Así fue el debut de George en Wimbledon: del beso de Guillermo y Kate a los recuerdos a Lady Di

Emoción hasta el último momento, como siempre suele pasar en este campeonato de tenis, el más antiguo del mundo. Casi siglo y medio de historia que da para muchas anécdotas y curiosidades, y que este fin de semana ha sido testigo de otro de los estrenos del hijo mayor de los duques de Cambridge, siempre incondicionales a esta cita. Y para la final masculina quisieron que les acompañara su hijo mayor. Un especial debut del príncipe George en Wimbledon que tuvo de todo: desde un beso de Guillermo y Kate fuera de cámaras hasta muchos recuerdos a Lady Di.

Y es que fue inevitable que la primera aparición del pequeño en las gradas del estadio trajera a la memoria de muchos el debut de su padre, el príncipe Guillermo, 31 años antes y acompañado de su madre, la princesa Diana, también gran aficionada del torneo. Como entonces pasó con el futuro heredero, George se convirtió en el centro de atención y en el objetivo de cámaras y fotógrafos. Desde los gestos de tensión con cada punto hasta la emoción tras encontrarse después con el ganador, Novak Djokovic, que incluso le prestó el trofeo para que lo pudiera contemplar de cerca.

Desde 2016, la duquesa de Cambridge es patrona del All England Lawn Tennis and Croquet Club, organismo responsable de la organización de Wimbledon, por lo que es habitual que en cada edición acuda a varios encuentros, incluyendo las dos finales. Y si otros años incluso la veíamos acompañada de su cuñada, Meghan Markle, este año ha estado acompañada en dos ocasiones de su marido, el príncipe Guillermo, mientras que acudió sola a la final femenina. Eso sí, no le faltó compañía en la grada, puesto que la pudimos ver charlar, por ejemplo, con Conchita Martínez, ganadora del torneo en 1994.

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Pero si Kate Middleton acaparaba todas las miradas en sus dos apariciones anteriores, este domingo no pudo evitar que la atención fuera casi en exclusiva para su hijo mayor, que cada vez participa más en este tipo de compromisos oficiales de los duques de Cambridge. Ya le vimos el año pasado debutando en Wembley con motivo de la Eurocopa de fútbol y, más recientemete, visitando Gales junto a sus padres o en la misa que tuvo lugar en Westminster en memoria del duque de Edimburgo, el pasado marzo, como parte de este 'entrenamiento' de cara a un futuro, en el que tendrá que asumir responsabilidades como príncipe de Gales.

Eso sí, no se nos puede olvidar que, por mucho que vaya a ser el rey -si todo va según lo previsto- en unas cuantas décadas, sigue siendo un niño de 8 años, por lo que no faltan esos gestos más espontáneos y propios de su edad. Aunque comparado con su hermano Louis, que se convierte en el gran protagonista en cada una de sus apariciones, es mucho más calmado, es inevitable que a veces salga ese lado menos responsable. Y fue, justamente, lo que pasó en las gradas de Wimbledon: desde hacer una broma a su padre simulando que se estaba durmiendo a buscar algún tesoro escondido en su nariz.

Y, como decíamos, las comparaciones con ese debut del príncipe Guillermo en 1991 han sido inevitables. En su caso, fue con motivo de la final femenina, pero muchos seguidores de los Cambridge no han tardado en encontrar similitudes entre los gestos que hubo en aquel momento entre la princesa Diana y su hijo mayor con los que veíamos este domingo del propio duque de Cambridge con su primogénito, mientras le explicaba ciertas curiosidades del torneo o le daba algunas indicaciones de esta cita deportiva, tan ligada a la familia real británica.

Pero también pasaron otras muchas cosas durante la final masculina del torneo de Wimbledon fuera de las gradas que en un primer momento pasaron desapercibidas. El príncipe Guillermo ya estaba en el All England Lawn Tennis y Croquet Club antes de que llegaran su esposa y su hijo mayor, por lo que pudimos verlo dándoles la bienvenida en la entrada. Un apretado abrazo a George y un casto beso a su mujer, sin salirse mucho de esos estrictos protocolos por los que limitan sus muestras de afecto en público sirvieron para recibir a ambos.

Y ya al terminar la final, volvíamos a ver al príncipe George disfrutando de uno de esos momentos reservados para unos pocos privilegiados en este tipo de citas, ya que pudo conocer en persona a Novak Djokovic, uno de los mejores -también polémicos- tenistas del mundo y ganador de esta edición del histórico campeonato. Tras la entrega de premios, presidida por la propia Kate Middleton, los Cambridge pudieron compartir unos minutos con el serbio, quien además tuvo el detalle de preguntar al príncipe si quería ver el trofeo de cerca, con la respuesta afirmativa y entusiasmada por parte del niño.

Hay que tener en cuenta que la Challenge Cup, que es el nombre que recibe el trofeo, mide 45 centímetros de altura y 19 de diámetro, está bañada en plata dorada y tiene tiene dos aparatosas asas, por lo que pesa mucho y no es fácil para un niño sostenerla en brazos. Así que no es extraño que tanto el príncipe Guillermo como Kate Middleton no lo perdieran de vista mientras se encontraba en manos de su hijo, incluso la propia duquesa de Cambridge quiso asegurar que no le pasara nada poniendo su mano en la parte superior, esa curiosa piña que obedece a una antigua tradición británica relacionada con los navegantes.

Tras un "es mejor que lo cojas tú" con el Kate que devolvía la copa al tenista, terminaba la jornada deportiva para los Cambridge, que con esta incorporación del príncipe George para apoyar el deporte y concretamente Wimbledon han marcado una nueva etapa en la vida oficial del pequeño.