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El rey Juan Carlos I, la mano que mece la cuna en la separación de Cristina e Iñaki
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FAMILIA DEL REY

El rey Juan Carlos I, la mano que mece la cuna en la separación de Cristina e Iñaki

La hermana de Felipe VI no da un paso sin consultar a su padre. Las Infantas suspenden un viaje a Emiratos previsto para esta semana y Cristina permanece en Ginebra

Foto: La infanta Cristina llega a la catedral de Barcelona del brazo de su padre. (Reuters)
La infanta Cristina llega a la catedral de Barcelona del brazo de su padre. (Reuters)

Fue una de las primeras personas en conocer la existencia de las fotografías de Iñaki Urdangarin con otra mujer. Juan Carlos I recibió la llamada de la infanta Cristina, quien le contó lo que sucedía. O lo que iba a suceder: que se iban a publicar unas imágenes que dejaban en evidencia la infidelidad de su marido. Y al verlas, al Rey emérito no le cupo duda. Las fotos “no engañan a nadie”, admitió en conversaciones con su entorno. Se dio cuenta al segundo de que se trataba de un ‘marrón’ en el que tenía que intervenir. Así que se ha implicado en ayudar a su hija, y desde el primer momento la ha tutelado y le ha dicho lo que tiene que hacer, cómo y cuándo.

Enfadado y sorprendido, el padre de la infanta Cristina es y será una de las personas clave en la "interrupción" de este matrimonio. La reina Sofía se ha convertido en el paño de lágrimas y el rey Juan Carlos en la mano que mece la cuna de un proceso de separación complejo y demasiado público. Y ella no da un paso, nos dicen, sin consultar a su padre.

placeholder Don Juan Carlos y la infanta Cristina, en una imagen de archivo. (Getty)
Don Juan Carlos y la infanta Cristina, en una imagen de archivo. (Getty)

Padre e hija hablan cada día por teléfono y a veces más de una vez. El Rey emérito se ha propuesto ayudar a la Infanta con todos los recursos de los que dispone y ha dejado de lado, por unos días, las preocupaciones sobre su vuelta a España. Las infantas Cristina y Elena tenían planeado viajar a Emiratos Árabes esta semana para visitar a su padre y seguir con sus conversaciones sobre el retorno del exmonarca, pero las fotografías de ‘Lecturas’ han dado al traste con todos los planes familiares.

No viajan a Abu Dabi

Las hermanas no viajarán a Abu Dabi por el momento. Y Cristina permanece en Ginebra, nos cuentan fuentes de toda solvencia, las mismas que indican que el pasado fin de semana no ha estado en Madrid. También se ha informado de que ha estado en Madrid unos días entre semana para visitar a su madre en el Palacio de la Zarzuela, un extremo que Vanitatis no ha podido confirmar de ningún modo.

Foto: Cristina y Urdangarin, en el día de su boda en 1997. (Gtres)

El fin de semana, eso sí, la infanta Cristina no estuvo en la capital como tampoco su hermana, quien decidió irse a las afueras con sus caballos y lograr así cierto reposo del acoso mediático que sufre. Porque la semana pasada hubo cámaras que incluso entraron en su propiedad privada, lo que ha indignado a doña Elena, según nos cuentan fuentes del entorno del Rey emérito. La hermana mayor de Felipe VI ha seguido yendo a diario a las oficinas de Mapfre, donde trabaja, desde el primer momento en el que apareció la citada revista. Elena de Borbón se siente molesta por la persecución de la que es objeto. Porque todo este encándalo está afectando de forma intensa a los familiares de la infanta Cristina.

Sus padres, un apoyo

Hay que tener en cuenta que sus padres, tanto la reina Sofía como el rey Juan Carlos, han sido un gran apoyo en los últimos tiempos. Pese a que al principio, cuando todavía reinaba, el Rey emérito le pidió en incontables ocasiones que se divorciara de su marido por el proceso judicial del caso Nóos. Pero una vez quedó claro que eso no iba a suceder, no al menos en aquel momento, tras abandonar el trono decidieron hacer de tripas corazón y apoyar a su hija.

Foto: La infanta Cristina y Urdangarin. (EFE/David Aguilar)

Incluso viajaron ambos a Ginebra hace cuatro años para celebrar el 50 cumpleaños de Urdangarin. También viajaron a Alemania para ver a su nieto Pablo jugar un partido de balonmano. Una jornada que pasaron con la madre de Iñaki, Claire Liebaert, y se dejaron fotografiar mostrando una total armonía. Todos estos gestos supusieron una bomba de oxígeno para el matrimonio.

Una lucha perdida

Ahora, estos momentos resuenan en la cabeza de padre e hija. Eran esfuerzos que Cristina les pedía a sus progenitores para tratar de normalizar su situación y para demostrar que su matrimonio era sólido. Todo en vano. Porque mientras ella luchaba por su familia, como nos dicen desde su entorno, por su matrimonio y por sus hijos, él tenía la cabeza en otros menesteres. Al menos en los últimos tiempos.

Los casi tres años que ha estado preso le servían, decía él entonces, para reflexionar, acercarse a la religión y a su mundo interior, para centrarse, en definitiva. Deseaba estar con su familia, en especial con su mujer, quien ha permanecido a su lado de forma excepcional. Ha ido a visitarle a la cárcel al menos dos veces al mes cuando la pandemia lo ha permitido. Y si no iba ella, iba su hermana, la infanta Elena, convertida en uno de los grandes apoyos de Urdangarin.

Foto: Iñaki y Cristina, el día de su boda.

Por mucho que doña Cristina supiera que las cosas no iban como debían, que había “distancia” y “desgaste”, hace tiempo además, según dicen sus amigos, nunca pensó que estaba a las puertas de interrumpir su matrimonio, una idea que jamás le entró en la cabeza. Para elaborar el comunicado sobre su separación que mandaron el lunes a la agencia EFE, la Infanta y su marido contaron con el apoyo del abogado de Iñaki, Mario Pascual Vives, según él mismo contó este martes a la salida de su despacho. Amigo de la pareja desde que vivían en Barcelona, admitió a Europa Press haber tenido "algo de participación" en la elaboración del escueto comunicado. Tanto Iñaki como Cristina estuvieron de acuerdo en los términos y decidieron ambos contar con el apoyo del letrado. Quedan todavía muchas cosas por decidir. Así que, por muy hundida que esté, la infanta Cristina intenta mantener la compostura, por sus hijos, quienes han sido siempre su gran prioridad.

Fue una de las primeras personas en conocer la existencia de las fotografías de Iñaki Urdangarin con otra mujer. Juan Carlos I recibió la llamada de la infanta Cristina, quien le contó lo que sucedía. O lo que iba a suceder: que se iban a publicar unas imágenes que dejaban en evidencia la infidelidad de su marido. Y al verlas, al Rey emérito no le cupo duda. Las fotos “no engañan a nadie”, admitió en conversaciones con su entorno. Se dio cuenta al segundo de que se trataba de un ‘marrón’ en el que tenía que intervenir. Así que se ha implicado en ayudar a su hija, y desde el primer momento la ha tutelado y le ha dicho lo que tiene que hacer, cómo y cuándo.

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