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El príncipe que fue enterrado por la nieve: 10 años del accidente que costó la vida a Friso de Holanda
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El príncipe que fue enterrado por la nieve: 10 años del accidente que costó la vida a Friso de Holanda

El hermano del rey Guillermo Alejandro murió a los 44 años en un accidente en Lech (Austria). Antes había renunciado a su derecho al trono para casarse con Mabel Wisse Smit

Foto: El príncipe Friso y Mabel de Holanda. (Cordon Press)
El príncipe Friso y Mabel de Holanda. (Cordon Press)

El plan del príncipe Friso era volar sobre la nieve austriaca junto a su amigo de la infancia Florian Moosbrugger. Ambos fueron el 17 de febrero de 2012 a esquiar fuera de las pistas. Era el último día de sus vacaciones allí, pero había caído tal cantidad de nieve en los días anteriores que el peligro de avalanchas en ese momento era de cuatro en una escala de cinco. Y pasó lo peor: el príncipe fue enterrado bajo una capa de nieve de decenas de centímetros a causa de una avalancha. Un accidente que costó la vida a Friso de Holanda y del que este jueves se cumplen diez años.

Moosbrugger había sido más precavido y usaba el conocido como airbag de avalancha, por si acaso. En caso de accidente, eso le permitía mantener la cabeza fuera. Y eso fue lo que pasó, y por lo que se libró de una muerte segura. La señal del localizador que tenía puesto Friso ayudó a encontrar el lugar dónde había quedado sepultado su cuerpo por la nieve, pero Moosbrugger y el equipo de rescatistas tardaron unos 25 minutos en liberarlo, 25 minutos que pasó sin oxígeno. La reanimación pulmonar llevó 50 minutos, por eso, el daño cerebral que le dejó el accidente fue grave.

placeholder Un retrato oficial del príncipe Friso de Holanda. (Getty/RVD)
Un retrato oficial del príncipe Friso de Holanda. (Getty/RVD)

Primero lo trataron en Austria y después lo trasladaron a un hospital en Londres, la ciudad donde vivía entonces. Pero las consecuencias del golpe no le permitieron recuperar la conciencia nunca más. Estuvo meses luchando por su vida. En julio de 2013 fue trasladado a Huis ten Bosch, el palacio real de La Haya, donde al final falleció el 12 de agosto. Lo hizo cerca de su madre, la princesa Beatriz, que había abdicado el trono de Países Bajos en Guillermo Alejandro en abril de ese año. Friso no pudo ser testigo de aquella ceremonia.

Nadie entendía cómo un amante y experimentado esquiador había sido tan poco precavido, así que todo el mundo empezó a buscar culpables. Algunos señalaron a su propio amigo, el mismo que lo sacó de debajo de la nieve y que se estuvo atormentando años por no haber rescatado antes al príncipe. Siete meses después del accidente, se decidió que no se le iba a denunciar por ese dramático accidente y que el único culpable de esa tragedia fue la nieve, y no haber hecho caso a la alerta cuatro. "Cada uno toma su propia decisión y el príncipe tomó la decisión equivocada", dijo en ese momento el director de la zona de esquí.

placeholder Guillermo Alejandro y Mabel, en el hospital de Innsbruck donde estuvo ingresado. (Getty/Daniel Liebl)
Guillermo Alejandro y Mabel, en el hospital de Innsbruck donde estuvo ingresado. (Getty/Daniel Liebl)

Un informe del servicio de avalanchas que se publicó con el príncipe aún en Londres luchando por su vida dejó claro que la avalancha fue incluso peor de lo que se pensaba inicialmente. Friso fue arrasado alrededor de medio kilómetro, y no 200 metros como se creía. Y cuanto más larga sea la avalancha, menores son las posibilidades de supervivencia. El daño cerebral severo que sufrió había sentenciado su vida y los médicos austriacos lo dijeron en cuanto su cuerpo llegó al hospital: es posible que nunca recupere la conciencia. Y así fue.

Reaparece uno de los esquís

Mientras cazaba rebecos hace más de dos años, el director del resort de esquí, Michael Manhart, encontró uno de los esquís que usó el príncipe Friso en ese accidente que se cobró su vida en 2012. La pieza estaba doblada y vieja, tirada muy cerca de la zona donde el cuerpo de Friso quedó enterrado por la nieve después de la avalancha. Moosbrugger le dijo a Manhart que ese esquí torcido era de Friso. A pesar de que en principio lo dejó tirado donde estaba, los vecinos del pueblo se tropezaron con el esquí y se lo habían llevado como recuerdo. “Entonces les dije que no era un souvenir, que me lo dieran”, cuenta al diario neerlandés 'AD'.

