Con los reyes, una invitada sorpresa y en cuatro idiomas: la boda civil de María Laura de Bélgica
La sobrina de Felipe y Matilde de Bélgica ha dado su primer 'sí quiero' del día a William Isvy. Lo ha hecho en el Ayuntamiento de Bruselas y solo acompañada del círculo familiar más cercano
No podíamos imaginar un fin de semana tan ajetreado en asuntos reales. Al reciente fallecimiento de la reina Isabel II y la consiguiente proclamación del nuevo monarca, Carlos III, se unen las celebraciones del Jubileo de Margarita de Dinamarca y un enlace real, en concreto el de la sobrina de Felipe y Matilde de Bélgica. Un enlace que ha tenido su primera parte esta misma mañana, con la celebración de la boda civil de la princesa Maria Laura, a la que han asistido los propios reyes además de una invitada sorpresa, y que se ha oficiado nada menos que en cuatro idiomas.
Eran poco antes de las 10:30 horas cuando la flamante pareja llegaba al Ayuntamiento de Bruselas, momento en el que se desvelaba uno de los dos secretos mejor guardados para este día, el modelo que elegiría para la ceremonia civil, lógicamente muy distinto al de la religiosa, prevista para unas horas después. Con un minivestido de la firma Gucci -una de las favoritas de su madre- en color blanco y un recogido alto, recordaba mucho a la estética que en los años 60 y 70 encumbró a su abuela, la reina Paola -entonces princesa- como una de las royals más bellas del mundo.
Los pocos invitados a esta ceremonia civil eran los familiares más cercanos por ambas partes. Así, con el príncipe Laurenz de Austria-Este, padre de la novia, acompañándola hasta el ayuntamiento para que se encontrara con su prometido, su madre, la princesa Astrid, llegaba acompañada de sus otros cuatro hijos: Luisa María, Leticia, Joaquín y Amadeo, este último acompañado por su mujer, Elisabetta. También pudimos ver a los reyes Felipe y Matilde, esta última con un vestido rojo de Natan que ya habíamos visto en más ocasiones, los príncipes Laurent y Claire con sus hijos y los reyes Alberto y Paola, en su primera aparición pública en meses y justo un día antes de que la italiana llegue a los 85 años.
Pero si ha habido una presencia que ha llamado la atención ha sido la de la princesa Delphine, la hija ilegítima del rey Alberto, a la que reconoció hace apenas dos años. Y es que aunque oficialmente pertenece a la familia real y está en todos los actos oficiales que requieren su presencia, como son las celebraciones del Día Nacional, parece que su relación con Astrid, su hermana y madre de la novia, no es la mejor. Así que el hecho de que esté incluida en esta lista reducida de invitados puede indicar que han limado asperezas.
Una ausencia que ha llamado la atención ha sido la de los cuatro hijos de los reyes Felipe y Matilde. Cierto es que tanto Elisabeth como Gabriel, los dos mayores, estudian en el extranjero, pero se espera que se reúnan con la familia para asistir a la ceremonia religiosa, al igual que Emmanuel y Eleonore, los dos más pequeños. Sin duda, la heredera belga es uno de los grandes reclamos de la tarde, ya que se trata de la futura reina y cada aparición -como sucede con las de Amalia de Holanda o nuestra Princesa de Asturias- es analizada al milímetro.
Otra ausencia, más que esperada, era la de Victoria Ortiz, la cordobesa a la que conocimos por ser la novia del príncipe Joaquín, hermano de la novia. Si ya se daba casi por segura la ruptura, el hecho de que no haya ido a la boda de la que sería su cuñada hace difícil pensar en otra opción que no sea la de un noviazgo ya terminado.
El resto de asistentes han vivido una ceremonia bastante corta, de apenas 30 minutos de duración, suficientes para el primer 'sí quiero' de la pareja. El enlace se ha llevado a cabo en cuatro idiomas, los tres oficiales del Bélgica -francés, alemán y neerlandés- e inglés, respetando así los orígenes del novio, el nuevo miembro de la familia real belga. Al terminar, marido y mujer han posado de nuevo ante la prensa, ofreciendo su primera imagen como recién casados y sellando su amor con un casto beso en la mejilla.
La ceremonia religiosa
Aunque cuando se conoció el fallecimiento de la reina Isabel II se dudó de si la boda de María Laura de Bélgica y William Isvy se celebraría en las mismas circunstancias, finalmente los planes no han cambiado, a diferencia de las celebraciones del Jubileo de Margarita de Dinamarca, que sí se adaptarán a las eventualidades. Eso sí, los novios, a través de su portavoz, dijeron que estaban muy conmovidos por la noticia y que durante la ceremonia religiosa habría unos minutos de reflexión en memoria de la monarca.
La misa será en la catedral de San Miguel y Santa Gúdula, durará una hora y cuarto y contará con más de 500 invitados, muchos de ellos pertenecientes a familias reales. De hecho, entre los testigos de los novios están Joseph y Astrid de Liechtenstein y Olympia de Napoléon-Bonaparte, una de las hermanas Arco-Zinneberg, además de Elisabetta de Bélgica, cuñada de la novia, con la que tiene una relación más que especial. De hecho, los pendientes quie María Laura ha lucido en la ceremonia civil son los mismos que su cuñada escogió para la boda con el príncipe Amadeo.
No podíamos imaginar un fin de semana tan ajetreado en asuntos reales. Al reciente fallecimiento de la reina Isabel II y la consiguiente proclamación del nuevo monarca, Carlos III, se unen las celebraciones del Jubileo de Margarita de Dinamarca y un enlace real, en concreto el de la sobrina de Felipe y Matilde de Bélgica. Un enlace que ha tenido su primera parte esta misma mañana, con la celebración de la boda civil de la princesa Maria Laura, a la que han asistido los propios reyes además de una invitada sorpresa, y que se ha oficiado nada menos que en cuatro idiomas.