Primera jornada náutica de don Juan Carlos: sardinas a la brasa, navajas y triunfo del Bribón

A las seis y media de la tarde del viernes 20 de mayo entraban por la bocana del puerto de Sanxenxo los barcos que participaban en la regata previa a la final de la Copa de España, que se celebra este sábado. Uno de ellos era el Bribón, que esta vez no patroneaba el rey emérito, como ha sido habitual en todas las competiciones en las que participaba antes de la pandemia y de su decisión de instalarse en Abu Dabi.

Pedro Campos, siempre con don Juan Carlos, prefirió navegar esta vez con este en la neumática, la barca que sirve de apoyo a los veleros. En la jornada del viernes previa a la final de la Copa de España InterRías, el Bribón quedó en primer lugar. El rey emérito supo de la victoria en alta mar gracias a la tecnología, que permite ver en tiempo real la competición.

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Agencias S.T.

Don Juan Carlos permaneció cuatro horas en la barca y una vez que finalizó la regata ya no pasó por el club náutico. Tampoco participó en una de las costumbres de las que disfrutan las tripulaciones cuando llegan a tierra. Se trata de un encuentro de todos los regatistas donde hay un picoteo a base de hamburguesas y cervezas.

Esa misma tarde contaban a Vanitatis la ausencia de don Juan Carlos en la merienda cena con el resto de tripulantes: “El rey se encuentra en un buen estado físico, pero tiene 84 años y desde que llegó ha sido un día lleno de emociones. Es normal que se haya retirado a descansar”. Es lo que hizo. Subió al coche que Pedro Campos condujo, sin detenerse en el club náutico, como a la ida, pero parando a la altura donde se encontraba la prensa. El rey, con la ventanilla bajada, saludó tanto a los informadores como a los ciudadanos que desde los dos lados de la calle volvían a lanzar los “viva el rey, viva España”. Como había sucedido por la mañana, no hubo palabras y solo gestos de agradecimiento visuales antes de su viaje de vuelta a la casa de Pedro Campos, en Nanín, donde se instala el monarca siempre que viaja a Sanxenxo.

La noche de su llegada también hubo una cena familiar, con un menú ligero, a la que acudieron algunos miembros de la tripulación del Bribón. Lo más destacable fue la empanada de zamburiñas. A las doce de la noche se dio por finalizada la cena de bienvenida. Al día siguiente era el encuentro del anterior jefe del Estado con la España de a pie y con los cerca de doscientos periodistas acreditados.

La noche del viernes, en cambio, fue diferente. Las emociones ya habían bajado de intensidad y resultó más relajada. Además de la familia directa, acudieron dos representantes del Ayuntamiento y el alcalde, Telmo Martín. Hay que recordar que el edil fue quien confirmó oficialmente la llegada del monarca a Sanxenxo cuando todo eran especulaciones. Como ya contó a Vanitatis en la entrevista que se publicó el jueves, reiteró su declaración el viernes por la tarde: “Nos ha tocado la lotería con la presencia de don Juan Carlos”. También estuvieron acompañando al rey en esta cena, Pedro de Borbón-Dos Sicilias y Espinosa de los Monteros.

Telmo Martín no fue el único ajeno a la familia. El patrón mayor de la cofradía de pescadores de Sanxenxo y presidente de Nauta fue otro de los asistentes al encuentro distendido con don Juan Carlos. Como el día anterior, hubo empanada además de productos del mar como sardinas a la brasa, rodaballo y tres kilos de navajas recogidas esa misma mañana.

Como anécdota, hay que señalar que a pocos kilómetros, en Pontevedra, se encontraba su nieto Pablo Urdangarin con su equipo de balonmano, el Barça, que juega este sábado contra el Club Cisne Colegio Los Sauces, que tiene su sede en la capital de la provincia, según adelantó Silvia Taulés en Vanitatis.