El truco de la reina Letizia para no cometer un agravio comparativo en la Madrid Fashion Week

Doña Letizia sigue mandado mensajes con su vestuario y en esta ocasión lo ha hecho en un marco incomparable: el olimpo de la moda española. Doce años después de su primera visita, la Reina ha vuelto a la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, o lo que es lo mismo, la pasarela Cibeles, para celebrar su 75º aniversario. Y tras aparecer el otro día con una blusa de estilo ucraniano para mandar su apoyo a los afectados por la guerra, este viernes, en Ifema, Su Majestad se ha decantado por el blanco, el color de la paz, un mensaje en estos tiempos tan convulsos.

Lejos de apostar por un look vanguardista, doña Letizia ha tirado por lo clásico, con un dos piezas impoluto en blanco, el color que elige para las grandes ocasiones, como los bautizos de Leonor y Sofía en 2006 y 2007, respectivamente, o la proclamación de don Felipe en 2014. Un diseño formado por blusa y falda. La parte de arriba, con escote redondo, hombreras marcadas y mangas ligeramente abullonadas terminadas en un puño cerrado. En cuanto a la falda, presenta largo midi, corte evasé, cintura marcada y dos aberturas a ambos lados de la parte delantera.

Una elección elegante y elegida con cabeza, porque la Reina no ha querido 'ofender' a los diseñadores presentes. Y es que si elegía únicamente a uno de ellos, se creaba un agravio comparativo, algo que doña Letizia ha evitado y por eso ha tomado una decisión: la de lucir un modelo hecho por la modista de Zarzuela, uno de esos que no tiene diseñador y de los que se encarga ella personalmente. Son ya bastantes los looks de este tipo que ha llevado, desde el vestido capa en verde oliva al conjunto rojo que llevó a ARCO en 2018 y que nos recuerda a este lucido en Cibeles, por las mangas con puños y la falda midi.

La Reina ha querido romper la monocromía del blanco con complementos en tono coñac firmados por Magrit, una cartera de mano tipo sobre con efecto piel de cocodrilo y salones a juego, que combinan el efecto croc con ante. No ha habido grandes sorpresas en lo que se refiere a joyas, ya que ha apostado por los pendientes de aro en oro amarillo, los lisos, y su inseparable anillo de Karen Hallam.

Doña Letizia ha estado acompañada por la ministra de Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría, quien se ha decantado por un vestido de una diseñadora en la que ella también ha confiado. Hablamos de Inés Domecq y su firma IQ Collection. Se trata de un vestido de contrastes en negro y con estampado de cuadros, con marcadas hombreras terminadas en punta y largo midi.

La agenda de doña Letizia no termina aquí. Este sábado, y ya junto al Rey, quien se encuentra en Chile para asistir a la toma de posesión del nuevo presidente electo, visitará La Palma para rendir homenaje a todas aquellas personas que sufrieron las consecuencias de la erupción del volcán.