El detalle desapercibido que muestra la buena sintonía entre Felipe y su hija Leonor
El Rey, sentado al lado de Leonor, le apretaba la mano en señal de apoyo y cariño a la hora de ejercer su papel en los Premios Princesa de Girona
Mucho se ha publicado estos días sobre los Premios Princesa de Girona, galardones que han copado titulares de la prensa patria y extranjera. Pero un detalle pasaba desapercibido para todos los que cubrían el acto de la entrega de los premios que tenían lugar en el Museo de las Aguas Agbar, en Cornellà de Llobregat, el pasado lunes. Se trata de un gesto de lo más cariñoso del rey Felipe VI con su hija la princesa Leonor, a la que, en un momento dado de la ceremonia y sentados en primera fila uno al lado del otro, aprieta cariñosamente su mano en señal de ánimo.
La cadena exacta de gestos es la siguiente: el Rey se gira en su asiento hacia su hija y con su mano izquierda coge la mano izquierda de Leonor, que la tiene apoyada en el brazo de su butaca. Leonor abre su mano para recoger el tierno movimiento de su padre y sin dejar de mirar al frente sonríe sintiéndose respaldada. Felipe, tras apretar ligeramente la mano, vuelve a soltarla, mira al frente y asiente dos veces con la cabeza.
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Todo un detalle del que, por discreto, muchos no eran conscientes y que demuestra la gran complicidad que existe entre padre e hija. Nadie mejor que el rey Felipe sabe la responsabilidad que conlleva ser un heredero a la edad de la princesa Leonor, que con 16 años tiene que tener la madurez suficiente como para enfrentarse a un escenario repleto de gente y dar un discurso en tres idiomas (castellano, catalán e inglés), sabiendo que tiene todas las miradas puestas sobre ella.
Un escenario en el que se desenvuelve con soltura, ya que es la tercera ocasión en la que hemos visto a Leonor convertirse en la absoluta protagonista de una velada en la que se reconocía el trabajo y el talento de cinco mujeres jóvenes, que se han convertido en referentes. Pero los nervios siempre están presentes, la presión es mucha y más para una joven adolescente, por mucha educación que reciba al respecto.
Sus padres son conscientes y por eso siempre están atentos a sus hijas en sus intervenciones. Un gesto similar tenía la reina Letizia, primero con su hija Leonor y a continuación con la infanta Sofía, a las que cogía cariñosamente de los hombros con una mano a cada una, apretándolas en señal de apoyo. Fue la mañana del lunes, cuando la princesa heredera y su hermana acudían solas a un taller organizado por la Fundación Princesa de Girona donde el iraní Hadi Partovi les hablaba del lenguaje de código informático. Sus padres aparecían por sorpresa poco después, pues no estaba planificada su visita en agenda, y se situaban detrás de sus hijas en un gesto de total apoyo, pero dejándolas todo el protagonismo.
Y es que la edad de la princesa Leonor y de la infanta Sofía, 16 y 15 respectivamente, ya les permite llevar actos en solitario; como ocurría el pasado domingo cuando las dos hermanas acudían a solas al Museo Dalí en Figueres. Un momento que también tuvo sus complicaciones debido a que era la primera visita de la Princesa a Girona, donde muchos independistas son reacios a la familia real y suelen abuchearles. Una presión difícil de gestionar que, sin embargo, las jóvenes superaron con nota.
Lo mismo que el discurso de la ceremonia de entrega de esta edición de los Premios Princesa de Girona, donde se la vio cómoda y segura. Leonor pronunció las palabras que había preparado con soltura y en tres idiomas, demostrando que el catalán para ella es una segunda lengua. Ya lo había hecho en la edición de los Premios de 2019, cuando nos dimos cuenta de que era nativa, pues no comete ningún fallo de pronunciación, como los que sí podemos encontrar en su padre con algunos sonidos como la vocal neutra.
Igualmente se defendió a la perfección en inglés, idioma que ha estudiado desde pequeña y que ahora ha perfeccionado con sus estudios en un internado en Gales, el UWC Atlantic College, al que tendrá que volver a finales de agosto para continuar con el segundo año de Bachillerato Internacional.
Leonor brilló también en su estilismo, con un vestido de corte princesa en color azul celeste de la firma malagueña Miphai que ha sido alabado en nuestro país y en el extranjero. Un look del que todo la prensa se hacía eco y resaltaba su imagen elegante y madura, con un maquillaje más pesado y un moño de corte bailarina con el que la vimos más adulta que nunca.
Mucho se ha publicado estos días sobre los Premios Princesa de Girona, galardones que han copado titulares de la prensa patria y extranjera. Pero un detalle pasaba desapercibido para todos los que cubrían el acto de la entrega de los premios que tenían lugar en el Museo de las Aguas Agbar, en Cornellà de Llobregat, el pasado lunes. Se trata de un gesto de lo más cariñoso del rey Felipe VI con su hija la princesa Leonor, a la que, en un momento dado de la ceremonia y sentados en primera fila uno al lado del otro, aprieta cariñosamente su mano en señal de ánimo.