Letizia cumple con su tradición en el Premio Cervantes con un look al que le falta algo
Los Reyes han vuelto a Alcalá de Henares para entregar el premio literario. Doña Letizia ha cumplido con su tradición de repetir vestuario con un diseño azul de Carolina Herrera
El Premio Cervantes ha recuperado, tras dos años de pandemia, el esplendor de antaño. El paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares se ha vuelto a engalanar para acoger de nuevo la ceremonia de este galardón, que ha reconocido la labor de Cristina Peri Rossi, quien por problemas de salud no ha podido asistir a la cita, siendo sustituida por su amiga, la actriz Cecilia Roth. Un acto para el que doña Letizia siempre se decanta por looks más formales, y además tiene una tradición autoimpuesta: la de repetir vestuario.
Y así lo ha hecho en esta edición, optando por un vestido azul marino que ya le conocíamos. Se trata del diseño de Carolina Herrera que la Reina eligió para una ocasión muy especial, las fotografías oficiales realizadas por Estela de Castro, que fueron publicadas en enero de 2020. La sobriedad y el estilo clásico del vestido, que presenta manga larga, cuello cerrado con un finísimo escote lágrima y relieves en negro en brazos y cintura, lo hacen ideal tanto para esos retratos como para esta ceremonia en la Universidad de Alcalá. De hecho, le gusta tanto que esta es una segunda versión, pues el primero que llevó era en rojo, y viendo el buen resultado decidió hacérselo también en azul.
La Reina ha combinado el estilismo con unos salones en azul marino, de charol, con una tira diagonal en el empeine. Son de Magrit y, aunque tienen ya sus añitos, doña Letizia los está luciendo con asiduidad en sus últimas apariciones. Debido a la lluvia y a las bajas temperaturas, a su llegada a la Universidad, durante el recibimiento oficial, Su Majestad se ha cubierto con una nueva capa azul marino, con pelo sintético negro en el cuello, también de Carolina Herrera. Llama la atención la ausencia de bolso.
No sabemos si es por la sencilla eleción de joyas, pero lo cierto es que aunque el look de la Reina es adecuado y favorecedor, sentimos que se queda pobre. Quizás unas alhajas más vistosas hubieran levantado un poco su estilismo, ya que los pendientes que llevaba, los aros de oro blanco con aguamarinas de Bulgari, son demasiado sobrios. En ocasiones, de estos mismos pendientes cuelga una gran aguamarina, que en esta ocasión creemos que le hubiera venido bien al look para darle más luz. También un broche hubiera ayudado. Lo que no faltaba, claro está, es el anillo de Karen Hallam, un clásico.
Sus anteriores elecciones
Como decíamos, Su Majestad tiene la costumbre de no estrenar vestuario en el Cervantes. Así lo ha hecho desde que lo entregó por primera vez como Reina en la edición de 2015. En aquella ocasión, doña Letizia apostó por un vestido rojo de Felipe Varela con motivos orientales bordados y botonadura en la parte delantera. Un look que combinó con salones burdeos de Lodi, cartera de mano de Adolfo Domínguez y los pendientes de rubíes de la joyería Aldao.
En 2016, doña Letizia elegía el mismo modelo que había estrenado meses atrás en la celebración del Día de la Hispanidad. Un dos piezas de Felipe Varela formado por vestido azul marino de manga corta con una raya vertical en color negro y chaqueta también azul. Esa vez sí se puso los pendientes de Bulgari con la gran aguamarina, y completó su estilismo con salones azul marino y cartera de mano a tono.
Para la ceremonia de 2017 repetía la fórmula anterior: llevar el look que había estrenado en la Fiesta Nacional del año anterior, un vestido abrigo blanco con flores negras bordadas, de Felipe Varela, con el que estaba realmente favorecida. Los complementos nude y los pendientes de diamantes y perlas australianas acababan de redondear este estilismo de 10.
En 2018 la Reina volvía a confiar en Felipe Varela con un diseño de aires románticos en rosa palo en el que destacaba un abrigo bordado de flores con onrdas en el bajo y un vestido de raso liso. Un conjunto que combinó con salones nude de Lodi y una cartera de mano de Magrit.
Para la ceremonia de 2019, la última antes de la pandemia, la Reina se decantaba por un conjunto con el que siempre ha recibido muy buenas crítcas. Un diseño de Carolina Herrera en gris perla formado por un vestido de manga corta con lazada en la cintura y un abrigo de estilo oversize. Lo completó con accesorios en piel de serpiente con un toque rockero, ya que llevaban púas, y pendientes de diamantes.
En 2020, y ya en plena pandemia, no se pudo celebrar el Cervantes como siempre, por lo que a finales de año los Reyes decidieron viajar a Barcelona para entregárselo a Joan Margarit en persona. La Reina eligió para ese encuentro el vestido en color crema con bajo asimétrico del que no sabemos el origen.
En 2021 sucedió algo parecido. Fueron los Reyes los que se desplazaron hasta casa del escritor, en este caso de Francisco Brines, para hacerle entrega del galardón. La Reina sorprendió esa vez apostando por un look vibrante de Zara. Un dos piezas naranja formado por top asimétrico y pantalón acampanado.
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El Premio Cervantes ha recuperado, tras dos años de pandemia, el esplendor de antaño. El paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares se ha vuelto a engalanar para acoger de nuevo la ceremonia de este galardón, que ha reconocido la labor de Cristina Peri Rossi, quien por problemas de salud no ha podido asistir a la cita, siendo sustituida por su amiga, la actriz Cecilia Roth. Un acto para el que doña Letizia siempre se decanta por looks más formales, y además tiene una tradición autoimpuesta: la de repetir vestuario.