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Vemos la serie 'Los Borbones': adicción al sexo, traiciones, herencias y traumas
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MONARQUÍA ESPAÑOLA

Vemos la serie 'Los Borbones': adicción al sexo, traiciones, herencias y traumas

El primer capítulo del documental de La Sexta sobre la familia real repasa la trayectoria familiar de la dinastía, desde Alfonso XIII hasta Felipe VI

Foto: La familia real española, en 2009. (Reuters/Dani Cardona)
La familia real española, en 2009. (Reuters/Dani Cardona)

“¿Reinará Leonor algún día?”. La pregunta sobrevuela el primer capítulo de ‘Los Borbones, una familia real’, aunque es solo al final cuando se plantea abiertamente. El inicio de esta docuserie, emitida este martes y codirigida por Ana Pastor y Aitor Gabilondo, repasa la vida de Juan Carlos I para hacer balance de la situación actual de la monarquía en España.

Es un primer capítulo algo caótico, que toca todos los palos y quiere ofrecer una fotografía global que después irá detallando. Amantes, mujeres, corrupción, puñaladas… Nos hablan de la traición del rey emérito a su padre, de cómo se repite la historia con su hijo, Felipe VI, y de cómo ambos heredan esos conflictos de generaciones anteriores, en especial de Alfonso XIII.

placeholder Los reyes Juan Carlos y Sofía, con sus hijos en el verano de 1990 en la Almudaina. (EFE)
Los reyes Juan Carlos y Sofía, con sus hijos en el verano de 1990 en la Almudaina. (EFE)

“Su hijo lo tiene que repudiar, pero no deja de ser su padre. ¿Cómo se resuelve ese drama? Sufriendo”. Así habla, por ejemplo, Fernando Ónega, periodista y amigo de don Juan Carlos, una de las voces que trufan este documental en el que se pretende explicar de dónde venimos para entender dónde estamos y predecir a dónde vamos. Y como queda claro en ‘Los Borbones’, la situación es harto compleja, como las vidas de sus protagonistas.

De Roma a Suiza

Vayamos al inicio de todo: la infancia de Juan Carlos I. Crece en el exilio, en Roma, y cuando su familia decide mudarse a Estoril para estar más cerca de España -y del trono-, a él lo mandan a un internado en Friburgo para que empiece su preparación monárquica. Como se dice en la serie, “el objetivo era recuperar la Corona y ese objetivo pasa por encima de todo”.

Foto: El rey Juan Carlos, en una foto de archivo. (Getty)

Carmen Enríquez, especialista en Casa Real desde hace décadas, recuerda que “para él fue un trauma”. Dos años después, Juan Carlos, Juanito, llega a España y, como dice Juan Fernández-Miranda, adjunto al director de ‘ABC’, “habla español con acento francés y viene a ser educado por el hombre que tiene prohibida a su familia volver a España”. Y una vez aquí, Enríquez señala que “le hicieron la vida imposible”.

placeholder Imagen oficial del cumpleaños de la reina Sofía. (CR)
Imagen oficial del cumpleaños de la reina Sofía. (CR)

Porque aquel príncipe debía adaptarse a dos hombres: su padre biológico, Juan de Borbón, y su padre ‘adoptivo’, Francisco Franco. Debía contentar a dos personas enfrentadas que no se soportaban y que tiraban del niño cada vez que había un rifirrafe. El empresario Antonio Eraso, amigo de la infancia y la madurez de don Juan Carlos, dice que fue “un camino lleno de penalidades, enorme, un campo minado”. Porque “hasta la muerte de Franco era una persona con pocos motivos para ser feliz en la vida”, dice Enríquez.

El plan del príncipe

Él, en lugar de amedrentarse, fue construyendo su propio plan. Así, mientras juraba fidelidad al dictador y al Movimiento, en sus adentros maquinaba cómo iba a cambiar la situación cuando llegara al poder. “Para conseguir la Corona, Juan Carlos traiciona primero a su padre biológico y después a su padre adoptivo -nos dicen-. Y en tiempo récord desmantela el franquismo”.