El plan de Manhart es entregarle el esquí a la familia real cuando regresen a Lech por si se lo quieren guardar como recuerdo. Guillermo Alejandro y Máxima suelen viajar allí cada año a esquiar. “Le diré a sus guardaespaldas que encontré el esquí y que me gustaría dárselo a los familiares de Friso”, pero si no lo quieren, lo destruirá y tirará a la basura. “No creo que sea un objeto para exhibir en una vitrina de cristal”, concluyó.

placeholder Friso, con Mabel y sus hijas en Lech en 2011. (Cordon Press/Patrick van Katwijk)
Friso, con Mabel y sus hijas en Lech en 2011. (Cordon Press/Patrick van Katwijk)

“Durante años me he preguntado cómo es posible que un esquiador tan experimentado como el príncipe saliera a esquiar fuera de las pistas sin una bolsa de aire. Todavía no me lo puedo explicar”, se pregunta Manhart, que aún recuerda ese accidente como si no hubiera pasado el tiempo. El pueblo austriaco que le vio por última vez con vida tampoco olvida esa tragedia y son muchos los periodistas neerlandeses que han viajado este año a la zona para corroborarlo.

Friso y Mabel, una historia de amor contra viento y marea

El príncipe Friso era conocido por su vida personal: había renunciado al trono por amor. Conoció a su pareja en Bruselas, donde ella vivía. Se llama Mabel, y después de tres años de noviazgo y largos momentos de relación a distancia (Friso vivía en Londres en esos tiempos), le acabó pidiendo matrimonio en junio de 2003 durante unas vacaciones de la pareja en México. Vestido con un traje mexicano, acabó provocándole tal ataque de risa que ella olvidó darle el 'sí, quiero'. “Me dio una verdadera sorpresa, llegó con un montón de rosas y champán”, contó la propia Mabel en una entrevista. No mencionó el detalle del traje, pero se filtró más tarde, para susto del príncipe.

Pero ese momento también fue el inicio de un largo dolor de cabeza. La boda de Mabel y Friso se convirtió en un drama casi al instante de conocerse su enlace, con la publicación de noticias sobre una relación que tuvo con el narcotraficante Klaas Bruinsma a finales de los ochenta. Los servicios de seguridad iniciaron una investigación y confirmaron que hubo relación, aunque "solo se trataba de algunos contactos superficiales". Pero los medios decían lo contrario.

placeholder Friso y Mabel, el día de su boda. (EFE/Robert Vos)
Friso y Mabel, el día de su boda. (EFE/Robert Vos)

Su boda se convirtió en un motín político. Friso está en la línea de sucesión del trono de Países Bajos, y las dos Cámaras necesitan por ley dar su aprobación al matrimonio. Si se casa sin el permiso del Parlamento y Senado, pierde automáticamente sus derechos al trono. Y eso fue lo que pasó. Maribel y Friso ni siquiera solicitaron esa autorización para contraer matrimonio, desvinculándose de una posible herencia de la Casa Real.

El primer ministro también se negó a pedir el permiso parlamentario porque consideraba que la pareja había mentido sobre la relación de Mabel y Bruinsma, que mintieron incluso a la entonces reina Beatriz. La pareja se casó en 2004, pero al haberlo hecho sin el consentimiento del Parlamento y el Senado de Países Bajos, sus dos hijas, Luana y Zaria, quedaron excluidas también de la sucesión al trono. Aquella boda fue más modesta de lo que se hubiera esperado porque el país aún estaba de luto. Un mes antes, había fallecido la princesa Juliana, la abuela de Friso.

placeholder Friso y Mabel de Holanda, en una imagen de archivo. (Getty)
Friso y Mabel de Holanda, en una imagen de archivo. (Getty)

En 2006, Friso habló de aquella polémica previa a su boda. Su esposa sí sabía que Bruinsma era un narcotraficante. "Mabel tenía 21 años y solo después se dio cuenta de quién era Bruinsma. Se dio la impresión de que mentimos y eso no es correcto", dijo. El propio hermano del narcotraficante aclaró en 2014 que Mabel no fue novia de Bruinsma, que nunca la vio con ella, ni le escuchó hablar de una relación con ella. "Esa historia se infló mucho para desacreditarla", dijo el hermano.

Economista, politóloga y activista de derechos humanos, Mabel van Oranje continúa hoy con su vida. Su duelo por la muerte de Friso duró años y tampoco se volvió a casar. Vivió junto a sus dos hijas en Londres durante varios años después de esa tragedia, pero en 2018 compró una villa enorme en Países Bajos para mudarse con toda la familia. Mabel reforzó estos años su faceta de activista, pero también de emprendedora. Es hoy uno de los miembros de la realeza más ricos que se conoce.

El plan del príncipe Friso era volar sobre la nieve austriaca junto a su amigo de la infancia Florian Moosbrugger. Ambos fueron el 17 de febrero de 2012 a esquiar fuera de las pistas. Era el último día de sus vacaciones allí, pero había caído tal cantidad de nieve en los días anteriores que el peligro de avalanchas en ese momento era de cuatro en una escala de cinco. Y pasó lo peor: el príncipe fue enterrado bajo una capa de nieve de decenas de centímetros a causa de una avalancha. Un accidente que costó la vida a Friso de Holanda y del que este jueves se cumplen diez años.

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