Por qué la infanta Cristina fue la gran ausente en la cita de Zarzuela: "Hay cosas pendientes"

Se ha hablado mucho estos días de encuentro familiar, de intimidad, de privacidad. El lunes en el palacio de la Zarzuela sucedió algo que muchos esperaban desde hace meses: la familia del Rey se encontró tras dos años de ausencia del padre. En privado.

Estaban los dos reyes eméritos, don Juan Carlos y doña Sofía; los dos reyes actuales, Felipe VI y doña Letizia; la infanta Elena y sus hijos, Victoria y Felipe; la hermana del emérito, la infanta Margarita, y su marido. Se ha dicho: estaban todos. Pero no. No estaban todos, claro que no. Hay una gran ausencia en esta cita: la infanta Cristina y su familia.

No asistió ningún Urdangarin de Borbón al encuentro y los motivos son claros. “Los hermanos todavía tienen una conversación pendiente y ese no era el lugar ni el momento”, nos dicen fuentes cercanas a la familia. En España no hay rastro de ella; doña Cristina está estos días en Ginebra, según las mismas fuentes, después de pasar casi dos semanas en España, donde se ha dejado ver sonriente, casi feliz, con amigos y en entregas de premios. Ha paseado, se ha arreglado y ha mostrado su mejor cara para desaparecer después como si se la hubiera tragado la tierra.

¿En Ginebra?

Se ha informado de que está de viaje laboral con Obra Social La Caixa, algo que nos desmienten fuentes de la entidad. Ni está ni nos consta, nos dicen. ¿Podría estar de viaje con la Fundación Aga Khan para la que trabaja? Tampoco, nos informan desde Ginebra. Con todo, lo del viaje parece que es lo menos importante, porque la infanta suele tener libertad para cambiar los planes laborales.

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La hermana de Felipe VI se ha tenido que quedar en su casa, en la ciudad suiza, según cuentan a Vanitatis desde su entorno más cercano, para no entorpecer más lo que ha sido un largo fin de semana para la Casa Real y el Rey. “Si hubiera tenido un viaje podría haberlo cambiado, por unas horas, pero es que no ha estado ni ella ni ninguno de sus hijos”, nos detallan.

Tampoco sus hijos

Ese es el punto definitivo, según nos dicen, que muestra que la distancia entre los hijos de los reyes eméritos sigue siendo intensa. Porque ni uno de los cuatro Urdangarin de Borbón ha estado en el encuentro. Ni Pablo, que vive en Barcelona y pudo haber viajado sin problemas; ni Juan, que vive entre Madrid y Londres. Tampoco Miguel, que vive y estudia en Reino Unido, así como Irene, quien viaja a España con mucha frecuencia y podría haber venido a pasar el fin de semana y alargar su estancia hasta el lunes (no sería la primera vez que lo hace).

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Irene visita la capital catalana de forma regular y continuada, como su madre, que viaja al menos dos veces al mes y últimamente alarga sus estancias para, como decíamos, rehabilitar su vida social, algo que había enterrado cuando su marido fue condenado.

No se han visto

Desde que se separó de su marido, Iñaki Urdangarin, después del escándalo de las fotografías de él con otra mujer, muchos pensaron que el Rey y su hermana limarían sus diferencias. Incluso se habló de que la infanta Cristina ha estado en Zarzuela más de una vez y que allí se habría encontrado con su hermano. Es cierto que la infanta ha estado en el palacio, pero no ha mantenido la citada conversación con su hermano. Así nos lo dicen quienes conocen los entresijos y los pasillos del lugar y allí están a diario. El encuentro todavía no se ha producido y mientras eso no suceda, si es que sucede, doña Cristina no estará en las reuniones familiares.

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Sí que logró esa especie de perdón mientras su marido estaba encarcelado, pero fue en una sola ocasión y se permitió por expreso deseo de su madre, la reina Sofía. Era su 80 cumpleaños y su mejor regalo fue tener a toda la familia junta (que no unida) en la celebración y posterior fotografía. Sin embargo, cuando el rey Juan Carlos celebró su 80 cumpleaños, la infanta Cristina no apareció, ni siquiera en la fiesta privada que se organizó después de los actos más públicos, como la fotografía en la que posaron todos los miembros de la familia a excepción de los Urdangarin.

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Con todo, esa no es la última imagen de la infanta Cristina con sus hermanos: en 2020, en el funeral de la infanta Pilar, los Borbón y Grecia coincidieron en la iglesia, un momento que sirvió para evidenciar sus diferencias. No hubo siquiera un saludo entre ellos.

Sin título

Entonces las relaciones estaban ya completamente rotas, en especial desde que el Rey le retirara a su hermana el título de duquesa de Palma en pleno escándalo por el caso Nóos. Ante la negativa de la infanta de divorciarse o de renunciar a la línea de sucesión dinástica que le otorga el ser hija de reyes, Felipe VI anunció que había revocado el título a su hermana.

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La decisión se publicó en el BOE el 11 de junio de 2015, y la infanta mandó una respuesta, vía carta a varios medios barceloneses, en la que aseguraba que había sido ella quien había renunciado con anterioridad. Fuera cual fuera la consecución de los hechos, quedó patente que la relación entre ambos era ya no inexistente, sino mala. Y ahora, tras la ruptura del matrimonio Urdangarin de Borbón, existe la posibilidad de enmendar los errores, aunque, como nos dicen, para eso “se necesita tiempo y una larga conversación”.