Adiós España, hola Gales: los intensos 10 días de Leonor en casa (con sorpresa incluida)

Cuando empiezan las vacaciones, Leonor siempre es de las primeras en abandonar el UWC Atlantic College. El internado galés ofrece dos opciones: irse la misma noche en la que acaban las clases o hacerlo ya a la mañana siguiente, pero la heredera se decanta por la primera opción. Así ocurrió el pasado jueves 14 de abril cuando dio comienzo el conocido como 'spring break'. La Princesa de Asturias se desplazó hasta el aeropuerto de Heathrow, en Londres, para coger un vuelo que la llevó directa a Madrid acompañada por los miembros que forman su equipo de seguridad.

Tras el aterrizaje y el reecuentro con sus padres y su hermana, Leonor se instaló en su habitación del Pabellón del Príncipe, que no pisaba desde las pasadas Navidades. A pesar de coincidir con Semana Santa y tener la agenda libre, los Reyes y la infanta Sofía no se habían movido de Madrid esperando a Leonor. Tan solo el Rey hizo una visita exprés a Mallorca para visitar a su madre, dejándose caer también por el Club Náutico. Ya el día siguiente la heredera tenía preparado un gran plan familiar: la celebración del 70º cumpleaños de su abuela materna, Paloma Rocasolano.

Fue Telma Ortiz quien le organizó a su madre una fiesta sorpresa para celebrar la efémeride en su casa de Soto de la Moraleja. Los Reyes fueron fotografiados a la salida junto a sus hijas y un misterioso acompañante de Leonor, que llevaba la sudadera del UWC Atlantic College. La presencia de ese joven ha llamado la atención de los medios y ya han surgido diferentes rumores que apuntan que podría tratarse de un amigo especial de la Princesa, aunque nadie ha confirmado su identidad. Sin duda, una sorpresa inesperada.

Un día después del cumple de Paloma, la princesa atendía el primero de los actos oficiales que Zarzuela había preparado para ella. Leonor reapareció en público en Pozuelo de Alarcón tras más de seis meses 'desaparecida' para visitar un centro de refugiados ucranianos. Acompañada por sus padres y por Sofía, la princesa se mostró de lo más cercana y simpática. Sin embargo, esa primera aparición no fue demasiado comentada por dos motivos. El primero, y más obvio, es que se celebró el sábado de Semana Santa y siendo esta la primera que los españoles podían disfrutar con total normalidad tras la pandemia, fueron pocos los que se quedaron en casa pendientes del móvil o de la tele.

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Y la otra razón por la que ese primer acto quedó un tanto ensombrecido fue por la publicación unas horas antes, el viernes por la noche, de la fotografía del rey Juan Carlos junto a sus hijas y sus nietos mayores -todos excepto Froilán- en Abu Dabi. Fue el propio entorno del rey emérito el que hizo llegar a una agencia de prensa dicha imagen, de la que tanto se habló. No solo por el evidente Photoshop realizado, que hizo desaparecer una de las piernas de Pablo Urdangarin, obligando a ese entorno a mandar otra instantánea en la que sí aparecían las extremidades del joven, sino por el significado que tiene esa fotografía.

En un año en el que por primera vez ningún miembro de la familia real acudió a la Misa de Pascua de Palma de Mallorca, una tradición con la que se cumplía desde los años 90, don Juan Carlos y las infantas Elena y Cristina ofrecieron su propio contraposado, demostrando lo unidos que están entre ellos y lo lejos que están del núcleo duro de la familia real, es decir, de los Reyes y sus hijas. Se desconoce cómo fue recibida esa imagen en Zarzuela, ya que han optado por el silencio, pero está claro que consiguió que se hablará más de la familia del Rey que de la propia heredera.

El lunes y el martes Leonor los tuvo libres, pero el miércoles volvió a aparecer en público para el que fue su segundo acto en solitario, además ya sin lucir mascarilla, pues el Gobierno había suprimido ese día la obligatoriedad de llevar las mismas. Vestida de manera informal, con blusa blanca de & Other Stories, jeans rosas de Yese y zapatillas, la Princesa participó con los alumnos de un instituto de Leganés en los talleres de 'Juventud y Ciberseguridad: Disfruta de Internet con Seguridad'. Fue recibida con aplausos e incluso se fotografió con jóvenes de su misma edad, siendo el acto todo un éxito.

Esta nueva aparición nos permitió comprobar lo cambiada que está Leonor tras dos años viéndola con mascarilla. La Princesa ha dejado atrás su cara de niña y presenta ya rasgos de adulta, una nariz más pronunciada, los labios más grandes y los ojos más rasgados. También pudimos ver un toque rebelde en su look, pues llevaba un ear-cuff en la oreja derecha. Desconocemos si se trata de otro piercing -ya tiene uno en la oreja izquierda-, otro agujero, o simplemente de una de esas piezas que se enganchan en la oreja sin tener que perforarla. Tendremos que esperar nuevas apariciones para salir de dudas.

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Tras cumplir con el acto, Leonor disfrutaba de unos días de descanso ya hasta este domingo, que pone rumbo de nuevo a Gales con dos nuevas experiencias como Princesa y futura Reina, un reencuentro familiar y una duda para nosotros... ¿Quién era ese chico?