La infanta Cristina y Barcelona: cada vez pasa más tiempo en la ciudad
La hermana del Rey está en la capital catalana desde hace un mes. Cada vez es más frecuente verla pasear por Pedralbes, su antiguo barrio
Ya no hay casi nada que ate a la infanta Cristina a Ginebra. Solo el colegio de su hija, Irene, que termina este nuevo curso su etapa escolar. Así que la hermana de Felipe VI, según nos cuentan, pasa cada vez más tiempo en España.
Por ahora no vuelve pese a que para ella sería la solución ideal. Así se lo ha comentado a sus amigos, le gustaría volver, pero no hay una fórmula mágica para su retorno, por lo que Ginebra seguirá siendo su residencia, aunque pase cada vez más tiempo en nuestro país. En especial, en Barcelona. Para muestra, un botón: lleva un mes instalada en la ciudad.
Ni en el trabajo ni entre sus amigos se ha hablado de mudanza inminente, según nos dicen, y si finalmente se mudara, es algo que sucedería muy a largo plazo. Mientras eso no sucede, Barcelona sigue siendo como su casa. Hay que recordar que su hijo Pablo vive en La Masía del Barça, donde el año que viene seguirá jugando en el segundo equipo de balonmano.
En la capital catalana está estos días doña Cristina. Desde hace varias semanas, además. Justo cuando Irene terminó el curso, ambas viajaron a la ciudad, donde se hospedan en el mismo lugar de siempre: el hotel Marriot AC Victoria, donde la Infanta tiene un apartamento. Ese ha sido el hogar de la familia durante años, desde que decidieron mudarse todos juntos a Ginebra.
Ahora, incluso ya separados, tanto la Infanta como Iñaki Urdangarin usan ese establecimiento como ‘campamento base’ cuando están en la ciudad. Pero nos avisan de que doña Cristina podría buscar otro emplazamiento para evitar a la prensa y estar más tranquila en sus largas estancias catalanas. Que a nadie le extrañe verla en algún momento en busca de piso de alquiler por la zona.
Un mes en Barcelona
Desde que la relación con Urdangarin está rota, la Infanta pasa cada vez más tiempo en la ciudad, decíamos. Primero, largos fines de semana, luego semanas enteras y ahora ya casi un mes. Y con su hija sucede lo mismo. Cada vez que tiene tiempo libre, Irene viaja a la capital catalana y muchos fines de semana los pasa aquí.
Es en Pedralbes donde está estos días. Por el barrio se la ha visto paseando seguida de sus dos guardaespaldas, algo cabizbaja. Quienes la conocen nos dicen que, pese a las alegrías y sonrisas que muestra en público, Cristina sigue muy tocada por su separación y cuando está sola o en la intimidad, las sonrisas desaparecen.
Lo hemos contado ya varias veces: esperaba terminar sus días en Ginebra con su marido, con quien planeaba un retiro dorado y feliz tras muchos años de tormenta. Su ruptura la ha pillado totalmente desprevenida. "No está bien", nos dicen quienes la tratan. Aunque intenta pasarlo lo mejor posible, hace planes con amigos, trabaja muchísimo y se mueve de aquí para allá, la decepción ha sido demasiado grande como para sobreponerse rápido.
Por eso busca estar con los suyos, con sus amigos, y Barcelona es en este caso su casa. Con amigos y con familia es como planea pasar estas vacaciones de verano. En su agenda hay varios puntos del país pendientes de su visita: estará unos pocos días en Vitoria y Bidart, donde siempre pasaba los veranos. Eso sí, planea ir cuando su todavía marido no esté para no coincidir con él.
El viaje de la Infanta servirá para reencontrarse con su suegra, Claire Liebaert, con quien siempre ha mantenido una relación muy estrecha y siente por ella un gran cariño. Además, otro de sus planes es ir a Sotogrande. Por el momento, no está previsto que visite Palma de Mallorca ni que duerma en el palacio de Marivent durante la estancia de su madre, la reina Sofía.
Divorcio en marcha
La pareja, según ‘Semana’, ya ha disuelto las capitulaciones matrimoniales que firmaron cuando se casaron hace casi 25 años. Un primer y firme paso para su divorcio. El acuerdo, según la publicación, prevé que Irene siga bajo la custodia de su madre y que todos los gastos de los hijos los asuma la Infanta. Eso sí, no deberá pagarle nada al que será su exmarido, ni en forma de pensión compensatoria ni por la manutención de los vástagos. Los estudios los pagan los abuelos maternos, así que ese asunto queda fuera del acuerdo.
En la nueva rutina de la familia, la de tantas con parejas separadas, los hijos se turnan para estar con sus padres. Unos días con él, otros con ella, con equilibrios para llevarse bien entre todos. Esa es la principal intención de la hermana de Felipe VI, quien ha contado además con la ayuda de su padre, Juan Carlos I, para el proceso de divorcio.
Y mientras desde el entorno directo de la infanta Cristina se habla de decepción, la misma palabra surge en el círculo de Iñaki Urdangarin. "El exduque de Palma está decepcionado con todos", insisten sus amigos, "y no quiere saber nada de su vida anterior". Y en este punto, sus amigos lo comprenden y algunos hasta le dan la razón. La Casa Real española pesa mucho en la vida de sus miembros y exmiembros, y quienes pueden, escapan de ella. Así lo ha hecho Urdangarin, que no piensa girar la cabeza para toparse con su pasado.
Por eso hemos podido verle con Ainhoa Armentia, su pareja, en las playas del País Vasco francés. A Urdangarin poco le importa ya lo que digan de él, solo le preocupa lo que puedan pensar sus hijos. Si va a un restaurante, no le importa que le hagan fotos, y si va a una playa, lo mismo. Lo único, repiten desde su entorno, es que los suyos estén bien. Y los suyos, desde hace meses, son solo sus hijos.
Ya no hay casi nada que ate a la infanta Cristina a Ginebra. Solo el colegio de su hija, Irene, que termina este nuevo curso su etapa escolar. Así que la hermana de Felipe VI, según nos cuentan, pasa cada vez más tiempo en España.
- El efecto Urdangarin en la imagen de la Corona: de Pablo al divorcio de Iñaki y Cristina Silvia Taulés Gráficos: Unidad de Datos Ilustración: Marina G. Ortega
- Cómo se gestó la visita de Juan Carlos I a Pablo Urdangarin: todos los detalles Silvia Taulés
- La infanta Cristina planea viajar a Bidart este verano cuando no esté Iñaki Urdangarin Silvia Taulés