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Primicia: El almuerzo (casi) secreto ofrecido por Isabel II al que no faltaron Felipe y Letizia
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FAMILIA REAL ESPAÑOLA

Primicia: El almuerzo (casi) secreto ofrecido por Isabel II al que no faltaron Felipe y Letizia

Los Reyes no quisieron declinar la invitación de la soberana y, como la mayoría de los royals presentes, asistieron también a este ágape privado, demostrando así la buena relación entre los Borbón y los Windsor

Foto: Don Felipe y doña Letizia, en el servicio de acción de gracias del duque de Edimburgo. (EFE/EPA/Andy Rain)
Don Felipe y doña Letizia, en el servicio de acción de gracias del duque de Edimburgo. (EFE/EPA/Andy Rain)

La realeza se dio cita este martes en Londres para homenajear al duque de Edimburgo. Miembros de casas reinantes y otros de no reinantes se encontraron en la abadía de Westminster para estar junto a Isabel II en el servicio religioso de acción de gracias que organizó para su marido, ya que en abril de 2021, cuando murió, no pudo darle el funeral que hubiera querido a causa de la situación de la pandemia. Tras la ceremonia, la soberana quiso tener un detalle con los invitados reales que habían viajado desde otros países, y para ello organizó un almuerzo, que tuvo lugar también en Londres.

Un encuentro del que apenas han trascendido detalles. Sin embargo, Vanitatis puede confirmar de fuentes de total solvencia que don Felipe y doña Letizia estuvieron allí. Los Reyes no quisieron declinar la invitación de la soberana y, como la mayoría de los otros royals presentes en la abadía, asistieron también a este ágape privado, demostrando así la buena relación que existe entre los Borbón y los Windsor, algo que quedó patente en los gestos de cariño durante la visita de Estado de 2017, siendo don Felipe y doña Letizia de los pocos invitados que se alojaron en Buckingham, o en el telegrama que estos enviaron a Isabel tras la muerte del duque, al que se refirieron cariñosamente como "el tío Philip".

placeholder Los Reyes, a su llegada a la abadía. (Casa Real)
Los Reyes, a su llegada a la abadía. (Casa Real)

El servicio religioso estuvo marcado por numerosos detalles que llamaron la atención de los seguidores de la realeza. Quizás el más significativo fue la llegada sin control ni protocolo de los miembros de la realeza europea. Si por algo es admirada la monarquía británica es por su saber hacer; sin embargo, en esta ocasión hubo un poco de caos. Los royals extranjeros llegaron todos juntos en un autocar y entraron al templo de forma desordenada, no importando que un príncipe fuera detrás de un rey -normalmente son los títulos mayores los últimos en acceder- o que varios entraran en grupo. También sorprendió que los duques de Cambridge llegaran después del príncipe Carlos y Camila. Según el protocolo debería ser al revés, de menor a mayor rango.

Foto: George y Charlotte de Cambridge. (EFE)

La última en acceder a la abadía fue la reina Isabel. Lo hizo, por sus problemas de movilidad, por una de las puertas laterales del templo, para caminar menos metros y evitar el paseíllo hacia el altar. Sin embargo, su entrada no estuvo exenta de polémica, pues iba colgada del brazo del príncipe Andrés, que hacía su reaparición pública tras conocerse el acuerdo económico al que llegó hace unas semanas con Virginia Giuffre, la mujer que lo acusó de haber abusado sexualmente de ella cuando era menor de edad. Ese gesto se ha visto como un perdón público por parte de la monarca al que es su hijo favorito.

Una muestra de redención en un acto lleno de emotividad. Tanto es así que durante la ceremonia hubo dos personas que no pudieron contener las lágrimas: la primera, la reina, quien echa de menos a su marido; la segunda, la princesa Beatriz de York, quien ya reconoció en un documental que se hizo sobre la figura del duque que no puede "evitar llorar cuando hablo de mi abuelo". La familia Windsor hizo pleno en este evento, con la presencia de la familia más cercana, incluidos cinco de los bisnietos del duque de Edimburgo: George y Charlotte, los hijos mayores de Guillermo y Kate Middleton; Mia Tindall, primogénita de Mike y Zara Tindall; y Savannah e Isla Phillips, hija de Peter Phillips, el nieto mayor de Isabel II.

También parientes más alejados, como los Gloucester o los Kent, hicieron acto de presencia. Los únicos que causaron baja fueron Harry y Meghan Markle, quienes ya habían comunicado que no asistirían. El duque de Sussex se encuentra inmerso en un juicio contra el Reino Unido por haberle retirado los escoltas tras el Megxit cuando visita el país. Él dice haberse sentido "acosado" en las dos ocasiones en las que ha estado en Londres, en el funeral de su abuelo en abril de 2021 y en el 50 aniversario del nacimiento de Lady Di unos meses después. Esa es la razón por la que, según ellos, no pueden pisar suelo británico y por la que Isabel II sigue sin conocer a la hija pequeña de Harry y Meghan, Lilibet Diana, quien cumplirá su primer año de vida a principios de junio.

Entre los asistentes a la ceremonia y al posterior almuerzo estuvieron Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda, Felipe y Matilde de los belgas, la gran duquesa María Teresa de Luxemburgo, Carlos Gustavo y Silvia de Suecia, Alberto de Mónaco, Margarita de Dinamarca, Margarita y Radu de Rumanía, Alexander y Katherine de Serbia, Kyril de Bulgaria y cinco miembros de la familia real griega: la reina Ana María, Pablo y Marie-Chantal, y Philippos y Nina Flohr.

La realeza se dio cita este martes en Londres para homenajear al duque de Edimburgo. Miembros de casas reinantes y otros de no reinantes se encontraron en la abadía de Westminster para estar junto a Isabel II en el servicio religioso de acción de gracias que organizó para su marido, ya que en abril de 2021, cuando murió, no pudo darle el funeral que hubiera querido a causa de la situación de la pandemia. Tras la ceremonia, la soberana quiso tener un detalle con los invitados reales que habían viajado desde otros países, y para ello organizó un almuerzo, que tuvo lugar también en Londres.

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