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Juan Carlos I y su 'perdición' por la caza: fincas, amigos, viajes y... Corinna
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NUEVO REVÉS JUDICIAL

Juan Carlos I y su 'perdición' por la caza: fincas, amigos, viajes y... Corinna

Una de las grandes pasiones del Rey emérito le lleva de nuevo a ser investigado. Contamos sus cotos favoritos, los empresarios que le invitaban y cómo conoció a su fatídica pareja

Foto: El rey Juan Carlos I, en 2012 tras el accidente de Botsuana. (EFE/Paco Campos)
El rey Juan Carlos I, en 2012 tras el accidente de Botsuana. (EFE/Paco Campos)

Es lo último que hizo antes de abandonar España en 2020: ir a cazar. El Gobierno anunció el confinamiento el 13 de marzo; el rey Felipe VI anunciaba su 'repudio' al padre, y unos días antes, Juan Carlos I había ido a Aranjuez a cazar perdices invitado por unos amigos. Fue la última vez que ha podido hacerlo en territorio español.

La caza, junto a la navegación, han sido siempre las grandes pasiones del exmonarca. Y sus amigos eran quienes le solían invitar. Ahora la Fiscalía investiga esas invitaciones en un gesto que muchos interpretan como otro intento de que se quede en Abu Dabi.

placeholder Jornada de caza de perdiz roja en la finca La Flamenca. (Great Spanish Hunts)
Jornada de caza de perdiz roja en la finca La Flamenca. (Great Spanish Hunts)

Sea como sea, cuando don Juan Carlos vuelva, algo que sucederá dentro de unos meses, según sus allegados, si no puede navegar porque ya es otoño, podrá ir a cazar. Puede que lo haga en alguna de las fincas a las que es asiduo en Aranjuez, Segovia, Toledo…, en uno de los muchos lugares en los que el rey cazaba, con sus amigos, propietarios de grandes cotos.

La favorita

Una de sus fincas favoritas siempre ha sido La Flamenca. Es propiedad de Manuel Falcó de Anchorena, duque de Fernán Núñez (desde 1956), quien suele agasajar a los cazadores más ilustres con copiosos almuerzos en este paraje. La zona social en la que se organizan desayunos y almuerzos es conocida como la Casa del Monte, y es también el lugar de encuentro y reuniones para los participantes en las cacerías de perdiz.

Foto: Felipe VI, con su padre, el rey Juan Carlos I. (Getty)

Con un gran salón con una enorme chimenea, comedor y paredes decoradas con fotografías de cacerías, está situado a los pies del palacio (construido en el cerro), donde reside actualmente la familia. La finca tenía su propia iglesia, su párroco y su escuela, algo que ha desaparecido con los nuevos tiempos.

La empresa que gestiona la finca es Milbro, cuyo nombre comercial es Great Spanish Hunts (GSH), y está especializada en escapadas en todo el mundo. GSH es propiedad de Javier Corsini, miembro de una de las familias burguesas más arraigadas y amigo de la familia real. Tanto es así que Corsini fue uno de los que organizó la campaña de recolecta de fondos para pagar la regularización de don Juan Carlos con Hacienda.

La finca es de 4.000 hectáreas y cuenta con más de 60 ojeos diferentes ofreciendo todo tipo de variedad de vuelo de la perdiz. Los cazadores suelen ir en grupos de ocho o nueve personas y en función de sus habilidades pueden llegar a salir con casi 2.000 piezas.

La más grande

Otra de las fincas a las que solía ir a cazar don Juan Carlos es La Garganta, propiedad del duque de Westminster. El actual duque es Hugh Grosvenor, que siente debilidad por España. Es propietario de esta finca, la mayor cinegética de España, donde don Juan Carlos conoció a Corinna Larsen en 2004.

Foto: El príncipe Guillermo y su padre en una imagen de archivo. (I.C.)

Pero fue invitado por el fallecido padre de Grosvenor, el anterior duque, de quien heredó la que está considerada como mayor latifundio de España y una de las grandes reservas de caza de Europa. Las 15.000 hectáreas, enclavadas en el Parque Natural del Valle de Alcudia y Sierra Madrona, han sido durante años uno de los paraderos favoritos del rey emérito para ir a cazar.

El amigo árabe

Aunque, como sabemos, su actividad no se ceñía a caza menor o a territorio español. Sonada y determinante fue su escapada a Botsuana, la que le costó, seguramente, la Corona. Y aquel viaje lo pagó el empresario Mohamed Eyad Kayali, amigo íntimo del rey y experto cazador, una de las personas clave, además, en la consecución del contrato del AVE a La Meca por parte de un consorcio de empresas españolas, según ‘El Mundo’.

Foto: Kayali, el amigo saudí del rey que pagó la cacería de Botsuana

Kayali, persona influyente entre la monarquía de Arabia Saudí, patrocinó la cacería en Botsuana de 2012 en la que don Juan Carlos se rompió la cadera. Este hispanosirio de origen saudí, con residencia en La Moraleja, intermedió para la adjudicación del AVE entre La Meca y Medina por parte de un consorcio español. Tal como adelantó El Confidencial en 2012, es quien solía patrocinar al rey en sus expediciones cinegéticas a lo largo del mundo. Ambos eran unos apasionados de la caza y, por ello, durante años compartieron viajes privados para conseguir los ejemplares más singulares. Kayali falleció en el año 2019.

El pabellón de caza

Ejemplares que, por cierto, don Juan Carlos guardaba en su pabellón de caza, el mismo que se hizo construir en el palacio de la Zarzuela después de años de insistencia. En 2007 Patrimonio Nacional puso en marcha el proyecto: la entidad que gestiona los bienes de la Casa Real española pagó 3,4 millones de euros por esta “edificación auxiliar” en el complejo de palacio. La noticia la adelantó en 2013 Europa Press, quien especificó que el coste se imputó a los presupuestos de Patrimonio Nacional (dependiente del Ministerio de la Presidencia) de los ejercicios de 2006, 2007 y 2008.

Foto: El entonces príncipe Juan Carlos, cazando en Inglaterra en 1959. (Cordon Press)

Este capricho real, de unos 1.000 metros cuadrados de superficie, tiene dos plantas donde se exponen y guardan los trofeos de caza de don Juan Carlos. Cuenta también con una cámara acorazada donde se custodia la armería del rey. “El mantenimiento que se realiza del pabellón de caza es el mínimo indispensable para conservar el inmueble y consiste en una revisión periódica de las instalaciones y en la aplicación (cada dos años) de los barnices de protección de la carpintería de madera exterior. El edificio tiene catorce años de antigüedad y por tanto no requiere, de momento, de más intervenciones significativas”, explicaba Patrimonio Nacional a Vanitatis a finales de 2020 a través del portal de Transparencia del Gobierno de España.

Es lo último que hizo antes de abandonar España en 2020: ir a cazar. El Gobierno anunció el confinamiento el 13 de marzo; el rey Felipe VI anunciaba su 'repudio' al padre, y unos días antes, Juan Carlos I había ido a Aranjuez a cazar perdices invitado por unos amigos. Fue la última vez que ha podido hacerlo en territorio español.

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