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Felipe V, el primer rey Borbón de la monarquía española: ¿bipolar o melancólico?
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HISTORIA REAL

Felipe V, el primer rey Borbón de la monarquía española: ¿bipolar o melancólico?

En el mes que se celebra a nivel mundial el Día del Trastorno Bipolar, analizamos la figura del primer Borbón en el trono de España, del que se sospecha que fue bipolar

Foto: Retrato de Felipe V.
Retrato de Felipe V.

Rey de España, Nápoles, Sicilia y Cerdeña, duque de Milán y soberano de los Países Bajos. Felipe V, conocido como 'El animoso', es de los monarcas más importantes de nuestra historia y quizás de los menos comprendidos por poco conocido. Nuestro actual rey, Felipe VI, es el siguiente en número con su nombre y no debe de ser una cuestión baladí que los reyes eméritos lo eligieran por la importancia que tuvo en la historia de España.

Lo más reseñable de su figura es que fue el primer Borbón de nuestra monarquía tras 184 años de dinastía de los Austrias, que había dado comienzo con Carlos I y que se acabó por falta de heredero con el rey Carlos II, apodado 'El hechizado'. Dicha dinastía, como todos los lectores sabrán, es la que tenemos actualmente.

Ya antes de que Carlos II falleciera se generó un problema de grandes dimensiones en nuestro país por la cuestión sucesoria. Era más que evidente que el monarca no iba a proporcionar heredero alguno, por lo que enseguida se pusieron en marcha los mecanismos para buscar uno. El motivo por el que Felipe V tuvo posibilidades para acceder al trono no fue otro que ser el bisnieto del monarca Felipe IV y sobrino-nieto, por tanto, del último Austria.

Un rey francés

Felipe V era nieto de Luis XIV de Francia. Nació y se educó en Versalles, recibiendo una esmerada formación afrancesada, especialmente en cuestiones políticas, razón por la que su reinado en España se caracterizó por esto, trayendo no pocos problemas que veremos a continuación, especialmente con el reino de Aragón.

Siendo el segundo hijo de Luis, Gran Delfín de Francia y, por tanto, heredero al trono, no tenía suficientes garantías para suceder a su padre en el país galo, pero tampoco las tenía para heredar el trono español. Sin embargo, los caminos de la historia son, como los de Dios, inescrutables y lo que parecía ser una idea muy lejana terminó convirtiéndose en una realidad que duró 45 años, siendo hasta la fecha el reinado más largo de la monarquía española.

placeholder Felipe V. (Jean Ranc)
Felipe V. (Jean Ranc)

Su abuelo Luis XIV, cuyos intereses en tener controlada la monarquía hispánica eran más que evidentes, ya había pactado incluso antes de la muerte de Carlos II, y en connivencia con el resto de reyes europeos, que el sucesor sería José Fernando de Baviera. Esto se firmó en un llamado Primer Tratado de Partición de España cuya rúbrica tuvo lugar en 1698 en la Haya. En él se adjudicaban todos los reinos peninsulares excepto Guipúzcoa, además de Cerdeña, Países Bajos españoles y territorios americanos todavía en posesión de la Corona española. Francia, por el mismo tratado, se quedaba con Guipúzcoa, Nápoles y Sicilia, mientras Austria se quedaba con el Milanesado (Ducado de Milán o Estado de Milán).

Sin embargo, los planes quedaron rotos con la inesperada muerte de José Fernando en 1699, por lo que rápidamente, y a espaldas de España, las potencias europeas volvieron a reunirse y firmaron el Segundo Tratado de Partición en 1700, donde se reconocía como heredero, una vez muriese Carlos II, al archiduque Carlos de Austria, cuyos derechos sucesorios venía dados por ser bisnieto de Felipe III. En este tratado, además de haber dejado fuera de las negociaciones a España, las cosas se repartieron de diferente manera y quedaron así: para el archiduque Carlos, todos los reinos peninsulares, los Países Bajos españoles y las Indias; para el Delfín de Francia, Nápoles, Sicilia y la Toscana; y para el emperador Leopoldo, duque de Lorena, el Milanesado. Leopoldo no estuvo en absoluto de acuerdo con dicho acuerdo y reclamó para sí la totalidad de la herencia española pensando (de manera errónea) que Carlos II nombraría heredero universal al archiduque, cosa que no hizo. Nombró heredero a su sobrino-nieto, Felipe, duque de Anjou, futuro Felipe V y nieto de Luis XIV. Es decir, los planes salían para el monarca galo a pedir de boca. De hecho, Luis XIV controló la política española de manera muy directa los primeros años de reinado de su nieto.

