía que era normal.
Mario Pascual Vives admitía que el matrimonio vivía cierto desgaste, lo hemos dicho aquí muchas veces, pero nada que hiciera pensar en una interrupción del matrimonio. Hasta la semana pasada. Eso sí, juntos, ya lo recalcó Pablo, superarán el bache: “Nos querremos igual”. Pablo, que jugaba este miércoles un partido en Málaga, es una muestra de esas señales que mandan los amigos del matrimonio para recordar que la educación que han recibido los cuatro Urdangarin de Borbón es excepcional.
Cuando estalló el caso Nóos, la familia Urdangarin de Borbón se convirtió en una piña, en una roca inquebrantable. Y los cuatro hijos del matrimonio se volcaron en devolver a su padre todo lo que habían recibido de él. El exduque de Palma siempre ha sido un tipo alegre, simpático, cariñoso y entregado a los suyos, y sus hijos lo adoran. “Ha sido siempre su héroe”, cuentan desde su entorno más cercano.