Los royals noruegos se engalanan: del look de la princesa Ingrid al debut de Durek Verrett

Este viernes en el Palacio Real de Oslo tendrá lugar uno de los eventos más esperado por los noruegos: la cena de gala para celebrar el cumpleaños 18 de la princesa Ingrid Alexandra. Los reyes Harald V y Sonia de Noruega ofrecerán una comida a la que asistirán miembros de la realeza de toda Europa, desde el rey Felipe (en solitario) y Guillermo Alejandro con Máxima de Holanda hasta Victoria y Daniel de Suecia, Kyril de Bulgaria y Rosario Nadal, acompañados a su vez de sus hijas Mafalda y Olimpia.

La hija mayor de los herederos del trono, Haakon y Mette-Marit, cumplió la mayoría de edad el pasado 21 de enero, pero no pudo celebrarlo por la situación sanitaria que se vivía en el país nórdico en ese momento. La primavera pasó, trajo consigo el verano y casi seis meses después de que soplara las velas en la más estricta intimidad, la princesa se prepara para ser el centro de atención de una cena de gala por todo lo alto donde, lamentablemente, no veremos a la princesa Leonor, a la infanta Sofía y a la reina Letizia.

Esta sonada ausencia ya la hemos abordado en un análisis en profundidad sobre la controvertida decisión de la Zarzuela de que la heredera española y su hermana no acudieran al evento oficial. Sin embargo, además de ser una fiesta con carácter institucional, incorpora una clara dimensión festiva y familiar para todos estos primos suecos, daneses, noruegos, luxemburgueses y griegos (todos ellos, al igual que las hijas de nuestros reyes, descendientes del rey Christian IX de Dinamarca), a los que se sumarán los holandeses y los búlgaros.

Si bien hubiese sido del agrado de muchos ver a Leonor y a Sofía enfundadas en trajes de gala, la asistencia de miembros reales que ya están en la capital noruega no ha decepcionado. Un día antes de la cena que ocasiona gran expectación hemos podido ver a toda la familia real al completo enfundada en sus mejores ropajes, acudiendo a las celebraciones del Gobierno de Noruega. La cena del Parlamento dedicada a la princesa Ingrid Alexandra ha estado repleta de anécdotas un tanto surrealistas que abarcan desde la peculiar elección musical de la banda que recibía a los royals hasta los brillantes estilismos y el debut oficial de Durek Verrett en un acto oficial de la realeza.

La gran protagonista de la noche llegó visiblemente emocionada por la cena organizada por el Gobierno del país para celebrar su mayoría de edad. Ingrid Alexandra fue recibida por el primer ministro de Noruega, Jonas Gahr Store; la alcaldesa de Oslo, Marianne Borgen, y el ministro de Finanzas, Trygve Slagsvold Vedum, a la entrada de la nueva biblioteca Deichman Bjorvika de la capital. Una vez dentro, la princesa pronunció un discurso donde no dudó en mostrar su gratitud a todos los presentes. "Gracias a todos los que han ayudado a hacer de esta velada una experiencia maravillosa para mí y para todos los que están aquí hoy. También me gustaría agradecer a todos los invitados que han venido de todas partes del país. La experiencia se vuelve aún más valiosa cuando tengo a tantos con quienes compartirla", fueron sus palabras concretas.

Como no podía ser de otra forma, acudió enfundada en uno de los vestidos más acertados de la noche. Concretamente, se decantó por un vestido de fiesta confeccionado en combinación de tejidos, entre ellos la poliamida, la seda, el algodón y el poliéster, de la firma Monique Lhuillier. Este diseño de escote princesa, torso tipo corset con detalle de pequeños lunares dorados brillantes tiene un precio de 2.657 euros, aunque se encuentra a la venta por poco más de 1.500 en algunas tiendas online de moda de lujo. Finalmente, optó por cubrir el pecho con una bonita capa semitransparente y completó el look con unos salones Christian Louboutin que ya hemos visto lucir a su madre en otras ocasiones.

Una de las grandes sorpresas de la tarde fue ver a una eufórica princesa Marta Luisa llegar del brazo de su prometido, que hasta ahora se había mantenido alejado de todos los actos oficiales de la Corona noruega. Tras más de dos años de noviazgo, la semana pasada se hizo el anuncio oficial del compromiso del chamán americano Durek Verret con la primogénita de los reyes, y la noticia causó un gran revuelo en toda Europa. Sus declaraciones polémicas y su currículum solían generar reacciones negativas entre la prensa y, precisamente por eso, había optado por mantener un perfil bajo hasta ahora.

Se les vio felices en su llegada a la cena de Gobierno por los 18 años de la futura heredera del trono. Ella lució un bonito vestido fucsia de escote en pico, mangas largas y detalle de bordados dorados en el pecho y la cintura. Mientras que él tomó la vía más sencilla y efectiva para ganarse el visto bueno de quien analizara su look, con un esmoquin negro, camisa blanca y pajarita a tono con sus zapatos de vestir.

Los reyes Harald y Sonia llegaron junto al resto de miembros de su familia y, precisamente, en esa entrada triunfal de royals tuvo lugar una de las anécdotas más curiosas de la cena del Gobierno. Nos referimos, por supuesto, a la elección de los organizadores de tocar algunas de las canciones más icónicas de ABBA en clave instrumental, aligerando el ambiente y dándole un prisma festivo y divertido de inmediato.

No pasaron desapercibidos los estilismos de la reina consorte y su nuera. Sonia de Noruega eligió un vestido largo confeccionado con tejido de efecto degradado de blanco a azul, y Mette-Marit, un vestido de color amarillo con estampado floral en color rosa claro y verde.

En otro momento llegó la princesa Astrid, la hermana del rey Harald, feliz en su silla de ruedas y acompañada por la princesa Marta Luisa y su prometido. Después de saber su peculiar (y desconocida por muchos) historia de vida, más parecida a la de las princesas actuales que a las de su época, verla entrando a la cena del Parlamento noruego al ritmo de 'Mamma Mia' con una amplia sonrisa a los 90 años es una imagen, cuando menos, tierna.

Este ha sido uno de los eventos más esperados por la familia real de Noruega y uno que, sin duda, la princesa Ingrid no olvidará por muchos años. Eso sí, este ha sido solo el comienzo de unas celebraciones que alcanzarán su cúspide en la cena de gala con reyes, príncipes y aristócratas del mundo reunidos por un mismo propósito.