La accidentada despedida de Máxima de Holanda antes de sus vacaciones

Último acto de la reina de los Países Bajos antes de unas cuantas semanas de descanso. Tiene su agenda en blanco hasta mediados de marzo, cuando por fin podrá realizar la esperada visita de Estado a Grecia junto al rey Guillermo, prevista para el pasado diciembre, pero pospuesta a causa de la situación sanitaria, como la mayoría de eventos internacionales que iban a tener lugar en los últimos meses. Esta última cita ha supuesto la despedida de Máxima de Holanda antes de sus vacaciones y no se ha librado de estar un tanto accidentada.

La argentina visitaba la fundación iWOON, en Ámsterdam, dedicada a ayudar a buscar vivienda, uno de los grandes problemas de los Países Bajos. Además de los elevados precios, el urbanismo y el tipo de edificaciones existentes en el centro de las ciudades holandesas las hace inaccesibles para personas mayores o con problemas de movilidad, principalmente porque es rara la casa que no tiene escaleras, normalmente muy altas y estrechas. Así que Máxima estuvo hablando con jóvenes y mayores sobre las dificultades que principalmente ellos tienen a la hora de buscar un hogar medio decente, unos por los elevados precios, otros por la inaccesibilidad.

La mañana empezaba con anécdotas, ya que algunas de las peronas que recibieron a la reina en esta fundación quisieron darle la bienvenida en castellano, con un "buenos días" ante el que se sorprendió, respondiendo con su habitual sonrisa y buen humor. Dos charlas en diferentes salas y varios testimonios después, Máxima daba por concluida la jornada y ponía rumbo a estas tres semanas de descanso. O al menos eso es lo que refleja la agenda oficial que figura en la página de la Casa Real, donde no hay ningún compromiso público hasta el día 16, cuando estará en Grecia.

Quizá con lo que no contaba era con que la despedida iba a ser algo accidentada. Ya sabemos que el tiempo en los Países Bajos suele ser poco estable y, especialmente en estas fechas, el viento está acompañando el día a día de los holandeses. Y en esta cita de Máxima no solo lo notamos en su melena suelta, que le dio algún que otro problema, sino también a la hora de salir, cuando el viento provocó que el paraguas con el que la iban a proteger de la lluvia se diera la vuelta, creando una situación de lo más divertida para todos y haciendo que Máxima hiciera gala de su habitual naturalidad y sentido del humor.

Una despedida divertida antes de poner rumbo a sus vacaciones, ya que todo apunta a que Guillermo y Máxima de Holanda estarán unos días esquiando en Lech (Austria), el mismo lugar al que viajan cada invierno y en el que el príncipe Friso sufrió el fatal accidente que le costó la vida. Hubo medios holandeses que a mediados de febrero indicaron que los reyes ya estaban allí, pero parece que la única de la familia que estaba disfrutando de sus vacaciones era la princesa Amalia, a la que incluso hicieron fotos caminando con ayuda de unas muletas.

Eso sí, aunque haya viaje a Lech, este año no habrá posado familiar. Así lo anunciaba no hace mucho la Casa Real, alegando que no estaría la familia al completo, tanto por el año sabático del que está disfrutando Amalia como por la estancia de Alexia en el UWC Atlantic College de Gales.

El look de Máxima

Y parece que Máxima se está reservando los grandes estrenos para ese viaje de Estado a Grecia, en el que esperamos verla con tiara en el banquete que tendrá lugar el 16 de marzo en el Palacio Presidencial de Atenas, a donde los holandeses acudirán invitados por el presidente Sakellaropoulou. Quizá por eso y por dejar las sorpresas para esos dos días de visita oficial, la reina ha tirado últimamente de su fondo de armario.

En esta ocasión, para esta reunión en la que se trató el problema de la vivienda, Máxima sacó de su vestidor a un viejo conocido, un vestido de cuadros en tonos tostados de la firma Natan, con cinturón y lazada al cuello, dos detalles que ya se han convertido en toda una tendencia en el armario de las royals. Lo combinó con bolso también de Natan, botas de Gianvito Rossi y guantes, todos en color burdeos.