El palacio de Tatoi, refugio de la reina Sofía en su infancia, recobra su esplendor

Los jardines y los edificios en los que la reina Sofía disfrutó de sus felices años de infancia volverán a la vida. Tras más de medio siglo de abandono, el palacio real de Tatoi volverá a recuperar su esplendor. Por fin, el Ministerio de Cultura griego ha anunciado que las obras para la remodelación de la finca y sus edificios están a punto de comenzar. El plan de reconstrucción incluye la creación y apertura de un museo, cuatro zonas de exposición, numerosos puntos de servicios públicos como tiendas, restaurantes y cafeterías, un hotel y varias zonas habilitadas para diferentes actividades agrícolas.

Situado en lo que hasta el año pasado había sido un lugar privilegiado rodeado de frondosos bosques, a poco más de veinte kilómetros al norte de Atenas, la finca real de Tatoi tuvo que enfrentarse a uno de los desastres naturales más terribles que se recuerdan en la capital en los últimos años. Sin embargo, parece ser que los problemas creados en el entorno natural por los grandes incendios del verano pasado no van a ser un impedimento y todo se está desarrollando según lo planeado. Las propiedades que un día pertenecieron a la familia real griega serán restauradas como se merecen en el plazo previsto. Según el calendario, las obras durarán alrededor de dos años y medio. La finalización del proceso de restauración está prevista para 2025.

“Estamos llevando a cabo los procesos del plan de desarrollo de la antigua finca real de Tatoi de acuerdo con las fechas establecidas”, declaró la ministra de Cultura y Deportes griega, Lina Mendoni. Con un presupuesto total de 14,3 millones de euros, el proyecto será financiado inicialmente por el Fondo de Recuperación Europeo, pero se espera que atraiga el interés de muchas empresas. La idea del Gobierno griego no solo es que la finca sea autosuficiente, tal y como ya lo había sido en el pasado cuando contaba con su propia producción agrícola y ganadera. El ejecutivo pretende convertirla en un punto de referencia de interés cultural nacional e internacional.

El escenario donde discurrieron los primeros años de la Reina emérita y antigua residencia de la familia real helena lleva deshabitado desde 1967, año en el que Constantino y Ana María de Grecia pusieron rumbo al exilio con sus dos hijos pequeños, la princesa Alexia y el príncipe heredero Pablo, tras un golpe de Estado que desembocaría en la dictadura conocida como la Junta de los Coroneles. Tras años y años de abandono terminó siendo nacionalizado por el Estado en el año 2003 y designado como lugar histórico tras ser expropiado a la familia real.

Después de varios intentos sin éxito de devolverle a la propiedad su gloria perdida (obras de restauración que fueron abandonadas por falta de presupuesto y un intento de venta para privatizar la finca), en 2019 el Gobierno conservador de Kyriakos Mitsotakis anunció la intención de recuperar los terrenos que fueron inicialmente adquiridos por el rey Jorge I de Grecia en 1871 como residencia de verano de la familia real.

De acuerdo con el proyecto actual, el edificio principal del palacio real se convertirá en un museo en el que se expondrán muebles y objetos que pertenecieron a la familia real, que se complementarán con proyecciones. La taquilla de entrada, la cafetería y la tienda del museo se ubicarán en las antiguas cocinas mientras que en los edificios anexos del palacio se llevarán a cabo las funciones auxiliares de la finca y albergarán las oficinas de la administración del patrimonio.

Los edificios que una vez fueran ocupados por el personal que trabajaba en el palacio así como los talleres serán remodelados y convertidos en un hotel, que incluirá una zona de alojamiento para personalidades y visitantes ilustres. La denominada casa Sturm y el edificio de telecomunicaciones se utilizarán como espacios para la exposición de colecciones de temáticas individuales.

Pero, además de los espacios en los que residía la familia real, la finca de Tatoi contaba con alrededor de 40 edificios, entre los que se encontraban una herrería, una lechería, una carnicería, una carpintería e incluso un hotel. Graneros, establos y otras instalaciones agrícolas, entre las que destacaban las dedicadas a la producción de queso, aceite y vino, volverán a cobrar vida. Tal y como ha informado el Ministerio de Cultura y Deportes griego, algunas instalaciones mantendrán su utilidad original, como los almacenes.

Otros, sin embargo, serán remodelados y estarán dedicados a actividades completamente diferentes. Este será el caso de la pocilga, que se verá reconvertida en la elegante tienda principal de recuerdos de Tatoi, o los establos dedicados a guardar el ganado, que pasarán a albergar las salas de exposiciones donde los visitantes podrán contemplar los coches y carruajes pertenecientes a la familia real y que fueron encontrados en los establos del palacio durante los trabajos de mantenimiento llevados a cabo a durante 2020.

El mausoleo y la iglesia de la Resurrección, de la que aún se sigue conservando su uso original, también se abrirán al público. El puesto de vigilancia del recinto funerario será reconvertido en una sala de exposición sobre la historia del cementerio real, donde se encuentran enterrados todos los miembros de la Casa Real helena desde 1913 como Pablo I de Grecia y su esposa Federica, abuelos maternos del rey Felipe VI. Numerosas zonas de recreo y actividades deportivas al aire libre, instalaciones sanitarias, un cuartel de bomberos y de policía, así como centros dedicados a usos educativos y actividades creativas para niños, completan una oferta de ocio que pretende abrir sus puertas al público a finales de 2025, siguiendo los estándares de otros países en los que las residencias reales se han convertido en espacios culturales.