Letizia, sin tiara en la cena de gala de Catar aunque con un impresionante vestido que lo compensa

Y llegó el momento más esperado de la visita de Estado que el emir de Catar y su esposa se encuentran realizando a España: la cena de gala en el Palacio Real de Madrid. La primera en la época pospandemia en la que anfitriones e invitados han estado sin mascarilla, después de tener que celebrar una velada similar en noviembre de 2021, durante el viaje del presidente de Italia, con la boca cubierta. Desde febrero de 2019, cuando estuvo en España el entonces presidente de Perú, Martín Vizcarra, no se celebraba en palacio una cena normal, hasta la noche de este martes.

Para festejar esta normalidad, doña Letizia nos ha enamorado con su elección de vestuario en una cena atípica en cuanto a etiqueta. Y es que la Reina no ha lucido tiara, igual que sucedió en 2011 cuando don Juan Carlos y doña Sofía ofrecieron una cena similar al anterior emir, Hamad, y su esposa, la admirada Mozah. Una velada a la que también asistieron don Felipe y doña Letizia y en la que las damas -Sofía y Letizia- no coronaron sus cabezas. En teoría, esta es una muestra de respeto hacia los invitados, que normalmente lucen vestuario tradicional árabe. Sin embargo, viendo a la jequesa con un vestido negro occidenta​l, no acabamos de entender esa ausencia de tiara.

Es cierto que las damas cataríes no suelen lucir este tipo de joyas, pero lo mismo sucede con las parejas de numerosos jefes de Estado, y eso nunca ha impedido que las damas de la familia real española luzcan sus mejores alhajas. Una verdadera incógnita esta de la etiqueta catarí que se repite once años después de aquella cena en la que doña Letizia eligió un vestido azul noche. Hay que reconocer, eso sí, que en esta ocasión la ya Reina de España ha compensado esa falta de tiara con un vestido que es una auténtica obra de arte, y con el que ha estado sublime en esta velada.

Se trata de un diseño firmado por Gabriel Lage, con escote barco, mangas con destacada terminación en campana y falda con suave evasé. Realizado en base de tul con hilos formando dibujos arabescos en color champagne rosado, iluminados con imprimé laminado platino y con bordado en cristales. Aunque a algunos no les suene el nombre, ya que es argentino, fue el diseñador que vistió a Juliana Awada cuando esta visitó nuestro país en febrero de 2017. Parece que a la Reina le gustó tanto su vestido que no ha dudo ella misma en hacerce con uno.

Gabriel Lage tiene un especial vínculo con España, hijo de sastre español, nacido en Lugo, Galicia, que emigró a Argentina en los años 60, fue quien le fue inculcó el amor por el arte de la costura y la moda, adentrándolo en el trabajo hecho a mano. El pasado año celebró su 30ª aniversario al frente de su atelier en Buenos Aires, trabajando con pasión los diseños y piezas de alta costura para sus clientas.

El vestido no era lo único nuevo del look de doña Letizia. También los pendientes lo son, de diamantes montados representando una hoja. Gracias al peinado, un moño con volumen, se veían a la perfección. Al no llevar tiara, la Reina tampoco lucía la banda de la orden de Carlos III, la más importante que tiene de España, sino que colgada del vestido llevaba una pequeña insignia con el lazo azul. Ni el emir ni la jequesa lucían, por su parte, la insignia de la orden de Isabel la Católica, que les fue concedida por el Gobierno antes de su llegada a España.

Lo cierto es doña Letizia lo está dando todo en esta visita catarí, pues cuando viene un mandatario extranjero o estrena para la ceremonia de bienvenida o para la cena de gala, no es habitual que lo haga en ambas. Sin embargo, esta mañana sí aparecía con un look nuevo en el Patio de Armas del Palacio Real. Concretamente lucía un vestido de Carolina Herrera blanco de manga corta con cuello cerrado, con un delicado estampado de flores en azul celeste, el mismo color de sus complementos de Magrit: una cartera de mano y clutch. Redondeaban su estilismo los pendientes de aguamarinas de Bulgari.

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N.Tiburcio

Con esta cena termina la visita de Estado del emir y la jequesa. Era habitual que en este tipo de viajes, al día siguiente de la cena de gala, los invitados ofrecieran una recepción en El Pardo en honor a sus anfitriones, en este caso don Felipe y doña Letizia. Sin embargo, en las últimas visitas este acto se ha suprimido. Así ocurrió en la de Corea en junio del año pasado y en la de Italia en noviembre. Creíamos que era cuestión del coronavirus, pero ahora ha vuelto a ocurrir. Quizás todo se deba a un tema de agendas y en la próxima visita tengamos de nuevo los tres actos.