Felipe, Letizia, Leonor y Sofía en Santiago: las mejores imágenes del día grande en Galicia

Son ya 46 años de historia los que unen a la familia real y Santiago. Después de aquella primera visita que hicieron don Juan Carlos y doña Sofía a la ciudad del apóstol con sus tres hijos en 1976, hemos llegado a la más reciente, que ha tenido luegar este lunes y que ha dado lugar a una imagen similar, ya que por segundo año consecutivo don Felipe y doña Letizia han estado acompañados de Leonor y Sofía en Santiago. Una jornada grande en Galicia que ha dado lugar a muchas imágenes, algunas bastante curiosas.

Desde unas horas antes de las 12 de la mañana, cuando estaba prevista la llegada de los Reyes y sus hijas a la Plaza del Obradorio, ya había mucha gente que quería ver de cerca y saludar a la familia real, que llegaba muy puntual y acompañada de la vicepresidenta Nadia Calviño. Como es habitual, durante esos minutos que han pasado antes de entrar en la catedral, no han faltado los gritos de "viva el Rey" y los piropos Leonor y Sofía, que un año más han querido lucir colores llamativos y veraniegos para esta cita gallega.

Los Reyes llegaban acompañadas de Nadia Calviño, una de las vicepresidentas del Gobierno, y eran recibidos por otras autoridades políticas, como el nuevo presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, así como su antecesor en el cargo, Alberto Núñez Feijóo, o la vicepresidenta Yolanda Díaz. Tras la bienvenida oficial, se escuchaba el himno nacional y el monarca se disponía a pasar revista a las tropas que participaban en la parada militar. Mientras, la reina Letizia, Leonor y Sofía permanecían en un segundo plano, hablando entre ellas y atentas al desfile militar.

Como siempre, los looks de las tres se han llevado gran parte de la atención mediática. Si Leonor y Sofía suelen llamar la atención ya por su altura y sus melenas rubias, lo cierto es que la elección estilística no ayudaba a que pasaran desapercibidas precisamente. Una vuelta a Santiago de Compostela en este nuevo Año Santo que ha sido de lo más colorida y son elecciones muy parecidas a las del año pasado, al menos en las hijas de los Reyes: un vestido en rojo y rosa en Leonor y un azul que recordaba a la banda que cruza la bandera gallega en Sofía.

Por su parte, parece que doña Letizia este año no se ha resignado a dejar todo el protagonismo a sus dos hijas y también ha reclamado parte de la atención con un llamativo vestido naranja de estreno. Un color muy arriesgado, pero con el que no hay duda de que ha acertado.

La ceremonia se ha desarrollado sin incidentes, aunque con un invitado inesperado, el calor. Por eso, Letizia, Leonor y Sofía han tenido que echar mano de su abanico -los tres del mismo color- en repetidas ocasiones. Cierto es que los diseños que han escogido tampoco ayudaban, puesto que eran bastante cerrados de cuello e incluso el de la hija pequeña de los Reyes presentaba manga larga. Tampoco el Rey se ha librado del calor y hemos podido ver cómo su hija mayor le daba un poco de aire con su abanico, un gesto que vuelve a mostrar la complicidad entre don Felipe y su heredera.

No ha faltado el protocolo propio de estas celebraciones religiosas, con los intercambios de saludos durante la paz, la comunión -que han preferido no tomar ninguno de los cuatro- o los diferentes rezos y piezas musicales entonadas por el coro. En total, casi dos horas de servicio religioso que finalizaban con el espectacular balanceo del Botafumeiro, un momento emblemático en cada misa en la catedral del que no han perdido detalle ni Leonor ni Sofía.

La visita de los Reyes y sus hijas a Santiago terminaba primero con una exhibición de varios miembros de la Patrulla Acrobática de Paracaidismo, a los que después han podido saludar una vez en el exterior y de nuevo en la Plaza del Obradoiro. Antes de poner rumbo a la capital, la familia real saludaba a los jóvenes participantes de la Ruta Quetzal, que ocupaban un lugar de la plaza con banderas representando a todos los territorios españoles.

Así terminaba una jornada que se puede calificar de histórica, puesto que no es habitual que se celebre el Año Santo en dos años consecutivos y que ha vuelto a contar con la presencia de los Reyes y sus hijas, a las que ya no volveremos a ver, al menos de forma oficial, hasta dentro de unos días en Mallorca, durante su tradicional estancia veraniega.