Es noticia
Menú
La fanfarronada de Meghan y Harry está a punto de implosionar
  1. Casas Reales
ANÁLISIS

La fanfarronada de Meghan y Harry está a punto de implosionar

Las críticas al pódcast de la duquesa, que ya es el más descargado de Spotify, se suman a la invisibilidad de las acciones de Archewell y al retraso de su proyecto de Netflix. La duda es: ¿son los Sussex en realidad un gran bluf?

Foto: Meghan y Harry, en una de sus apariciones públicas. (Getty)
Meghan y Harry, en una de sus apariciones públicas. (Getty)

En noviembre de 2017, cuando se dio a conocer el compromiso del príncipe Harry con la actriz Meghan Markle, varios medios aventuraron que la pareja representaba "la nueva imagen de la monarquía". La idea de una joven criada en la cultura estadounidense, con inquietudes feministas y mucho mundo, se sembró en el imaginario colectivo como una forma de revitalizar a los Windsor. La modernización del viejo cuento de hadas logró cautivar a millones de espectadores en todo el planeta.

Al principio todo iba bien. Tres semanas después de casarse, Meghan fue invitada por Isabel II a bordo del tren real, un privilegio al que ni los Cambridge ni el príncipe Harry habían tenido acceso. La gira de los Sussex en noviembre de 2018 por Australia, Nueva Zelanda y Fiji fue un rotundo éxito. El 'New York Times' describía a la pareja como "joven, mixta y de aspecto absolutamente genial". El nacimiento de Archie el 6 de mayo de 2019 supuso el culmen de la historia de amor y mediática. Pero The Firm es absolutamente inamovible y muy pronto se vislumbró que Markle no iba a encajar. Entonces llegó la fanfarronada de los Sussex: querían hacer del mundo un lugar mejor, más feminista, más solidario, más diverso, pero no podían hacerlo desde el encorsetamiento de la vieja familia real británica.

Cuando Harry y Meghan decidieron separar sus caminos de los de Buckingham, diseñaron un plan para lograr sus grandes retos, y de paso sufragar su futuro. Por un lado, seguirían obteniendo ingresos a través de los contratos millonarios que firmaron con Netflix y Spotify para crear contenidos de corte social. Por otro, cubrirían su ambición solidaria a través de la Fundación Archewell. Pero los eternos lamentos y referencias a su mala experiencia en la familia real británica, vertidos desde su mansión de 14 millones de euros en Montecito, sonrojan y ya no convencen. De hecho, parecen haberse puesto en su contra. A día de hoy, el proyecto de Netflix no termina de prosperar, las acciones que acometen desde Archewell son prácticamente invisibles y los ejecutivos de Spotify han contratado a un gerente para acelerar la producción de pódcast.

Además, la plataforma de streaming acaba de recibir un buen chaparrón mediático a cuenta del primer pódcast de la duquesa de Sussex, que se estrenó este martes, dos años después de firmar un contrato de 18 millones de dólares. Lo que se anunciaba como un agitador de conciencias sobre la situación de las mujeres a nivel mundial, se ha quedado (de momento) en una conversación descafeinada entre dos mujeres cómplices. En el primer episodio de 'Archetypes', Meghan Markle entrevista a su mejor amiga, la tenista Serena Williams, en un ejercicio que ha sido recibido por la prensa con un gigantesco bostezo y una reflexión casi unánime: ¿para esto merece la pena pagar tal cantidad de dinero?

Parece que sí, porque el pódcast se ha situado ya como el más popular de la plataforma. Tres días después de colgarlo, el pódcast ha sido escuchado por millones de personas en todo el mundo y rápidamente subió a la primera posición en los Estados Unidos, Canadá, Australia, Irlanda y el Reino Unido.

placeholder Portada de 'Point de Vue'.
Portada de 'Point de Vue'.

"La primera vez que se dio cuenta de que era fabulosa fue a los 11 años", escriben en 'The Times', que no tiene piedad: "Justo cuando piensas 'Dios mío, nunca va a terminar esto', Meghan elabora una alegoría de todas las formas en que ella, una mujer feroz, fuerte y valiente, fue agraviada y difamada en los diez minutos que vivió en el Reino Unido". El pódcast prometía romper los estereotipos en los que se ha encajado a las mujeres durante generaciones, pero de momento lo único que hace es mostrar a dos mujeres "que están de acuerdo en que son maravillosas".

