Expertos en comunicación analizan la visita de Juan Carlos I: "Ha reinado la impotencia"
El viaje exprés de don Juan Carlos a España nos ha dejado con grandes dudas. Algunas de ellas las responden tres expertos en comunicación consultados por Vanitatis
La resaca del viaje de don Juan Carlos a España nos ha dejado con grandes imágenes del rey emérito disfrutando de una de sus pasiones, las regatas, pero también con muchas dudas. ¿Volverá a vivir en España, como se deja caer en el comunicado que Casa Real mandaba este lunes por la tarde tras el almuerzo familiar? ¿Hizo bien Zarzuela en no mandar una foto de ese encuentro? ¿Ha actuado bien Felipe VI al reunirse con su padre? Para contestar a algunas de estas preguntas hemos consultado a tres expertos en comunicación no verbal, que nos dan su opinión acerca de cómo ha actuado Casa Real ante la primera visita del emérito a nuestro país.
"Es un trampantojo para no hablar de la realidad"
Verónica Fumanal, consultora en comunicación política, nos explica: "La comunicación es un mecanismo de transparencia y son técnicas que sirven para llevar un mensaje a un determinado público objetivo. En este caso, creo que Casa Real ha tenido que plegarse a los deseos de Juan Carlos I, y por lo tanto, ellos han tenido que poner en marcha una comunicación reactiva para intentar minimizar el daño reputacional que, de nuevo, el emérito le ha hecho a la Corona. Casa Real debería aprobar una comunicación mucho más proactiva, transparente, más pegada al día a día de los españoles".
Sobre si Casa Real tendría que haber mandado o no foto del almuerzo, Fumanal lo tiene claro: "En este caso, como han intentado minimizarlo todo, la imagen hubiera vuelto a refrescar esa idea de familia que Felipe VI y doña Letizia tanto se esfuerzan en dejar atrás. Es decir, nuevo reinado, borrón y cuenta nueva. Por otro lado, me parece que el comunicado tiene tantos párrafos como pocas ideas. Cuanto más se escribe, más se evidencia que no se tiene nada que decir. Resalta justo lo que no nos está contando, que existe un gran malestar, pero eso no se puede decir y, por lo tanto, todo lo demás es una cortina de humo, es un trampantojo para no hablar de la realidad".
"La Corona ha ido a remolque de otros"
Para Toni Aira, profesor de comunicación política de la UPF-BSM Barcelona School Management, la comunicación de Casa Real "deja bastante que desear. Una de las máximas en comunicación política e institucional es no ir arrastrado por las circunstancias, sino ser tú quien lleva la iniciativa. En este caso, como en otros, la Corona han ido a remolque de lo que otros han comunicado, poniéndolos en un brete. Quien más transmite la sensación de control es un rey emérito que está mayor y que tiene unas circunstancias encima que lo condicionan desde el punto de vista de la percepción popular. En cambio, su hijo parece que se esconda", argumenta.
Y continúa: "La sensación que se ha transmitido es la de impotencia por parte de un Rey que frente a su predecesor tendría que transmitir todo lo contrario: una idea de mejora, de iniciativa. Una nueva etapa. Y lo que parece es un hijo que no puede controlar a su padre, que comunica mejor al mostrarse, sonreír y recibir aplausos. Y proyecta esa idea que mantiene una cierta estima".
"Hay falta de comunicación sobre la relación padre e hijo"
Por último, Álex Comes, director del Estudio La Base, nos comenta: "En todo lo que concierne a la figura del rey emérito, la estrategia de comunicación de la Casa Real creo que tiene, aparentemente, un error clave: la falta de definición sobre la relación pública entre Felipe VI y su padre. Y esto es un problema, puesto que, como es normal cuando se cometen este tipo de errores, la imagen que se transmite en cada encuentro, ya sea directo o no, o en cada punto de conexión entre Felipe VI y Juan Carlos I, no deja clara la posición de la Corona con su anterior inquilino".
Comes destaca el fallo que ha sido no comunicar desde un principio de manera clara que el ex jefe del Estado iba a visitar Zarzuela: "Más allá de esta situación, con todo lo sucedido recientemente con la visita del emérito a Sanxenxo, el principal error que ha cometido la institución es no actuar con transparencia y claridad, ya que hasta que no ha pasado el encuentro no ha comunicado ni informado directamente que se iba a llevar a cabo un encuentro lógico y esperado, por lo que las elucubraciones de los medios de comunicación sobre si se iba a producir o no han podido avivar las críticas o el conflicto de la ciudadanía sobre este tema".
Sobre por qué no hubo imagen del encuentro familiar, dice: "Imagino que por miedo, puesto que una imagen es muy poderosa, y más en la sociedad en la que vivimos donde la 'memetización' de la comunicación y la viralización es tan fuerte, y en el caso de haberse enviado una foto del encuentro, sería cuestión de segundos que llegase a todos los rincones del país".
La resaca del viaje de don Juan Carlos a España nos ha dejado con grandes imágenes del rey emérito disfrutando de una de sus pasiones, las regatas, pero también con muchas dudas. ¿Volverá a vivir en España, como se deja caer en el comunicado que Casa Real mandaba este lunes por la tarde tras el almuerzo familiar? ¿Hizo bien Zarzuela en no mandar una foto de ese encuentro? ¿Ha actuado bien Felipe VI al reunirse con su padre? Para contestar a algunas de estas preguntas hemos consultado a tres expertos en comunicación no verbal, que nos dan su opinión acerca de cómo ha actuado Casa Real ante la primera visita del emérito a nuestro país.