El intenso fin de semana de Máxima de Holanda: de granjera a costurera
La reina ha demostrado una vez más que se atreve con todo… y que todo se le da bien. Tan pronto coge un rastrillo como borda unas cortinas.
En ocasiones, la agenda institucional de la realeza europea nos deja imágenes impagables como estas, que muestran su lado más mundano y natural; algo que sin duda contribuye a aumentar su popularidad. Así ha sido el intenso fin de semana de Máxima de Holanda, de granjera a costurera por exigencias del guion royal marcado para el pasado sábado y domingo, con dos actos diferentes pero muy vistosos a nivel fotográfico. En el primero no estuvo sola, sino acompañada del rey Guillermo y se trataba de un evento importante, el Día Nacional del Voluntariado, que siempre procuran no perderse. La segunda cita fue en solitario para la reina, tuvo lugar en el palacio Huis ten Bosch y está relacionado con la redecoración de uno de sus salones.
El día 12, los reyes holandeses se desplazaron hasta la finca Op Aarde, en el municipio de Brielle, para participar en la acción solidaria que por decimoctavo año se celebra con el patrocinio de la Orange Fund que ellos presiden. El NLdoet (como se llama en holandés) es la acción voluntaria más grande de los Países Bajos y se celebra en alrededor de 5.500 lugares, para que todo el mundo pueda familiarizarse con el trabajo de los voluntarios de una manera sencilla y directa. Además, en la granja que eligieron Máxima y Guillermo para prestar su ayuda viven personas mayores con demencia, que pueden realizar actividades durante el día aliviando un poco la tarea de sus cuidadores y manteniendo así una cierta independencia.
Vestidos con vaqueros y con sudaderas con el logo de la fundación, los reyes colaboraron en las distintas tareas para el mantenimiento de la granja. Así, mientras Guillermo podaba los perales de cara a la primavera, ayudado por otros voluntarios y trabajadores habituales de la finca, Máxima cogía el rastrillo y limpiaba la paja de los establos de los animales y ayudaba a lijar y restaurar algunos de los muebles de madera. Ambos trabajaron sin descanso, regalando sonrisas en todo momento y mostrándose muy cómplices entre ellos.
La reina bromeó resaltando el papel femenino de la jornada: "Ha sido un trabajo intenso, y las mujeres han hecho la mayor parte”. Su marido destacó la importancia de los voluntarios y no perdió oportunidad de hacer referencia a la guerra. "Holanda no puede prescindir de voluntarios, Holanda se paralizará sin voluntarios. Lo vimos el jueves pasado en Harskamp", dijo refiriéndose a su visita a Harskamp, lugar de recepción de los refugiados que llegan desde Ucrania.
Una vez terminadas las tareas de limpieza y puesta a punto de la granja, los reyes regresaron a palacio, donde se tenían bien merecido el descanso. El domingo, Máxima siguió con su agenda oficial, esta vez con algo más relajado. Se unió a un grupo de artesanos de todo el país para ayudarles a bordar las nuevas cortinas para el Salón Chino de Huis ten Bosch. Así, la madre de la princesa Amalia se puso a las órdenes de los expertos, cogió hilo y aguja y… ¡a coser se ha dicho!
El diseño que se está confeccionando es una nueva versión moderna de las cortinas originales de seda del siglo XVIII, ya que estas son demasiado frágiles para el uso diario. Se elabora en una máquina de bordar de alta tecnología en el laboratorio del Textile Museum y luego más de un centenar de personas agregan los bordados. Se prevé que estén terminadas en unos meses y el resultado se podrá ver el próximo otoño, junto a los visillos históricos y las historias de artesanos, en la exposición 'Bordados reales. Cuentos y artesanía'.
Máxima disfrutó muchísimo de esta jornada de costura para la que eligió un total look que tenía como protagonista principal un chaleco largo de lana y de estreno de la firma española Massimo Dutti. Tiene un precio de 129 euros y lo combinó con pantalones y jersey beis. No faltaron tampoco sus gafas de ver, firmadas por Tom Ford.
En ocasiones, la agenda institucional de la realeza europea nos deja imágenes impagables como estas, que muestran su lado más mundano y natural; algo que sin duda contribuye a aumentar su popularidad. Así ha sido el intenso fin de semana de Máxima de Holanda, de granjera a costurera por exigencias del guion royal marcado para el pasado sábado y domingo, con dos actos diferentes pero muy vistosos a nivel fotográfico. En el primero no estuvo sola, sino acompañada del rey Guillermo y se trataba de un evento importante, el Día Nacional del Voluntariado, que siempre procuran no perderse. La segunda cita fue en solitario para la reina, tuvo lugar en el palacio Huis ten Bosch y está relacionado con la redecoración de uno de sus salones.