Foto: El rey Juan Carlos y la reina Sofía. (Getty)

Su papel en la Transición provocó que muchos republicanos se convirtieran al ‘juancarlismo’, sobre todo tras su intervención en el golpe de Estado de 1981. Y el Rey, dice el periodista Iñaki Gabilondo, “confundió la popularidad con la impunidad”. En los 90 se convirtió en un personaje adorado en medio mundo, “el gran conseguidor”, una "estrella internacional", recuerda Gabilondo. La figura “llegó tan arriba que su caída fue estrepitosa”.

Como el abuelo Alfonso (XIII)

El papel de “comisionista internacional” que ha desempeñado Juan Carlos I durante décadas es muy similar, recuerdan en el documental, al de su abuelo, el rey Alfonso XIII: “Fue procesado por corrupto y condenado a cadena perpetua si pisaba suelo español”. Un hecho que marcó su reinado y que provocó, en cierto modo, que tratara de jugar al equilibrio con el dictador Primo de Rivera, quien lo echó finalmente del país.

Foto: Los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia celebraron su boda el 31 de mayo de 1906. (Imagen de archivo)

Alfonso XIII y su nieto se parecen en más facetas: la reina Victoria Eugenia le dejó cuando los expulsaron de España, cansada de sus engaños e infidelidades. Es más, inciden en que “Alfonso XIII no solo era un adicto al sexo, sino que fue el primer promotor de cine porno en España”.

La herencia borbónica se traspasa de generación en generación, algo a lo que se refiere José Antonio Zarzalejos como una maldición. Porque “los reyes buenos terminan mal”, señala. Como Juan Carlos, quien pasó de la aclamación popular a la ruptura con el pueblo español, no sin antes destrozar su propia familia. “Cuando el príncipe Felipe tenía cinco años, la relación se rompe y cada uno empieza a hacer su vida por separado”, nos cuenta José María Olmo, periodista de investigación de El Confidencial y uno de los grandes informadores de los desmanes del exmonarca. “En ese momento, don Juan Carlos da rienda suelta a su faceta de playboy”, añade.

La infanta Cristina y el dolor

Esa separación afecta también a los hijos, como afectó a los hijos de Alfonso XIII, enfrentados todos entre sí. Los tres hijos de los reyes eméritos no han sido nunca una piña, aunque sí es cierto que Felipe y Cristina tenían una relación buenísima, “de uña y carne”, dice Enríquez, “por eso su ruptura fue dolorosísima para ambos”. El estallido del caso Noós, detonante de la separación total entre Felipe VI y su hermana menor, tiene también su papel en la serie.

Foto: Ilustración: Learte

Se recuerda aquel mensaje navideño de don Juan Carlos en 2011, en el que habló, severo, sobre las conductas ejemplares que se esperan de los miembros de la Corona. Zarzalejos señala: “El caso Nóos fue el principio del fin de la unidad familiar. Doña Cristina se sintió abandonada por la familia, su padre le pidió que renunciara a sus derechos dinásticos y se negó y le vino a decir que su marido había hecho las cosas que ha visto que aquí se hacen”.

La relación entre la infanta Cristina y su padre se ha recompuesto con el tiempo, pero no con su hermano. Eso, dice Zarzalejos, “no tiene arreglo”. A lo que Gabilondo añade: “Es imposible que se pueda reconducir”.

El Rey protector

Porque, además, don Felipe ha trabajado “para que no se repitiese con él y con sus hijas lo que le ocurrió a él en la infancia”. Pese a que aparece en el documental, de niño, afirmando que lo que se vive en su casa, Zarzuela, es “el ambiente que yo desearía para cualquiera”, todos sufrieron con la separación y las relaciones posteriores.

Foto: La reina Letizia, junto su suegro en los Premios Nacionales del Deporte. (Ballesteros/EFE)

Un sufrimiento heredado que se mantiene generación tras generación y que el rey Felipe VI lucha por no traspasar a sus hijas, en especial a la heredera del trono, la princesa Leonor. Y en ese juego de equilibrios tiene un papel determinante su mujer, la reina Letizia. Pero ese es ya otro capítulo…

“¿Reinará Leonor algún día?”. La pregunta sobrevuela el primer capítulo de ‘Los Borbones, una familia real’, aunque es solo al final cuando se plantea abiertamente. El inicio de esta docuserie, emitida este martes y codirigida por Ana Pastor y Aitor Gabilondo, repasa la vida de Juan Carlos I para hacer balance de la situación actual de la monarquía en España.

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