El príncipe Harry y su nueva demanda contra la prensa: la guerra de nunca acabar

Parece que los duques de Sussex no tienen intención ninguna de que la batalla contra los medios que iniciaron en octubre de 2019 se acabe. Pensábamos que tras la última victoria judicial de su esposa íbamos a tener un tiempo más calmado en cuanto a juicios reales. Pero no va a ser así. Porque el príncipe Harry ha interpuesto una nueva demanda contra la prensa de su país, concretamente contra la editorial Associated Newspaper Limited, es decir, la misma a la que demandó Meghan Markle en un proceso del que salió vencedora.

Aún no se sabe qué artículo, noticia o reportaje ha sido la gota que ha colmado el vaso y ha acabado con la paciencia del príncipe Harry, tanto como para que no haya dudado en emprender acciones legales. Pero han sido los propios Sussex los que han confirmado la decisión a varios periodistas a través de uno de sus portavoces. Conviene recordar que la editorial demandada comprende las cabeceras 'Daily Mail', 'Mail On Sunday' y 'Mail On Line', contra las que los Sussex tienen una auténtica cruzada, por lo que podría ser cualquiera de las informaciones publicadas en los últimos meses.

Aunque algunos periodistas británicos que ya están encima de la noticia apuntan a que podrían haber sido algunos reportajes que se escribieron sobre el príncipe Harry y su relación con las fuerzas armadas, que enfurecieron por completo al duque de Sussex. Sea como sea, no se sabrá hasta que los documentos presentados ante el Alto Tribunal, donde se ha iniciado el proceso, sean de dominio público, algo que puede tardar aún bastante. Sin ir más lejos, la demanda que interpuso Meghan Markle a los mismos medios tardó casi dos meses en filtrarse.

Precisamente, quizá lo que ha alentado al duque de Sussex a iniciar esta nueva batalla ha sido el éxito que tuvo su esposa en la suya, también gracias a sus abogados, encabezados por Jenny Afia, una asociada de la firma londinense Schillings. El equipo legal consiguió que Meghan Markle ganara el juicio contra Associated Newspapers Limited, por lo que sus cabeceras no solo tuvieron que publicar el resultado del proceso, sino también pedirle disculpas públicas, además de abonarle unos dos millones de euros, incluyendo las costas.

No fue un proceso fácil, desde luego. Meghan inició la demanda en octubre de 2019, con una protagonista indiscutible durante el litigio: la carta manuscrita que envió a su padre en agosto de 2018 y que el 'Mail On Sunday' no dudó en publicar unos meses después. La primera vista había sido fijada para enero de 2021, pero unos meses antes, la exactriz solicitó al juez que lo retrasara, alegando motivos privados que se desvelaron más tarde, cuando se supo que estaba embarazada de su segundo hijo. Finalmente, la fecha se mantuvo y solo un mes después conocíamos el resultado: el juez le daba la razón.

Lógicamente, la defensa no se quedó de brazos cruzados y apeló, pero no le sirvió de mucho. La segunda fase del juicio tuvo lugar en noviembre y en diciembre ya supimos que la victoria de Meghan Markle era clara y su reacción, contundente. En ese momento no imaginábamos que el siguiente sería Harry, pero si recordamos sus palabras, en ellas podemos interpretar una especie de aviso: "...ahora somos lo suficientemente valientes colectivamente para remodelar una industria sensacionalista que condiciona a las personas a ser crueles y se benefician de las mentiras y el dolor que crean", decía.

Pero no será el único proceso judicial en el que estará implicado el príncipe Harry en estos meses. Porque hace solo unos días tuvo lugar la primera audiencia de la otra gran demanda que ha emprendido, esta vez contra el Gobierno de su país, por negarle la protección oficial que dice necesitar para poder visitar el Reino Unido con sus dos hijos. El equipo de guardaespaldas que tiene contratado en Estados Unidos no tiene jurisdicción en suelo británico y, al haber salido de la familia real, no tiene un equipo de seguridad específico dedicado solo a él cuando está en su país. Una situación que quiere revertir para poder pasar tiempo en su país con su mujer y sus hijos gozando de la misma sensación de seguridad que su familia. Aunque tenga que conseguirlo por la vía judicial.