Del vestido modificado de Mary al discurso de Federico: la cena del jubileo de la reina Margarita

Este pasado domingo por la noche, la reina Margarita de Dinamarca ofrecía una cena de gala en el palacio de Christianborg para conmemorar su Jubileo de Oro. Para esta ocasión tan especial, la reina danesa eligió un vestido en color azul de manga larga de la firma Birgitte Thaulow. Como la ocasión lo requería, lució la tiara de Orange Nassau realizada en oro con grandes perlas y diamantes, que data de 1825 y que por decisión de la reina Luisa en 1910 está reservada para la reina Margarita mientras sea jefa del Estado. Una tiara que la reina combinó con un gran collar de perlas a conjunto con grandes pendientes –tienen tal peso que llevan una sujeción enganchada a la parte superior de la oreja- y broche con el mismo protagonista, las perlas. Unas impresionantes joyas que lució con un blasón de la Orden del Elefante.

La princesa heredera Mary lució un vestido de fiesta del diseñador danés Jesper Høvring que volvió a utilizar, pero reciclándolo, como suele ser más que habitual en ella. Un maravilloso vestido que parecía nuevo, pero que no es así, puesto que al vestido dorado le añadió una capa de encaje negro con pedrería que le hacía parecer completamente nuevo. El vestido dorado original en seda y lino lo llevó en la mesa de Año Nuevo de 2017 y cuenta con una gran falda vaporosa cortada con pequeñas mangas.

Lo combinó con un clutch de su colección en color negro de Sergio Rossi y con stilettos de Gianvito Rossi. Entre las joyas que lució la princesa Mary, destaca la tiara de rubíes que fue utilizada por la esposa del mariscal Juan Bautista Bernadotte, Desireé Clary, en la coronación de Napoleón en 1804 y que era la favorita de la reina Ingrid. Un conjunto realizado en diamantes y racimos de rubíes con adornos florales. Lo ha combinado con un espectacular collar y pendientes de rubíes a juego.

Las hermanas de la reina, la princesa Benedicta y la reina Ana María, eligieron llevar collares de oro blanco y diamantes a juego, con una historia muy especial. Los dos fueron una vez un solo collar que perteneció a la abuela de las hermanas, la reina Alexandrine, y tras su muerte en 1952, la cadena en forma de diamante fue heredada por la reina Ingrid, quien dividió en dos el collar, que puede hacerse más corto y ser utilizado como pulsera.

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La reina Ingrid les entregó a cada una de sus dos hijas menores uno de estos collares, que este domingo ambas lucieron. Mientras la reina Ana María optó por un vestido verde con la tiara de esmeraldas, su hermana la princesa Benedicta llevó un vestido de Wichmann Couture con la tiara Beleburg Fringe.

La princesa Marie estrenó un vestido de Rikke Gudnitz en color amarillo, un diseño de manga francesa con detalles de plumas en la manga y que lleva un cinturón en el mismo tejido pero con una gran hebilla dorada ovalada. Lo combinó con un clutch de su colección y salones de Michael Kors. Entre las joyas, lució su tiara floral de diamantes, la misma que utilizó el día de su boda en 2008 con el príncipe Joaquín.

A la cena de gala también acudieron otras familias reales, como es el caso de la reina Silvia y el rey Carlos Gustavo de Suecia, que se trasladaban este fin de semana a Dinamarca con motivo del 50 aniversario del reinado de la reina Margarita. Para la ocasión, Silvia lució un vestido de estreno de Georg et Arend de manga larga en color azul turquesa, que combinó con su clutch de Judith Leiber y pulsera de Cartier. La reina Silvia decoró su cabeza con la tiara de las nueve puntas, un diseño realizado con diamantes de talla brillante y que consta de nueve puntas rematadas por nueve soles de diamantes y una base de filigranas clásicas de la era victoriana. Lo conjuntó con pendientes y collar a juego, de diamantes. La reina sueca sorprendió con su original bolso, en forma de concha marina metálica, que combinó con zapatos de tacón brillantes, que sobresalían sobre el sobrio vestido.

También estuvieron en la cena de gala la reina Sonia y el rey Harald de Noruega, que llegó apoyado en muletas. La reina noruega eligió reutilizar un vestido amarillo de manga larga con cuerpo de encaje y falda lisa que combinó con su tiara de esmeraldas de Leuchtenberg. En la cena hubo otros invitados, entre los que también se encontraba el primer ministro de Dinamarca, Mette Frederiksen, además del presidente de Islandia, Guðni Thorlacius Johannesson, y su mujer, Eliza Reid, y el presidente de Finlandia, Sauli Niinisto, y su esposa, Jenni Haukio.

El menú de esta noche de gala estuvo compuesto de delicias varias. En los entrantes pudieron degustar timbal de vieiras de las islas Feroe, langosta espinosa danesa y salsa de calabaza con jengibre. Entre los platos principales se sirvieron muskox de Groenlandia, tartaleta con verduras y salsa con kvan y yemas de cebolla de carnero saladas. Para terminar, hubo pastel de lluvia de postre, además de verduras y frutas del jardín del castillo de Fredensborg.

Pero, sin duda, uno de los momentos más especiales fue cuando el príncipe heredero pronunció un emotivo discurso dirigido a su madre en este momento tan especial como es el 50 aniversario de su reinado. Un momento lleno de emoción en el que dijo, entre otras cosas: “El barco lo compartimos, es nuestra responsabilidad. Te sigo como tú seguiste a tu padre y como Christian me seguirá. De esta manera, nuestras vidas se superponen, afortunadamente, pero solo si tú tienes el timón. El comando tiene un solo dueño en el puente entre generaciones con la misma misión. Puedes estar segura de que yo, como tu segundo al mando, estoy justo detrás. Leal y lleno de respeto por el viaje que has emprendido y que continúa llevándonos a todos”. Un discurso que dejó en silencio a los 400 invitados a la cena, que siguieron emocionados las palabras del príncipe heredero.

La princesa Mary estuvo especialmente emocionada durante la noche, en la que la reina Margarita también quiso decir algunas palabras, especialmente para sus hijos y sus nueras. “Federico, Mary, Joaquín y Marie. Todavía me apoyáis, muchas gracias por vuestro esfuerzos responsables y dirigentes”. La reina danesa también quiso destacar lo buenos padres que son sus hijos y sus esposas: “Sois mi apoyo y alegría, tanto aquí como en el extranjero, y sois los buenos y amorosos padres de mis ocho nietos”.