Es noticia
Menú
Irene Urdangarin y la relación con sus hermanos: WhatsApp, bromas y quedadas
  1. Casas Reales
FAMILIA DEL REY

Irene Urdangarin y la relación con sus hermanos: WhatsApp, bromas y quedadas

Los Urdangarin de Borbón están muy unidos. Irene y Pablo se ven con frecuencia en Barcelona, donde tienen sitios fijos. Intentan encontrarse aunque la distancia se lo pone difícil

Foto: Irene Urdangarin, con su madre y dos de sus hermanos. (Gtres)
Irene Urdangarin, con su madre y dos de sus hermanos. (Gtres)

Durante mucho tiempo, largos meses, la foto de perfil de Irene Urdangarin en Instagram era una en la que aparecía ella sentada en un café con su hermano Pablo al lado. Era una imagen divertida, en la que se les ve a ambos muy aburridos, como diciéndole al que toma la foto que se quieren marchar de allí. Una imagen que resume perfectamente la relación de Irene con sus hermanos: son sus mejores amigos, su apoyo y su guía.

Los cuatro hijos de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin son una piña -se ha dicho muchas veces- y, pese a que ahora se ven poco, están siempre en contacto. Quienes más se tratan son Irene y Pablo. La única hija del matrimonio vive en Ginebra, donde mantiene una vida social intensa con amigas del colegio, aunque también guarda sus amistades barcelonesas en su agenda.

placeholder Los hijos de la Infanta y Urdangarin, de niños, en una felicitación de Navidad.
Los hijos de la Infanta y Urdangarin, de niños, en una felicitación de Navidad.

Además, en Barcelona viven sus primos Gui, hijos de Ana Urdangarin, con quienes los hijos de la Infanta tienen una relación muy cercana. Por todos estos motivos, Irene viaja con mucha frecuencia a Barcelona, casi una vez al mes, nos dicen desde su entorno cercano, y cada vez que visita la ciudad, se encuentra con su hermano.

Encuentros habituales

Los hijos del matrimonio Urdangarin de Borbón han vivido su infancia rodeados de polémicas y con varios cambios de residencia, lo que les hizo resguardarse en su familia y en la relación fraternal. Entre ellos hablan a diario, nos confirman incluso que tienen un grupo de WhatsApp entre los cuatro en el que se apoyan en los momentos malos y disfrutan de los buenos. Además, hacen lo que pueden para verse y, aunque no tengamos noticias o imágenes, se encuentran en Madrid, Ginebra y Barcelona "más veces de las que nos pensamos", advierten. Lo que no consiguen, por la distancia, es encontrarse los cuatro a la vez, algo que les pesa.

Foto: Irene Urdangarin. (Getty)

Las quedadas barcelonesas entre Pablo e Irene suelen ser en el barrio que les vio crecer: Pedralbes. El restaurante Santa Clara, situado en los bajos del hotel en el que se aloja siempre su madre, el Victoria Suites de Marriot, es uno de los lugares que más frecuentan. Allí, en la terraza, toman algo y se ponen al día. Pasan desapercibidos, además, porque es un sitio al que acuden muchos estudiantes universitarios puesto que está cerca de la Facultad de Derecho, Económicas y otras varias, además de Esade. Otro lugar que frecuentan es Crep Nova, al lado del Santa Clara. También, desde que abrió, se les ha visto varias veces en el restaurante El Mató, reformado hace poco. A Irene además le gusta ir de tiendas por Sarrià y por la zona del Galvany, comercios muchos a los que iba de pequeña con su madre.

"Les insultaban"

Es difícil hablar o escribir de los hijos de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin sin citar los episodios más oscuros de su infancia. Cómo pasaron de ser los más deseados de su entorno a ser repudiados por los mismos que les echaban flores antes. Irene es la que menos sufrió la presión cuando estalló el caso Nóos porque era muy pequeña y no se daba tanta cuenta de lo que sucedía. En el lado opuesto estaba Juan, el mayor, un chico hipersensible que sufrió en primera persona los ataques de sus compañeros de escuela e incluso vio cómo se quedaba fuera de muchas fiestas y encuentros fuera del colegio por ser hijo de quien era.

