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La innecesaria politización de la jura de Leonor como Princesa de Asturias
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OPINIÓN

La innecesaria politización de la jura de Leonor como Princesa de Asturias

Leonor vuelve al internado llevando consigo este año la polémica generada en las últimas semanas en torno a su próxima jura como Princesa de Asturias cuando alcance la mayoría de edad.

Foto: La princesa Leonor, junto a su padre. (LP)
La princesa Leonor, junto a su padre. (LP)

El verano periclita, los Reyes se encuentran en su habitual vacación privada en un destino como siempre desconocido y la Princesa de Asturias regresará en breve a su internado británico del país de Gales, el UWC Atlantic College, que el día 26 comienza el curso lectivo. Un año muy cargado, pues tendrá que regresar a España para ciertos compromisos oficiales, en un centro docente en el que recibe una esmerada educación basada en principios como la convivencia con distintos grupos sociales procedentes de regiones geográficas y confesiones religiosas diversas; la promoción de la comprensión intelectual y el desarrollo del cuidado de los demás; una forma de vida sana y una buena condición física; la interacción comunitaria; las acciones en pro de la sostenibilidad; la iniciativa personal, la autodisciplina y la responsabilidad individual. Una filosofía de fondo en la que Leonor va a sumergirse llevando consigo este año la polémica generada en las últimas semanas en torno a su próxima jura como Princesa de Asturias cuando, el 31 de octubre del año que viene, alcance la mayoría de edad.

Una polémica sin sentido y, como suele suceder, aventada por la prensa e innecesariamente politizada por intereses partidistas, que han de ser ajenos a los procesos tradicionales propios de la dinastía y de la necesaria continuidad de las tradiciones seculares de la Corona. Tradiciones que, por ser poco conocidas, es fácil que sean mal entendidas o intencionadamente mal interpretadas y que, en este caso, los socios de Unidas Podemos en el gobierno de Pedro Sánchez tildan de tener olor “a medieval”, en su denodado y reiterado deseo de socavar la monarquía con cualquier argumento fácil que venga a mano y que, aquí, confunde con escaso criterio lo tradicional y lo simbólico con lo medieval. Cosa sorprendente en un grupo político cuyo representante Pablo Iglesias no dudó en regalar, en su momento, a don Felipe una serie tan cargada de simbolismo como 'Juego de tronos' y que, a pesar de estas recientes declaraciones, ha afirmado que no boicoteará la ceremonia.

placeholder Leonor, en 2020 en el Congreso de los Diputados. (EFE/Ballesteros)
Leonor, en 2020 en el Congreso de los Diputados. (EFE/Ballesteros)

La jura del príncipe o princesa de Asturias en pleno solemne ante las Cortes no tiene nada de medieval puesto que está recogida por la Constitución en su artículo 61.2, y lo que Leonor jurará será guardar la Constitución y las leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las comunidades autónomas, así como fidelidad al Rey, cuestión que no puede tacharse de añeja o vetusta. Justamente la monarquía española, a larga distancia de la británica con sus usos y formas de tinte sacro y de regusto realmente medieval que tanto atraen la mirada del mundo entero cuando despliega su 'pageantry', recurre muy escasamente a las referencias, los usos y las ricas y barrocas tradiciones de su pasado de las que se decidió prescindir de un plumazo con la restauración de 1975. Sin embargo, la jura del príncipe o princesa de Asturias, futuro rey o reina de España, no es una cuestión baladí pues refleja y representa el primer acto público de juramento de acatamiento a las leyes del futuro monarca, y de ahí que sea importante no restarle trascendencia ni relevancia, amén de que se hace eco de la vieja tradición española de presentar al heredero de la corona ante las viejas Cortes Estamentales de los distintos reinos y territorios de la monarquía hispánica en los tiempos pretéritos del Antiguo Régimen.

Pero la polémica no se circunscribe únicamente a los alegatos ya habituales de Unidas Podemos contra la Corona (de forma lógica han vuelto a animar al rey Felipe a que se someta a un referéndum que, con toda probabilidad, ganaría), sino que también está vinculada al Gobierno y al deseo de Pedro Sánchez de agotar una legislatura cuyo fin estaría cercano al 31 de octubre de 2023, fecha del 18 cumpleaños de la Princesa de Asturias. Y es que, de convocarse las nuevas elecciones para el mes de diciembre (se habla del día 10), previamente tendrían que disolverse las cámaras del Parlamento, lo cual supondría que de celebrarse la jura de Leonor el día de su mayoría de edad, tendría que hacerse ante la Diputación Permanente de las Cortes y no ante las cámaras plenas. De ahí que Pedro Sánchez, que tras su encuentro con don Felipe en Palma ha afirmado que esta es un polémica artificial y que “el 31 de octubre no se acaba el mundo”, haya avanzado la posibilidad de retrasar la jura a enero de 2024 cuando el nuevo Parlamento ya esté plenamente constituido y Leonor pueda dirigirse a ambas cámaras en pleno. Una decisión juiciosa que, entendemos, buscar reconocer y no negar la solemnidad y relevancia a un acto que perdería lustre de tener que llevarse a cabo únicamente ante la Diputación Permanente.

placeholder El rey Felipe VI y Leonor, este verano en Palma. (EFE/Ballesteros )
El rey Felipe VI y Leonor, este verano en Palma. (EFE/Ballesteros )

No obstante, desde la oposición el Partido Popular postula que la fecha y el acto de la jura sean pactados cuando, en realidad, es bien posible que, durante su encuentro en Palma, el presidente del Gobierno ya haya tocado esta cuestión con el Rey, que sin duda cumplirá pulcramente con lo que el Gobierno tenga a bien estimar. En cualquiera de los casos, la jura de Leonor es un importante rito de pasaje para una heredera a la que hemos visto poco, aún conocemos poco y necesitamos escuchar más. Por tanto, nada de ceremonia por la puerta de atrás, sino sesión solemne y con luz ante el Parlamento y las cámaras salidas de las nuevas elecciones, pues nada obliga a que la jura sea, necesariamente, el mismo día en el que cumple sus 18 años.

El verano periclita, los Reyes se encuentran en su habitual vacación privada en un destino como siempre desconocido y la Princesa de Asturias regresará en breve a su internado británico del país de Gales, el UWC Atlantic College, que el día 26 comienza el curso lectivo. Un año muy cargado, pues tendrá que regresar a España para ciertos compromisos oficiales, en un centro docente en el que recibe una esmerada educación basada en principios como la convivencia con distintos grupos sociales procedentes de regiones geográficas y confesiones religiosas diversas; la promoción de la comprensión intelectual y el desarrollo del cuidado de los demás; una forma de vida sana y una buena condición física; la interacción comunitaria; las acciones en pro de la sostenibilidad; la iniciativa personal, la autodisciplina y la responsabilidad individual. Una filosofía de fondo en la que Leonor va a sumergirse llevando consigo este año la polémica generada en las últimas semanas en torno a su próxima jura como Princesa de Asturias cuando, el 31 de octubre del año que viene, alcance la mayoría de edad.

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