El punto de vista americano

Si les ha parecido ácida la crítica del 'Times', esperen a ver el artículo de la periodista norteamericana Meghan McCain, la hija de John McCain, que va camino de romper récords de audiencia en el 'Daily Mail' con el título '¿Realmente cree Spotify que el aburrido y engreído ejercicio de autoflagelación de Meghan Markle para mujeres ricas y con derechos vale el enorme precio que pagaron por él?'. Su visión es la de una estadounidense que les advierte de que, en ese país, su 'poder' e influencia de hoy puede desaparecer tan rápido como una pastilla de sacarina en un café con leche: "La mayoría de los estadounidenses son más propensos a escuchar lo que un entrenador de fútbol americano universitario del Medio Oeste tiene que decir que ellos. Os aseguro que a la mayoría de nosotros [los americanos] no nos importan".

Para McCain, los 57 minutos y 28 segundos del pódcast transcurren lentamente, sin que haya debate ni previsión de confrontar opiniones diferentes. "¿Es este un medio para reflexionar sobre lo difícil que es ser una mujer rica?", se pregunta la periodista. "Este pódcast está dirigido a los mismos que acuden a Gwyneth Paltrow en busca de consejos de salud y a Oprah en busca de consejos espirituales", escribe irónicamente, porque cómo empatizar con los problemas de una de las mujeres "más privilegiadas del planeta". Por cierto, la próxima invitada a hablar de feminismo será Mariah Carey.

placeholder Meghan Markle, en un partido de Serena Williams. (Reuters)
Meghan Markle, en un partido de Serena Williams. (Reuters)

Además hay otra paradoja. Cuanto más defienden su privacidad, más la utilizan para captar audiencia. Si este primer episodio del pódcast ha tenido repercusión en Europa ha sido porque en él Meghan revela que su hijo Archie estuvo a punto de perecer en un incendio mientras ella tenía que asumir un compromiso oficial. La anécdota sucedió durante un viaje de los Sussex a Sudáfrica en 2019 y se ha puesto en duda porque cuando todo sucedió las temperaturas eran veraniegas, por lo que no se entiende bien que hubiera un calentador en la habitación del pequeño.

No es la primera vez que se pone en cuarentena alguna 'anécdota' de los Sussex. Contra su relato de racismo y zancadillas por parte de los Windsor, en este tiempo han aparecido tres libros distintos que aportan pruebas y contrastan las medias verdades en las que se ha instalado el matrimonio: 'The Palace Papers', de Tina Brown; 'Battle of Brothers: William and Harry', de Robert Lacey, y 'Revenge', de Tom Bower.

El matrimonio tiene previsto volver a Londres y Mánchester a principios de septiembre. Una visita que ha sido saludada con una portada durísima en la revista 'Point de Vue', la más respetada en Europa en lo que a familias reales se refiere. La veterana publicación francesa dedica su número de esta semana a los duques, con el titular 'Harry y Meghan, el naufragio de los Sussex'.

placeholder Los duques de Sussex, en Nueva York. (Reuters)
Los duques de Sussex, en Nueva York. (Reuters)

En él, hacen una radiografía del auge y caída de la pareja que se había autoproclamado salvadora del mundo. "La convicción de querer hacer del mundo un lugar mejor apenas oculta la ausencia de acciones concretas para conseguirlo", reflexiona la revista, que recuerda los proyectos anunciados que de momento no se han materializado, como 'Pearl' (un proyecto de animación infantil para Netflix), y avala irónicamente el 'éxito' de su última gira de tres días por Nueva York, "muy publicitada, aunque más por sus atuendos que por sus discursos".

Fuera del trabajo 'royal', los Sussex hoy por hoy solo tienen su imagen para hacer negocio y la pregunta es si será suficientemente poderosa para pasar por alto todo lo demás.

En noviembre de 2017, cuando se dio a conocer el compromiso del príncipe Harry con la actriz Meghan Markle, varios medios aventuraron que la pareja representaba "la nueva imagen de la monarquía". La idea de una joven criada en la cultura estadounidense, con inquietudes feministas y mucho mundo, se sembró en el imaginario colectivo como una forma de revitalizar a los Windsor. La modernización del viejo cuento de hadas logró cautivar a millones de espectadores en todo el planeta.

Príncipe Harry
El redactor recomienda