Paloma Rocasolano, la abuela enamorada y discreta a sus 70 años

Desde que su hija Telma se ennovió con Robert Gavin, su actual pareja, y cambió Barcelona por Madrid, las apariciones en la prensa de la madre, Paloma Rocasolano, se han hecho más visibles.

La hemos vistos con su nieta, Carla Vigo, a la que adora y de la que se preocupa; con la infanta Sofía en fines de semana compartidos; y en algún acto oficial, como son los premios princesa de Asturias, en el teatro Campoamor.

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Ángela Mora

A diferencia de su hija Telma, que unos días quiere ejercer de hermana real y otros pone cara de asco y se tapa cuando los reporteros la encuentran por la calle, Paloma Rocasolano es todo lo contrario. Nunca se la ha visto un mal gesto y lo único que ha hecho cuando una información tiene que ver con su familia y la pillan por la calle es dar las gracias.

Paloma Rocasolano, enfermera de profesión, ejerció en Oviedo y después en Madrid hasta que cambió su trabajo directo con los enfermos para dedicarse a temas relacionados con SATSE. En el sindicato de enfermería se dedicaba a visitar los hospitales y los centros de salud que tenía asignados para ver de primera mano la situación de sus compañeros de profesión. Cuando se supo que su hija mayor se iba a casar con el príncipe de Asturias, hubo reporteros que investigaron sobre su vida personal y laboral.

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En este último aspecto no hubo nada que rascar. Las personas que habían trabajado con ella directa o indirectamente no tenían mucho que decir. La conclusión de aquellos días preboda era que la madre de la periodista era una mujer normal, trabajadora y con pocas ganas de figurar. Y así ha sido a lo largo de todos estos años donde otros miembros de la familia de la reina Letizia no han tenido esa misma actitud. Habría que recordar la demanda cósmica de Telma contra más de cincuenta medios de comunicación, que perdió en todas las instancias. Rocasolano no estuvo muy de acuerdo con esa decisión, pero nunca se la escuchó una mala palabra contra la prensa.

Cuando cumplió la edad de jubilarse, lo hizo y se dedicó a viajar y a estar con sus hijas y nietas. Cuando la princesa de Asturias y la infanta Sofía eran pequeñas y los reyes viajaban, la abuela se trasladaba al 'pabellón del príncipe' (así se denomina en Zarzuela) para vigilar y estar con ellas. La reina Sofía tenía que pedir hora para visitar a las niñas y la abuela Paloma no lo necesitaba.

En su vida afectiva no había grandes cambios desde que se divorció de Jesús Ortiz, el padre de sus tres hijas. La prensa dio algún nombre, pero nada serio, como se vio con el tiempo.

Ahora, en cambio, con sus recién cumplidos 70 años, ha encontrado la horma de su zapato. Su caballero andante es Marcus Brandler, al que conoció hace tres años, antes de la pandemia. Es propietario de una empresa de importación y exportación. Nació en Nigeria y parte de su vida ha discurrido entre en el Reino Unido y España.

La madre de la Reina está viviendo una etapa afectiva importante y como hacen los adolescentes, no le importa demostrar ese cariño. El amor no tiene edad, como ha demostrado la abuela de la Princesa de Asturias.