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El emérito y una jornada de emociones: de navegar en el Bribón al reencuentro con su nieto Pablo
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FAMILIA REAL ESPAÑOLA

El emérito y una jornada de emociones: de navegar en el Bribón al reencuentro con su nieto Pablo

"El rey está bien físicamente, pero después de las horas que ha navegado prefiere no moverse y compartir con los amigos sus vivencias y emociones de estos días"

Foto: Don Juan Carlos, en Pontevedra asistiendo al partido de su nieto Pablo Urdangarin. (EFE/Salvador Sas)
Don Juan Carlos, en Pontevedra asistiendo al partido de su nieto Pablo Urdangarin. (EFE/Salvador Sas)

El viento no estaba a favor del rey emérito para que pudiera por fin competir con el Bribón. No hubo regata por el desajuste climático, pero sí la salida a mar abierto. Como explicaban los organizadores de la regata, “se montó el campo, pero la inestabilidad en la dirección del viento hizo imposible realizar la manga y se suspendió hasta el domingo”.

Como en los buenos tiempos, don Juan Carlos se hizo con el timón durante las cuatro horas que duró la salida, que no formaba parte de la competición. Y esta vez, cambió el puesto en la embarcación con su amigo Pedro Campos. Esa mañana fue el anfitrión el que subió a la neumática de apoyo con su mujer, Cristina Franze, mientras el rey ocupaba su lugar en el Bribón.

Foto: Antonio Resines y su mujer, Ana Pérez-Lorente. (EFE/Rodrigo Jiménez)

En la zona de embarque le esperaban el nieto del almirante Pita da Veiga y Pedro Borbón. El duque de Calabria era hijo del infante Carlos de Borbón-Dos Sicilias, que fue, hasta su muerte, el gran confidente del monarca. Los dos formaron parte del grupo que acudió la noche anterior a la cena organizada en casa de Pedro Campos, donde degustaron un menú muy gallego a base de sardinas a la brasa, navajas y empanada de zamburiñas. El sábado repitieron y se unió a la reunión Carlos Espinosa de los Monteros.

placeholder El rey Juan Carlos, navegando en Sanxenxo. (LP)
El rey Juan Carlos, navegando en Sanxenxo. (LP)

En los días que ha durado su estancia en Sanxenxo, don Juan Carlos ha preferido salir exclusivamente para acudir al club náutico. No hubo cenas en sus restaurantes preferidos y tampoco en otras casas que no fuera la de su anfitrión.

Según cuentan a Vanitatis, esa ha sido su elección: "El rey está bien físicamente, pero después de las horas que ha navegado prefiere no moverse y compartir con los amigos sus vivencias y emociones de estos días".

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En todas las ocasiones en que aparece públicamente, las muestras de apoyo son continuas. Los gritos de "Juan Carlos, quédate en Galicia" o "aquí sí te queremos" se mezclaban con los habituales "viva el rey" y "viva España".

Por la tarde del sábado y a la salida del recinto portuario no hubo manifestaciones en contra. Si sucedió por la mañana con la convocatoria del Bloque Nacionalista Galego, que tiene representación parlamentaria en el Congreso de los Diputados. Habían anunciado una concentración en la plaza de Portugal a las doce de la mañana bajo el lema: "Contra a impunidad e corrupción da monarquía. Galiza non tene reí". Los convocados llevaban banderas republicanas y 'estreleiras', así como pancartas contra la institución.

placeholder El rey Juan Carlos, en Sanxenxo. (LP)
El rey Juan Carlos, en Sanxenxo. (LP)

Puestos al habla con el alcalde de Sanxenxo, Telmo Martín, ha preferido no hacer valoraciones de la concentración y así lo confirmaba a Vanitatis: "No entramos en polémica".

Días antes, en la entrevista que concedió a este medio, esperaba que no hubiera problemas en la calle. "Aquí en Sanxenxo nunca lo han increpado ni ha habido momentos complicados, y espero que se siga respetando. El daño no se lo harían al rey emérito, sino al pueblo. Espero que no se aproveche la visita para hacer daño al ayuntamiento y a los vecinos”.

El domingo ya es el último día de estancia para don Juan Carlos en Sanxenxo. Volverá el 10 de junio para participar en el campeonato del Mundo de vela 6M, que es la categoría en la que compite.

Este sábado la crónica informativa también estaba centrada en Pontevedra, donde Pablo a Urdangarin jugaba con su equipo, el Barça B, contra el Club Cisne Colegio Los Sauces. Se hacían quinielas sobre si el abuelo rey iría a ver al nieto, si Pablo se trasladaría a Sanxenxo o, incluso, si la infanta Cristina estaría presente en las instalaciones deportivas para apoyar al hijo.

placeholder Don Juan Carlos I, a su llegada al pabellón municipal de Pontevedra para asistir al partido de Pablo Urdangarín. (EFE)
Don Juan Carlos I, a su llegada al pabellón municipal de Pontevedra para asistir al partido de Pablo Urdangarín. (EFE)

Finalmente, el padre de Felipe VI no quiso faltar a la cita deportiva y acudió a ver el encuentro de su nieto Pablo, acompañado de Pedro Campos y Pedro Borbón. Luciendo pantalón vaquero, camisa a rayas rojas y blancas y cazadora azul, fue ayudado a caminar por los estrechos pasillos de las gradas y a sentarse en las mismas. El rey emérito disfrutó como un espectador más del partido.

El viento no estaba a favor del rey emérito para que pudiera por fin competir con el Bribón. No hubo regata por el desajuste climático, pero sí la salida a mar abierto. Como explicaban los organizadores de la regata, “se montó el campo, pero la inestabilidad en la dirección del viento hizo imposible realizar la manga y se suspendió hasta el domingo”.

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