El 1 de noviembre de 1700 murió Carlos II y Felipe fue reconocido por todos los monarcas europeos como Felipe V. A excepción de la Casa de Austria y aquí empezaron los primeros problemas del reinado de nuestro primer Borbón. Felipe V llegó a Madrid el 18 de febrero de 1701 y, tras unos meses de relativa calma, llegaron las grandes dificultades.

Guerra de Sucesión

Inglaterra, el Sacro Imperio Romano Germánico y las Provincias Unidas de los Países Bajos no vieron en absoluto con buenos ojos la situación de clara ventaja entre Francia y España, por lo que firmaron el tratado de la Haya de 1701, por el cual se establecía entre ellos un alianza militar para luchar contra la unión franco-española ante la inminente guerra de sucesión que, efectivamente, llegó.

Es complicado analizarla como cualquier guerra, ya que se trató de un conflicto internacional, pero también nacional. Mientras las coronas de Castilla y Navarra (integradas dentro de la Monarquía Hispánica) eran fieles a Felipe V, la Corona de Aragón (en su mayoría) lo era del archiduque a partir de 1705.

Tratado de Utrecht

Así las cosas, el archiduque Carlos siguió reclamando el trono español para sí y tras una cruenta guerra, se firmó la paz mediante el Tratado de Utrecht en 1713, por el que perdimos Gibraltar (jamás lo hemos vuelto a recuperar), las posesiones en Europa, así como Nueva Escocia y Terranova. Y la obligación de dejar de apoyar la causa jacobita en Escocia. ¿Son ustedes fans de la serie Outlander? Pues en ella se habla de dicha causa, que pretendía la restauración en los tronos de Inglaterra, Escocia e Irlanda de la Casa de Estuardo (incluso con posterioridad a 1707, cuando ambos títulos se unieron de facto en el trono del Reino Unido por medio del Acta de Unión). Este apoyo perdió su razón de ser en la Batalla de Culloden, ocurrida el 16 de abril de 1746. España, católica, dejó de apoyar a los Estuardo, que siempre fueron católicos.

Tratados de nueva Planta. Comienzan las fricciones con Cataluña

En 1707, ya incluso antes de Utrecht, el monarca abolió los Fueros de Valencia y los de Aragón mediante los Decretos de Nueva Planta. Estos son un conjunto de leyes de entre 1707 y 1716 que Felipe V derogó en respuesta a la traición de ambos reinos en la Guerra de Sucesión. Es decir, quedaron abolidas las leyes e instituciones propias de Valencia y Aragón el 29 de junio de 1707, del Reino de Mallorca el 28 de noviembre de 1715 y del Principado de Cataluña el 16 de enero de 1716. Todos esos territorios eran integrantes de la Corona de Aragón y su traición les salió cara. Con la promulgación de dichos decretos se puso fin a la estructura compuesta inaugurada con los Austrias, es decir, con Carlos I. Podemos afirmar que el sistema político que había imperado durante casi tres siglos moría para renacer uno mucho más similar al que tenía, por ejemplo, Francia, cuyo monarca, Luis XIV, recordemos, miraba con lupa todo lo que su nieto Felipe V hacía.

Un rey ¿melancólico o bipolar?

Felipe V ha pasado a la historia como el 'El animoso' y la medicina actual, en base a lo que los historiadores han podido aportar sobre su comportamiento, no lo asegura, pero sí sospecha que podría haber sufrido un trastorno bipolar. El psiquiatra Pedro Paulino Matos, experto en trastorno bipolar explica que “no es posible afirmarlo con certeza, pero se discute si la consanguinidad es un factor de riesgo para sufrir trastorno bipolar o esquizofrenia. Los árboles genealógicos de las casas reales son una oportunidad para estudiarlo. Felipe V posiblemente sufrió un trastorno mental grave, como también su hijo Fernando VI. Sin embargo, Carlos III, también hijo de Felipe V, pero fruto de otro matrimonio (cuya esposos no compartían sangre), aparentemente, no. Se mantiene la hipótesis de que la consanguinidad podría haber sido un factor de riesgo para ello”. En lenguaje claro, tener hijos entre primos trae o puede traer problemas de salud.

placeholder La familia de Felipe V. (Van Loo)
La familia de Felipe V. (Van Loo)

Felipe V y Fernando VI sufrieron un trastorno bipolar, explica el psiquiatra. “El análisis de los árboles genéticos mediante el coeficiente de consanguinidad es una valiosa herramienta para el estudio de la hereditariedad del trastorno bipolar. La endogamia acumula alelos patógenos y el riesgo de sufrirlo. En estos sujetos, la alta consanguinidad fue un importante factor etiopatogénico de la enfermedad que sufrieron. Una elevada consanguinidad supone un factor de riesgo de sufrir trastorno bipolar”, sostiene.

