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Ponemos nombre a la ilustre casera de la infanta Elena en Madrid
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ALMAGRO, SU NUEVO BARRIO

Ponemos nombre a la ilustre casera de la infanta Elena en Madrid

La dueña del 'real piso' tiene casi tan noble abolengo como su moradora y entre sus familias hay una amistad que viene de lejos

Foto: La infanta Elena, en una imagen de archivo. (Getty/Carlos Alvarez)
La infanta Elena, en una imagen de archivo. (Getty/Carlos Alvarez)

El pasado mes de marzo, la infanta Elena decidía poner tierra de por medio con la que había sido su casa desde 2009. Doce años en los que la hermana del Rey ocupó un primer piso en un edificio del barrio del Niño Jesús, muy cercano a la calle Doctor Esquerdo. Una casa de 500 metros cuadrados junto al parque del Retiro que la hija del Rey emérito ha decidido cambiar por otra mucho más céntrica en el madrileño barrio de Almagro, próximo a su trabajo en la Fundación Mapfre.

La ubicación, en el entorno de la milla de oro -el lugar donde ella hace su vida diaria-, sería una de las claves que explicarían la mudanza a esta zona. La Infanta, según explican a Vanitatis, tenía que hacer una serie de reformas en la casa del Niño Jesús y vivirá unos meses en esta. Otras fuentes señalan que este cambio podría ser definitivo. "Nadie se mete en una mudanza de tres días por unas obras", señalan fuentes cercanas al traslado.

La mudanza, que tuvo lugar entre los días 23 al 25 de febrero, fue realizada por la empresa Esteban Rivas. Durante las tres jornadas que duró, 10 operarios se encargaron de embalar y transportar los enseres de doña Elena hasta el nuevo domicilio. Una pequeña furgoneta colocada en la calle, justo bajo la terraza que daba acceso al salón del domicilio, sirvió para que una carretilla elevadora fuera descargando los muebles y la ropa guardada en cajas hasta el camión colocado en la salida del parking.

placeholder La infanta Elena, en su antigua casa. (Cordon Press)
La infanta Elena, en su antigua casa. (Cordon Press)

El traslado provocó algún que otro quebradero de cabeza a los vecinos, ya que la carretilla y los medios de fijación de la misma al suelo bloqueaban parte de la calle y los accesos del parking, lo que obligó a los habitantes del inmueble, durante esos tres días, a utilizar otra puerta alternativa para acceder al garaje. Las operaciones de la mudanza eran controladas en todo momento por los escoltas de la Infanta, que vigilaban para que los curiosos y la prensa no 'molestaran' el transcurrir de la misma.

Menos metros, más altura

Elena de Borbón cambia su antigua casa de 500 m2 por otra un poco más pequeña, pero más acorde a sus necesidades. De hecho, y tal como es su situación ahora, es probable que la primogénita de los Reyes eméritos no necesite los 500 metros cuadrados y le baste con las medidas del nuevo piso.

placeholder La infanta Elena y sus hijos, Victoria Federica y Felipe Juan Froilán. (EFE/Kiko Huesca)
La infanta Elena y sus hijos, Victoria Federica y Felipe Juan Froilán. (EFE/Kiko Huesca)

La casa es un quinto piso de un edificio señorial, construido en 1960, con 8 plantas y otros tantos vecinos. Es este un detalle importante que ha pesado bastante en la decisión de mudarse de la infanta Elena. En el anterior edificio, sus vecinos, en su mayoría abogados y juristas, siempre protegieron la privacidad de la hermana de Felipe VI y le gustaría que esto siguiera siendo así.

La casa en realidad son dos pisos, ya que la finca fue segregada en su momento por su propietaria. Uno de ellos tiene 319 metros cuadrados y consta de varios dormitorios y distintas dependencias. Además, incluye un cuarto trastero. El otro ocupa 84 metros cuadrados e incorpora también un cuarto trastero anejo. Esta podría ser otra de las razones que hayan hecho que doña Elena se decantara por el inmueble, ya que el segundo de los pisos podría ser utilizado como dependencias para los miembros de su servicio de seguridad, que la protegen las 24 horas del día y los 365 días del año.

La ilustre casera

Ambos pisos son propiedad de una sociedad, Diseño Especializado en Organización de Recursos SL, una empresa creada en 2012 cuya propietaria compite en abolengo con su moradora. La empresa, dedicada a la “adquisición, tenencia y disfrute, cesión y enajenación de toda clase de valores inmobiliarios”, fue fundada en 2012. Su administradora única no es otra que Esther Koplowitz Romero de Juseu, VII marquesa de Casa Peñalver, una de las mayores fortunas del país.

