El incierto futuro económico de Urdangarin sin la infanta Cristina: "No tiene ni un duro"

El coche prestado por un amigo, la casa de su madre, comidas en las que pagan otros… y escoltas. Podríamos estar hablando de la anterior vida de Iñaki Urdangarin, pero no, hablamos del ahora. Cierto que antes, cuando era la pareja de la infanta Cristina, el exduque de Palma vivía ‘de prestado’: dejó su carrera deportiva y, aburrido de trabajos sin profundidad, se dedicó a fundar empresas de dudoso funcionamiento que llevaron sus huesos a prisión. Pero era otro tipo de vida, digamos que con un futuro más certero. “No quería ser un florero como Marichalar”, recuerdan sus amigos.

Ahora, separado de su mujer, “no tiene un duro”, nos dicen las mismas fuentes. Y se llevan las manos a la cabeza por la situación en la que se ha metido él solo. Si van a comer, pagan ellos, también si van a tomar un café. “No sé si es Ainhoa quien le paga las cosas cuando salen”, nos dice uno con cierta sorna, “lo que sabemos es que quien seguro que no paga es Cristina”.

Esta semana ha estado en Barcelona y le acompañaban cuatro escoltas, a los que se sumaba el que lleva Irene Urdangarin. Es decir, cinco profesionales en total para salvaguardar la seguridad del medallista olímpico, que ahora mismo no tiene ni coche propio. Llegó en un Peugeot 508, el mismo que conduce a veces por Vitoria. “Prestado”, aseguran.

Antes, gama alta

Nada que ver con las furgonetas Mercedes Clase A que conducía en sus últimas temporadas, en los tiempos en los que la infanta Cristina le visitaba. Cuando iba a Don Orione desde la cárcel de Brieva (Ávila) solía desplazarse con un Skoda, un coche nada caro pero sí nuevo; el mismo, además, con el que entró en prisión aquel primer día fatídico.

El verano del año 2020 pasó sus días de permiso penitenciario con su entonces mujer y los hijos de ambos, y viajaron a Vitoria en un Volvo. Y cuando su mujer lo visitaba, lo hacía al volante de la citada furgoneta de gama alta. Ahora lo hemos visto con este Peugeot, viejo, y también con un Audi blanco, antiguo y algo destartalado también.

La vivienda es otro de los puntos débiles del todavía cuñado del Rey. Vive con su madre y aunque la casa es grande y está en una de las zonas nobles de la capital vasca, sigue siendo la casa de mamá. Se ha publicado que busca vivienda con su nueva pareja, algo que desde Vanitatis no hemos podido ni confirmar con su entorno ni comprobar en ningún registro oficial. Así pues, por el momento, tal como nos dicen, sigue en la casa familiar. Y sin trabajo.

Coaching

Porque el empleo que le facilitó su familia en el bufete Imaz&Asociados no le permitía abrirse paso en su nueva carrera profesional. Así que lo dejó, agobiado también por el asedio de los medios a las puertas del despacho, al que no quería perjudicar. Urdangarin quiere desarrollar su faceta más espiritual y poner en práctica los estudios que ha cursado en prisión, estudios que, por cierto, pagó doña Cristina.

Iñaki Urdangarin escogió un máster de Psicología del Coaching que ofrece la UNED desde 2008, un curso que supone una “plataforma ideal para tener una buena formación en coaching mediante una metodología que permite a los alumnos compaginar estos estudios de postgrado con sus obligaciones laborales, educativas, familiares o de cualquier tipo, cualquiera que sea su ubicación geográfica”, tal como informan desde la propia universidad. El curso cuesta unos 2.500 euros, tiene una duración de 19 meses y la evaluación se realiza mediante trabajos a distancia, la realización de ejercicios prácticos y el Trabajo Fin de Máster.

En eso está ahora el exduque de Palma: con las prácticas para obtener el título. Las hace en el Barça, lo hemos contado aquí, tanto presenciales como telemáticas. Han sido unas charlas que Urdangarin ha dado a entrenadores de las secciones formativas de balonmano del club, charlas inspiradoras que pretenden dar fuerza y motivación extra a los profesionales.

En casa de su hermana

Tampoco paga hotel cuando viaja a Barcelona, y lo suele hacer en coche. Las veces que visita la capital catalana suele alojarse en casa de su hermana mayor, Ana, que ha cambiado su casa modernista de la zona del Putxet por otra a las afueras de la ciudad. Nadie por el momento ha localizado la vivienda y él, aunque dice estar de vuelta de todo, hace todo lo posible por que los fotógrafos que suelen seguirle a todas partes no lo sigan hasta el lugar. Los acelerones y despistes de sus escoltas son famosos entre los paparazzi barceloneses.

Quienes lo conocen bien nos dicen que la situación en la que se encuentra no será sostenible en el tiempo y creen que si se alarga puede terminar cambiando de opinión. “No sé si dejará a Ainhoa, la verdad es que lo vemos todos muy feliz, pero sí que puede decidir buscarse otra salida profesional”.

Y en este punto, todos coinciden en hablar de la Fundación Estadio, en Vitoria, el club deportivo que dirige su hermano desde hace años. Allí podría, añaden, trabajar como entrenador, ya que se sacó el título mientras estaba en prisión, según él mismo ha contado. “Podría incluso formar un equipo de balonmano y dedicarse al deporte”, especulan algunos.

Predecir el futuro de uno mismo es difícil, más lo es aún el de los demás, por muy amigos que sean. Así que veremos -muy de cerca- qué pasos sigue Urdangarin tras separarse de la que ha sido su mujer durante casi 25 años.