Amor y guerra: la historia de Sabina Komšić, la primera dama bosnia con la que Letizia almuerza hoy

El 9 de febrero está marcado en la agenda real con un nuevo encuentro de trabajo de Felipe VI con un líder político europeo. El Rey se entrevista con el presidente de Bosnia y Herzegovina, que ha viajado a España con su esposa, como puede leerse en la web de Casa Real, y posteriormente se celebrará un almuerzo en su honor en Zarzuela, no sin antes posar para los medios. Será entonces cuando veamos a Letizia junto a la primera dama del citado país, que para muchos de nosotros es casi una desconocida. Para acercaros un poco a su perfil, os contamos quién es Sabina Komšić y algunos detalles de su historia personal a través de los cuales descubrimos a una mujer fuerte y entusiasta.

Nacida hace 50 años, estudió en la Facultad de Ingeniería Civil, pero no pudo terminar la carrera debido al estallido de la guerra en el año 1992. Fue entonces cuando conoció al que hoy es el actual presidente, Željko Komšić, y podría decirse que fue cosa del destino. Aunque vivían en el mismo bloque de apartamentos de Sarajevo, no habían reparado el uno en el otro hasta ese momento. La propia Sabina contó los detalles de los inicios del romance en una entrevista concedida a la revista 'Gracija' hace un tiempo: “Željko vivía en el piso quince y yo en el décimo. Cuando nos conocimos, surgió el amor, y aquí estamos... Nos casamos después de la guerra, porque él no quería que lo hiciéramos estando en conflicto, porque estaba constantemente en primera línea y algo podría haberle pasado, así que no quería hacerme infeliz. Creo que fue muy justo de su parte. Así que esperamos que terminara la guerra y luego nos casamos. Fue una ceremonia modesta. Empezamos a salir el 28 de agosto de 1992 y nos casamos el 28 de agosto de 1996”.

Asegura que no hubo petición de mano romántica, sino que fue una especie de pacto de esperar a todo terminara y que sus vidas fueran más estables para poder iniciar su camino juntos. Un camino que hoy continúa. "Alimentamos nuestro amor todos los días. Es suficiente respetarse y apreciarse mutuamente y mostrarse una sonrisa todos los días", ha confesado la primera dama.

El segundo gran cambio de sus vidas vino con el ascenso de Željko a la presidencia de Bosnia y Herzegovina en 2006, cargo que es compartido con otros dos presidentes representantes de Serbia y Croacia. Antes, este licenciado en Derecho había sido alcalde de Nuevo Sarajevo. A Sabina no le importa reconocer que le dio miedo en un principio, pero aceptó las nuevas reglas de su día a día con paciencia. “Ahora, cuando salimos, tenemos que llevar escolta, todo un séquito. En principio, no dejamos que nada cambie... Eso sí, los vecinos están contentos por la nueva seguridad del edificio en el que vivimos: no hay robos, nada de drogadictos ni agujas…”, decía en la cita entrevista.

Otro de los puntos claves de la intrahistoria de la primera dama de Bosnia y Herzegovina tiene que ver con la maternidad. Željko Komšić y su esposa son padres de una joven llamada Lana, que tardó más de lo previsto en llegar: “Fue mi mayor problema: luchamos durante diez años para tener a Lana. Me sometí a siete fecundaciones in vitro. ¡Y a la séptima lo logramos!”. Este hecho también ha influido en la formación de Sabina: “No pude ir a la universidad durante cuatro años, y después de la guerra había otras prioridades. Cuando conseguí ser madre, que era lo más importante para mí, nunca se me ocurrió continuar la universidad. Hoy no me arrepiento”, reflexionaba.

Asegura que no le interesa la política y que nunca interfiere en el trabajo de su marido. Eso sí, no duda en confesar que le ayuda a elegir las corbatas. Ella también tuvo que cambiar un poco su estilo para ejercer su papel de consorte en diferentes actos. “Me tuve que comprar vestidos formales, aunque yo era más de vaqueros y camisetas”, cuenta divertida. Y para terminar… sus gustos musicales, que pasan por escuchar a U2 o Eric Clapton.