Tanto esta empresa como la Fundación Esther Koplowitz tienen su sede en el edificio donde ahora vive la infanta Elena. Esther Koplowitz adquirió el inmueble completo en el año 97, aunque puestos en contacto con el entorno de la empresaria, la hija del fundador de FCC ha asegurado que "no le consta" haber alquilado una de sus propiedades a la hermana del Rey.

placeholder Esther Koplowitz, en una imagen de archivo.
Esther Koplowitz, en una imagen de archivo.

Actualmente, Esther cuenta con un 4,6% del capital de FCC (Fomento de Construcciones y Contratas), la empresa que fundó su padre. A pesar de esto, sigue manteniendo sus actuales cuatro puestos en el consejo de administración de FCC, uno de los cuales es el de la presidencia, que ocupa la mayor de sus tres hijas, Esther Alcocer Koplowitz.

Teniendo en cuenta las dimensiones de los pisos y que Almagro, donde está localizada la casa, es uno de los barrios más caros de la capital, el precio de alquiler rondaría los 7.100 euros (17,6 euros el metro cuadrado). Muy probablemente la cifra sea bastante inferior habida cuenta de otras circunstancias.

Una amistad que viene de lejos

Entre otras, que la nueva 'casera' de la infanta Elena es amiga de la familia. Esther heredó una relación de franca amistad con la familia real desde sus años de matrimonio con Fernando Falcó. La relación entre Fernando y el Rey emérito venía de lejos. Se conocieron de niños, cuando el rey Juan Carlos regresó a España desde el exilio portugués con apenas 10 años. El padre del ahora Rey emérito organizó todo desde el exilio para que Juan Carlos estudiara en Las Jarillas, una finca propiedad del marqués de Urquijo que había sido convertida en un colegio e internado para el entonces Príncipe. Allí compartió pupitre con lo mejor de la aristocracia y burguesía del país. Fernando Falcó era uno de ellos. Los años de infancia consolidaron una gran amistad que duró durante 70 años.

En su juventud, el contacto entre el futuro Rey y Fernando se mantuvo, compartiendo algunos viajes juntos por Europa. Fernando Falcó recordaba en más de una entrevista -no sin cierta malicia- sus primeros escarceos con chicas al lado del monarca. Al respecto, Falcó comentaba cómo don Juan Carlos tenía mucha más suerte con las mujeres que él, “no solo por su simpatía, sino por su físico envidiable”.

placeholder Fernando Falcó, en una audiencia con los Reyes en 2015. (Getty)
Fernando Falcó, en una audiencia con los Reyes en 2015. (Getty)

Ya de adultos, y convertido en Rey de España, el emérito y el marqués de Cubas cultivaron su amistad compartiendo muchas comidas y cacerías juntos, una afición que les era común. Pese a su relación de amistad, o precisamente por ella, el respeto de Falcó por lo que significaba el monarca era reverencial, hasta el punto que en una entrevista sorprendió afirmando que “no me considero amigo de don Juan Carlos, sino que le considero una persona a la que quiero y respeto mucho”.

Su relación con los Reyes se mantuvo en los años de matrimonio con Esther. La pareja pasaba por el altar el 7 de junio de 2003 en La Gata, la finca que Koplowitz heredó de su padre, situada en el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera. Fue una ceremonia muy íntima y selecta, en la que los más allegados pudieron disfrutar de esta unión que, aunque solo duró seis años como matrimonio, se mantuvo hasta los últimos días del marqués de Cubas como una bonita amistad.

Pese a su separación de facto, el cariño entre ambos fue una constante después de romperse el matrimonio. De hecho, Esther Koplowitz nunca se quitó el anillo de casada pese al divorcio. Amigos y confidentes de la pareja comentaban con admiración cómo, a pesar de romper en 2009, ella había sido quien se había encargado del cuidado del marqués hasta su fallecimiento en octubre de 2020 a los 81 años. Esther ha guardado desde entonces una estupenda relación con la familia real, especialmente con la reina Sofía, con la que coincide en buen número de causas solidarias. Esa amistad parece extenderse ahora a la infanta Elena.

El pasado mes de marzo, la infanta Elena decidía poner tierra de por medio con la que había sido su casa desde 2009. Doce años en los que la hermana del Rey ocupó un primer piso en un edificio del barrio del Niño Jesús, muy cercano a la calle Doctor Esquerdo. Una casa de 500 metros cuadrados junto al parque del Retiro que la hija del Rey emérito ha decidido cambiar por otra mucho más céntrica en el madrileño barrio de Almagro, próximo a su trabajo en la Fundación Mapfre.

Infanta Elena Esther Koplowitz
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