Los 10 días de la infanta Cristina en España, paso a paso: solo 10 minutos con Urdangarin

Ni San Valentín, ni nada parecido. La infanta Cristina ha estado en Barcelona 10 largos días. Y pese a que su marido viajó hasta la capital catalana para encontrarse con ella, solo consiguió verla durante 10 minutos. Un total de 10 cortos minutos en el hotel en el que se alojaba su mujer con su hija, Irene.

En Vanitatis hemos podido seguir la pista de la hermana de Felipe VI durante su estancia en España y hemos constatado que, a pesar de llevar el anillo de casada, no ha querido ver a su marido más que lo justo.

El encuentro tuvo lugar el domingo 13 de febrero. Urdangarin salió de Vitoria el viernes anterior a media mañana y la Infanta hizo lo propio con Irene el mismo día por la tarde. Ambos llegaron a Barcelona el viernes por la noche. Él se alojó en casa de su hermana Ana, que desde que se jubiló decidió mudarse a las afueras de Barcelona, al sur, y ya no vive en la casa modernista del Putxet tantas veces fotografiada.

La Infanta, por su parte, pasó la primera noche en casa de unos amigos, en Pedralbes, y ya el sábado durmió en el hotel AC Victoria Suites, el mismo en el que se ha alojado todas las veces que ha visitado ‘su’ ciudad desde que la abandonara para ‘exiliarse’ en Ginebra.

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El sábado fue un día tranquilo. Cristina no fue vista por nadie, pero sí Urdangarin. El exduque de Palma llegó por la mañana a La Masía del Barça, en la Ciutat Esportiva Joan Gamper, donde vive Pablo, su segundo hijo. Sus escoltas recogieron al joven en la puerta y el actual jugador del Barça B de balonmano llegó hasta el coche de su padre, donde se fundieron ambos en un largo abrazo. Juntos desaparecieron por la autopista hasta que por la tarde Pablo volvió para irse con sus compañeros de equipo a jugar un partido.

El rápido encuentro

Al día siguiente, se repetía el ritual entre padre e hijo con algunos cambios. Para que nadie localizara la vivienda de su hermana, los escoltas de Urdangarin lograron despistar, de nuevo, a la prensa en la autopista A-7. Ya por la tarde, Pablo y su padre volvían a La Masía, donde se encontraban con Xavi O’Callaghan, excompañero de Iñaki en sus tiempos de deportista y actual entrenador de porteros del Barça de balonmano. Con él estuvieron un buen rato charlando. Desde La Masía padre e hijo se fueron al hotel en el que se ha hospedado la Infanta con Irene. Iñaki Urdangarin llegó con Pablo y a los 10 minutos abandonaba el establecimiento, en coche, por la puerta del garaje y escondido en el asiento de atrás.

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No se han vuelto a ver. El domingo por la noche, mientras la Infanta cenaba con sus hijos Pablo e Irene en su hotel, Urdangarin lo hacía tranquilo y relajado con antiguos compañeros del balonmano. Entre los asistentes había algunos íntimos amigos, como el doctor Josep Maria Gutiérrez, Guti, y la plana mayor del balonmano blaugrana actual. La cena fue en el restaurante Taktika Berri, en el Eixample barcelonés. Y al día siguiente, el Día de San Valentín, que algunos han señalado como el día de la cita del matrimonio, Urdangarin volvía a Vitoria sin haber visto a su mujer más que esos citados 10 minutos.

Semana laboral

La Infanta emprendía entonces una semana laboral en La Caixa, de donde quiso desvincularse sin éxito y a donde ha estado yendo cada día hasta el viernes, jornada en la que no fue a trabajar. El horario de doña Cristina ha sido intenso y algunos días estaba en la cafetería desayunando a las 6:45 de la mañana. De allí, siempre en coche y desde el garaje, se dirigía a las oficinas centrales de la entidad bancaria, pese a que ambos lugares están a unos pocos metros de distancia.

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Mientras su madre trabajaba y quedaba con amigos -tenemos constancia de que una tarde fue a Cabrera de Mar a cenar-, Irene hacía algo parecido. Ha adaptado sus días al horario del Liceo Francés, el colegio en el que estudió hasta su mudanza internacional y donde mantiene grandes amistades. Pasaba las mañanas en el hotel, estudiando y llamando a amigos, y por las tardes salía camino a su antiguo colegio.

¿Visita a Madrid?

El viernes 18, la Infanta desayunó tranquila en la cafetería restaurante Santa Clara, la del hotel, con una amiga y con su hija, que bajó más tarde y se quedó sola cuando su madre y compañía se fueron. Y junto a sus escoltas, desapareció de Barcelona, lo que indica, según señalan las fuentes consultadas para realizar este recorrido, que estuvo en Madrid en un viaje de ida y vuelta. El sábado 19 había cosas que hacer.

Cristina de Borbón acompañó el sábado por la tarde a Pablo a ver desde las gradas el partido de la Liga Sacyr Asobal del Barça contra el Bidasoa Irún, en el Palau Blaugrana, con victoria (31-28) de los culés. Aquel día, la Infanta decidió dejarse ver, saludó a los medios, sonrió tranquila y caminó en público sin problemas. Son las primeras fotografías que la hermana de Felipe VI se ha dejado hacer, de forma voluntaria, desde que saltara el escándalo de su marido. Se publicarán probablemente este miércoles.

Pablo Urdangarin y su madre estuvieron sentados en las gradas, una imagen que apareció publicada en un medio deportivo. Iban con una pareja de amigos íntimos de la Infanta y al cabo de un rato de haber empezado dicho encuentro llegó Irene. La joven llevaba un look de fiesta, peinada de peluquería y con falda, algo poco habitual en ella, que suele ir siempre en vaqueros. Al poco rato, la adolescente Urdangarin abandonaba el Palau Blaugrana.

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El domingo, Pablo volvía al terreno de juego, esta vez para jugar con el Barça B contra el Eón Alicante, un partido del que hay imágenes en la página web del club y en las redes sociales. Los blaugrana obtuvieron la victoria y Pablo lo celebró con sus compañeros en los vestuarios, donde aparece en una divertida foto en la que usa su zapatilla deportiva a modo de teléfono. Ese mismo domingo, la infanta Cristina e Irene se subían a un avión de vuelta a Ginebra, donde han retomado sus rutinas. Un día a día en el que la Infanta sigue rumiando su futuro.