Dos esposas

La primera mujer de Felipe V fue María Gabriela de Saboya, con la que, como hemos dicho, tenía parentesco. Le dio al rey cuatro hijos varones, pero dicha descendencia sirvió de poco, ya que el primero murió a los meses de llegar al trono, el segundo y el tercero murieron siendo niños y el cuarto, Fernando VI, tan solo reinó 13 años. Afortunadamente para la cuestión dinástica, Felipe V encontró, tras la muerte de su primera esposa, otra que cumpliría con suma perfección su papel asignado, especialmente como reina y en su función de dar herederos a la corona, la italiana Isabel de Farnesio.

Mujer de armas tomar, no sólo intrigó en la corte, sino que tuvo períodos en los que fue la reina de facto, especialmente cuando su marido presentaba episodios de 'melancolía', momentos en los que ella tomaba las riendas del poder. Su matrimonio tuvo lugar en el año 1714 con el rey viudo Felipe V gracias a las intrigas de Alberoni (cardenal italiano en Málaga), quien fue nombrado primer ministro del rey. Ambiciosa, inteligente y temida ya antes de poner un pie en España, Isabel dio sobradas muestras de que no sería un mero adorno al lado del rey.

El barón de Pollnitz describió así a la reina en sus memorias: "La reina es alta y atractiva, bien formada pero esbelta, y muy picada de viruelas. Tiene un genio grande y emprendedor, que ninguna dificultad puede minar. Dejó claro, tan pronto como puso pie en suelo español, que no sufriría ser llevada por la nariz: pues incluso antes de haber visto la cara del Rey, exilió a la Princesa de los Ursinos, tanto de la Corte como del Reino, a causa del ascendiente que ella sabía que la Princesa tenía sobre el Rey."

Pero lo que sí tuvo claro es que los hijos que ella diera a la corona servirían para algo, empezando por su primogénito, Carlos, que, suerte del destino para él, llegó a ser rey por la mala salud de sus medios hermanos, que iban antes que él en la sucesión al trono. Fueron muriendo y despejando su camino al trono.

El legado de Isabel de Farnesio en España

La pérdida de los territorios italianos tras la Guerra de Sucesión, y ratificado en el Tratado de Utrecht en 1714, fue algo de lo que Felipe V jamás se llegó a recuperar. Eran siglos de conexión española con Italia y aunque él era francés se tomó muy en serio su papel como monarca español. Tener en la corte a la Farnesio intensificó de manera notable la presencia italiana de la monarquía española. Isabel era la heredera de los estados Farnesio y Médici, lo cual era un recurso que al rey le pareció de lo más apropiado para volver a estrechar lazos con Italia, especialmente cuando empezaron a llegar los hijos y la reina consorte española, aprovechando sus derechos sucesorios en Parma y Toscana, movió sus hilos para obtener tronos italianos para sus hijos, así como para colocar a su hijo y heredero, el futuro rey de España Carlos III, como rey de Nápoles y Sicilia, y a su segundo hijo, Felipe, como duque de Parma.

placeholder Isabel de Farnesio. (Van Loo)
Isabel de Farnesio. (Van Loo)

Isabel de Farnesio actuó siempre como puente entre Italia y España, y haber sido reina más de 30 años le facilitó aunar dos culturas. Fue una monarca preocupada por las artes que favoreció y protegió a diversos artistas italianos como los arquitectos Filippo Juvara y Giovanni Battista Sachetti, los pintores Andre Procaccini y Franceso Pavona o músicos como Foresi, Scarlatti y, sobre todo Farinelli, considerado el más grande castrati de la historia. Precisamente, a Isabel de Farnesio debemos la llegada a España del 'bel canto', una modalidad de ópera italiana en la que sobre todo se luce el solista. Se dice que se esforzó en favorecer este tipo de música porque, de una manera u otra, levantaba el ánimo de su esposo.

Isabel de Farnesio murió el 10 de julio de 1766 y está enterrada junto a su marido en el Palacio Real de la Granja de San Ildefonso. Su esposo había muerto el 9 de julio en 1746.

Gema Lendoiro es periodista y doctorada en Historia Moderna por la Universidad de Navarra.

Rey de España, Nápoles, Sicilia y Cerdeña, duque de Milán y soberano de los Países Bajos. Felipe V, conocido como 'El animoso', es de los monarcas más importantes de nuestra historia y quizás de los menos comprendidos por poco conocido. Nuestro actual rey, Felipe VI, es el siguiente en número con su nombre y no debe de ser una cuestión baladí que los reyes eméritos lo eligieran por la importancia que tuvo en la historia de España.

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