La confesión de Jill Biden a la reina Letizia sobre sus primeros planes en Madrid

La cumbre de la OTAN ha paralizado la capital, pero hoy ya ha tenido lugar uno de los momentos más esperados de la reunión de la Alianza. Por un lado, se analiza todo lo relacionado con el encuentro de jefes de Estado y Gobierno de los países miembros, mientras que por otro se evalúa el papel de los reyes Felipe y Letizia como anfitriones de invitados de máximo nivel y sus acompañantes, respectivamente. Jill Biden ha sido la primera en encontrarse con la reina consorte de España en el palacio de la Zarzuela y, aunque no han tardado casi nada en ponerse manos a la obra con sus intensas agendas, ha habido tiempo para compartir un par de anécdotas personales.

Las imágenes del encuentro entre la primera dama de Estados Unidos y doña Letizia ha pasado a la historia como una reunión cordial, llena de complicidad y de carácter sumamente privado. Los medios de comunicación no fueron acreditados para inmortalizar el momento del saludo y la reunión dentro de la Zarzuela. Así, fue la propia Casa del Rey la encargada de mostrar cómo se desarrolló el encuentro con imágenes y un vídeo donde las vemos sonrientes y en actitud muy cercana. Pese al hermetismo de esta primera toma de contacto, han trascendido algunos detalles sobre lo que le comentó Jill Biden a la experiodista.

Jill Biden estaba acompañando a su marido durante su viaje por Europa, pero prefirió adelantar su viaje a España. Joe Biden llegará a Madrid el martes por la tarde, pues se encuentra en una conferencia del G7 en Alemania. La pareja se despidió el domingo por la noche, pues la primera dama pisó territorio español a última hora del día con su llegada a la base aérea de Torrejón de Ardoz. A las 11 de la mañana de este lunes ya estaba enfundada en un look rojo muy patrio para su cita con Letizia, pero nos preguntamos: ¿qué fue lo primero que hizo al llegar?

Esta no es la única duda que hemos visto despejada esta tarde. En el vídeo difundido por la Casa del Rey podemos escuchar a Jill Biden diciéndole a la Reina: "Traje a mis dos nietas conmigo", y le comenta desenfadadamente cuál fue su primer plan al llegar de la base aérea. "Nos quedamos despiertas y nos bebimos una copa de vino", fueron sus palabras concretas. Como quien le cuenta a una amiga qué fue lo que hizo después de un viaje, esta es la confesión de la que cientos de medios internacionales se han hecho eco.

Joe y Jill Biden, además de ser presidente y primera dama de Estados Unidos, son abuelos, y su familia ha estado en el centro de sus prioridades desde que se lanzó la candidatura demócrata como alternativa a Donald Trump. Es normal ver a sus hijos, pero especialmente a sus nietos (que son 7 en total), formando parte de las celebraciones y actos del 46º presidente de los Estados Unidos. Han concedido varias entrevistas a los medios estadounidenses y es bien sabido por todos los americanos que el abogado que lidera su país es (también) un abuelo dedicado de 79 años al que sus nietos le llaman cariñosamente Pop.

Las afortunadas que han podido acompañar a su abuela Jill en su viaje a España han sido Finnegan y Maisy Biden, hijas de Hunter Biden y Kathleen Buhle. Las jóvenes de 22 y 21 años, respectivamente, se han tenido que enfrentar al escrutinio mediático este año por la publicación del libro 'If We Break: A Memoir of Marriage, Addiction and Healing', que repasa las intimidades más crudas del matrimonio de sus padres y las traiciones que terminaron en un inminente divorcio en 2017.

Naomi Biden es la primogénita de Hunter y Kathleen, y muchos dicen que es la nieta preferida de Joe. La abogada de 28 años tiene perfiles en redes sociales donde publica pequeñas cápsulas de su vida en familia y, en ellas, su abuelo suele ser uno de los personajes principales. Naomi le debe su nombre a su tía, que falleció en el mismo trágico accidente de coche que se llevó la vida de Neilia, primera mujer de Joe, y dejó heridos a sus otros hijos, que también iban a bordo del vehículo.

Cada 18 de diciembre, Joe Biden toma un día de vacaciones para visitar el cementerio donde descansan los restos de su mujer e hija desde 1972. Jill lo acompaña, y es que la primera dama ha sido uno de sus más grandes apoyos a lo largo de los años. Se casaron en 1977 y juntos tuvieron una hija, Ashley, pero lo cierto es que sus nietos (políticos) no escatiman en el cariño que le profesan y la ven como su abuela, pues la llaman 'nana'.

Las tragedias que han perseguido al actual presidente de los Estados Unidos han hecho que su amor por la familia esté siempre presente y les dedique tiempo a pesar de sus muchas responsabilidades. Es por eso que no nos extraña que Jill haya querido viajar acompañada de sus nietas y que disfrutasen la noche del domingo de una copa de vino español antes de tener que sumergirse de lleno en sus compromisos del día.