Y eso que “antes de Nóos -nos dicen las mismas fuentes- había cola para hacerse amigo de los Urdangarin y sus hijos”. “Fue alucinante ver cómo al principio se formaban corros a su alrededor, que había cola para ser sus amigos. Todos querían que sus hijos alternasen con los nietos del Rey. Y de pronto empezó a hacerse un vacío que terminó en la más absoluta marginación. Increíble. Y, claro, los niños oyen las cosas en casa y al final quienes más sufrieron fueron los pequeños. Los insultaban en el patio y no lo podían soportar. Por eso se fueron”, nos dicen. “Como padre yo no lo hubiera soportado, recuerdo ver a Iñaki en un rincón en la función de Navidad. Ese fue el último año que los niños estuvieron en el colegio. Daba cosa verlos”.

Juan, The Boss

Hablamos de los tiempos en los que la pareja decidió volver a España, a la casa en la que habían vivido los últimos años, tras un tiempo en Washington DC. Fue después de la imputación de Iñaki Urdangarin, así que los niños venían ya de vivir cierto desarraigo, de cambiar de residencia de Barcelona a la capital estadounidense, y vuelta a empezar de nuevo. Por eso, los hermanos se unieron más y su relación es tan estrecha.

Foto: Los Reyes y Don Juan Carlos, en una imagen de archivo (Gtres)

Pablo, el más abierto y ‘gamberro’ de los cuatro, suele ser una especie de unión entre todos. Siente devoción por Juan, el mayor, quien más ha sufrido, decíamos, y le llama The Boss (el Jefe) y Legend (Leyenda). “Juan siempre fue el hermano tímido y reservado, en las fiestas hablaba poco, se mezclaba solo con los niños que conocía, es muy distinto de Pablo y Miguel, que siempre han sido más pillos y bromistas”, nos describen.

Las bromas son continuas entre los hermanos y quien más ‘duro’ pega es Miguel, callado (no siempre) e inteligente como el que más, un tipo irónico y con grandes capacidades que suele reírse de todo desde la distancia. Quienes nos lo cuentan se ríen porque “ya de pequeño apuntaba maneras, siempre miraba de reojo, con los ojos brillantes y pensabas que se estaba riendo de ti por dentro, un niño listo y también cariñoso”.

Foto: Juan y Pablo Urdangarín en una imagen de archivo (Cordon)

Sus padres están ahora en proceso de divorcio y lo primero para ellos son sus hijos. Siempre ha sido así, nos dicen, los cuatro han sido educados con esmero. “La madre estaba siempre encima, les decía que dieran las gracias y pidieran las cosas por favor. Los llevaba de aquí para allá, siempre cariñosa, atenta y muy pendiente de todo -recuerdan la mismas fuentes-. Iñaki siempre hacía bromas, jugaba con ellos, era un matrimonio feliz con unos hijos cuidados, queridos y muy educados”. Eso ahora se nota, porque los cuatro aceptan lo que ha sucedido y respetan las decisiones que tomen ambos. Hacia el padre, nos dicen, sienten adoración, y hacia la madre, un amor incondicional.

El abrigo de Irene

Irene ha vivido siempre abrigada por sus hermanos, todos mayores, quienes han intentado que no sufriera lo mismo que ellos, especialmente Juan. Con Pablo tiene una relación muy intensa porque se ven mucho, aunque Miguel siempre fue quien estuvo más cerca por cuestión de edad. Son quienes más tiempo han vivido con su madre a solas, además, porque sus hermanos mayores se fueron de casa mientras el padre estaba ingresado en prisión.

Foto: Irene Urdangarin, junto a su madre y dos de sus hermanos en 2019. (Getty)

Deportista y estudiosa, la adolescente disfruta de la vida y de sus amistades, viaja, sale con sus amigos y saber reírse también de sus desgracias. “Eso es algo que ha heredado de su madre y de su tía [la infanta Elena], dos mujeres que se han puesto el mundo por montera en muchas ocasiones, han tenido que aprender a reírse de las críticas para que no les hicieran daño, y sus hijos intentan hacer lo mismo”.

Lo contaba Pablo a sus compañeros de equipo cuando le preguntaron que cómo era capaz de aguantar la presión mediática que sufría tras conocerse la crisis matrimonial de sus padres: “Llevo toda la vida preparándome para momentos como este”.

* Si no ves correctamente este formulario, haz click aquí

Durante mucho tiempo, largos meses, la foto de perfil de Irene Urdangarin en Instagram era una en la que aparecía ella sentada en un café con su hermano Pablo al lado. Era una imagen divertida, en la que se les ve a ambos muy aburridos, como diciéndole al que toma la foto que se quieren marchar de allí. Una imagen que resume perfectamente la relación de Irene con sus hermanos: son sus mejores amigos, su apoyo y su guía.

Irene Urdangarin
El redactor recomienda