Urdangarin es libre: ni entrenador ni en el Barça, así se prepara para su nueva profesión

Iñaki Urdangarin ya ha logrado la libertad condicional y con ella llega un futuro incierto. El aún marido de la infanta Cristina lleva meses, años incluso, preparándose para esta nueva normalidad. Empezó a hacerlo en prisión, donde estudió un curso de psicología y coaching, y ha seguido una vez consiguió el tercer grado.

Consciente de que la libertad iba a llegar pronto, Urdangarin empezó a mover sus hilos hace ya tiempo, aunque los resultados no son los que esperaba. Porque llamó a las puertas del Barça, sí, pero nada ha conseguido. Ni conseguirá. Al menos si escuchamos lo que nos dicen desde del club: “No está previsto que Iñaki Urdangarin trabaje en el club, ni lo ha hecho ni lo hará”.

Han querido ser claros y contundentes ante las múltiples informaciones que lo sitúan en Barcelona, haciendo prácticas de entrenador. Nada más lejos de la realidad. Urdangarin estudió un curso de coaching y ese es el futuro que pretende desarrollar: coach y gestor deportivo. La teoría la estudió en prisión y ahora está con la práctica. Es aquí donde entra el Barça.

Dos horas un domingo

Como favor personal de Enric Masip -antiguo compañero de cancha, no amigo, y mano derecha del presidente, Joan Laporta-, Urdangarin pasó dos horas de un domingo en las instalaciones del club, en una salita, donde entrevistó y dio una charla motivacional a un entrenador de base. Se trata de Raúl Entrerríos, quien es también compañero del pasado.

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Desde el club son respetuosos con su actividad, pero no consideran estas prácticas de Urdangarin como algo demasiado relevante. Tanto es así, nos dicen, que podrá repetir las veces que quiera. Es, añaden, como un trabajo escolar en el que una persona habla con otra un par de horas, sin más.

El encuentro del que tanto se ha hablado, y que ha llevado incluso a plantear erróneamente que Urdangarin vive o tiene intenciones de vivir en Barcelona, tuvo lugar el domingo 13 de febrero por la tarde. Aquel día Urdangarin recogió a su hijo Pablo en el Barça y se encontró también con Xavi O’Callaghan, excompañero en sus tiempos de deportista y actual gestor de la sección de balonmano.

10 minutos con su mujer

Desde allí, padre e hijo se fueron al hotel en el que se hospedaba la Infanta con Irene, el AC Victoria Suites. Urdangarin llegó con Pablo y a los 10 minutos abandonaba el establecimiento, en coche, por la puerta del garaje y escondido en el asiento de atrás. Después de verse con su mujer, el exjugador se fue a cenar con algunos de sus excompañeros, un encuentro que se suele hacer una vez al año y al que nunca antes había asistido el exduque de Palma.

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Las cosas han cambiado para él y todo lo que sea renovar contactos en España le puede ser útil de cara a su futuro. Lejos de Ginebra, por ahora, Urdangarin se labra un camino por su cuenta, sin la ayuda económica de la Infanta. Una carrera profesional que espera poder desvincular en algún momento del despacho en el que ahora trabaja.

Coaching por la UNED

Por ello está tan interesado en hacer prácticas. Las necesita para llegar al nivel necesario para poder trabajar por su cuenta. Durante su estancia en prisión, estudió un máster de Psicología del Coaching que la UNED ofrece desde hace 11 años. Un máster que “es la plataforma ideal para tener una buena formación en coaching mediante una metodología que permite a los alumnos compaginar estos estudios de postgrado con sus obligaciones laborales, educativas, familiares o de cualquier tipo, cualquiera que sea su ubicación geográfica”, informan desde la universidad.

Así es como Urdangarin accedió a este plan de estudios. Los alumnos, según informan desde la propia escuela, pueden comunicarse con sus profesores por correo electrónico o por teléfono. En prisión, Urdangarin no tenía acceso a internet, así que tuvo que comunicarse por teléfono y por correo convencional.

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El exduque de Palma empezó su formación en 2017 y estudió durante 19 meses el curso, que pagó su mujer. La evaluación se lleva a cabo mediante trabajos a distancia, la realización de ejercicios prácticos y el trabajo fin de máster. Y las prácticas deben seguir tras obtener el título, dado que son necesarias para avanzar de nivel y conseguir poder dedicarse a ello.

Urdangarin pretende acompañar la profesión de coach deportivo con la gestión, algo que puede acreditar por su experiencia como deportista de élite y por sus estudios tanto de Empresariales como del máster que cursó en Esade. Espera que sus experiencias, tanto las positivas como las negativas, sean una baza para lograr esa nueva carrera profesional.

Libertad condicional

Y al menos desde el punto de vista jurídico lo tiene muy fácil. Desde que se ha sabido que la jueza de Vigilancia Penitenciaria de Bilbao, Ruth Alonso, le ha otorgado la libertad condicional, el futuro se abre ante sus ojos. Hace ya un año que logró el ansiado tercer grado, decisión en la que tuvo mucho que ver su buen comportamiento en prisión y su estabilidad familiar y social. Tanto es así que pasó al nuevo régimen y ni siquiera se le impuso el uso de control telemático, la famosa pulsera. Y aunque hace unos meses pretendía poder cumplir ese régimen en Ginebra con su mujer, ahora queda descartado, lo que le facilita mucho más las cosas porque no tiene que irse al extranjero.

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Además, como hemos comprobado en recientes publicaciones, Urdangarin mantiene su relación con Ainhoa Armentia. Y eso que por un lado pedía perdón a la Infanta y le aseguraba que haría lo posible para recomponer su relación, tal como nos cuentan desde el círculo íntimo de ambos. Por otro, sin embargo, seguía pendiente de su compañera de trabajo.

El golpe a la Infanta

Cierto es que cuando aparecieron las fotografías de ambos en una playa de Hossegor, al norte de Bidart, la relación sentimental entre Ainhoa e Iñaki se frenó en seco. Fue entonces cuando el marido de doña Cristina intentó recuperar a su mujer y atribuía su 'mala cabeza' a su paso por prisión y los duros momentos que ha vivido. Doña Cristina, enfadada y dolida, entendía en parte los argumentos de Urdangarin y no se veía capaz de tomar una decisión.

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Es una mujer racional y de fuerte carácter, y quería esperar a que todo bajara de intensidad. Eso les contó a los suyos e incluso a su padre, el rey Juan Carlos, a quien visitó en Abu Dabi del 3 al 6 de febrero. Nada había decidido hasta que supo que aquella relación, que en teoría había sido pasajera y estaba ya en el olvido, seguía viva. Y de qué manera.