Todo sobre el hotel Claridge's, el lugar que cambió las vidas de Juan Carlos I y Sofía

El funeral de Isabel II ha hecho que muchos mandatarios internacionales viajen hasta Londres para poder darle su último adiós a la monarca británica. Este también ha sido el caso de don Juan Carlos y doña Sofía, invitados por el Foreign Office de Reino Unido. Ellos no dudaron en confirmar su asistencia, debido a los lazos consanguíneos y la estrecha relación que siempre les ha unido. Una vez en Londres, los eméritos se han hospedado en un hotel de la capital, concretamente en el Claridge’s.

Se trata de un lugar cargado de historia, pero también muy ligado a las vidas de don Juan Carlos y doña Sofía. Este lugar se ha convertido en el refugio de la reina en numerosas ocasiones, pero también, según se apunta desde diferentes medios, es el sitio en el que nació su amor hace ahora más de 60 años. Un lugar magnífico, un hotel de cinco estrellas que ha hecho del lujo su carta de presentación y que siempre ha sido el preferido de la aristocracia.

Durante la boda de los duques de Kent, en 1961, este fue el lugar seleccionado para que descansaran algunos de sus invitados, entre los que se encontraban don Juan Carlos, doña Sofía y otros miembros de la realeza. Este hotel ya había sido elegido para hospedar a algunos de los invitados de la boda de Isabel II en su día y de nuevo fue seleccionado para esta nueva cita de la realeza.

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Al parecer, el encuentro entre ellos tuvo lugar en la recepción del hotel, tal y como narra Pilar Eyre en su libro ‘La soledad de la reina’. Se conocían justo después de que la relación de Sofía con Harald de Noruega hubiera finalizado y poco menos de un año después, la pareja anunciaba su compromiso en este mismo lugar. Desde ese momento, este fue el hotel en el que siempre se alojaban durante sus visitas a Londres, habitualmente en la Suite Royal.

Todo sobre el hotel Claridge’s

En el corazón del Mayfair, se fundó en 1812 como el hotel Mivart's, pero años más tarde, en la década de los 50, cambió de manos, pasando a ser propiedad del matrimonio Claridge, quienes tenían un pequeño hotel en la vivienda contigua y decidieron ampliar su negocio uniendo ambas casas. Así, el hotel Claridge’s tal y como se lo conoce en la actualidad comenzó su andadura en 1856.

Con el paso de los años fue mejorando su reputación, llegando a recibir la visita de la reina Victoria. Esto fue clave para este lugar, que se convirtió en el preferido de los jefes de Estado y de la realeza europea. Tras la Primera Guerra Mundial, y debido a la gran demanda de aristócratas que no tenían residencia en Londres, este lugar floreció. Porque era un refugio para ellos, pero también por las comodidades que ofrecía, todo un lujo para la época, pues contaba con ascensores privados y enormes baños, entre otras modernidades y detalles que lo hacían imprescindible.

Sin embargo, no fue hasta la Segunda Guerra Mundial cuando consiguió consolidar su lugar como enclave indispensable para los miembros de la realeza. Este hotel se convirtió en un lugar seguro para los exiliados de sangre azul en un momento de conflictos internacionales. Por ejemplo, en 1945 la habitación 212 fue declarada territorio yugoslavo por un día por orden de Winston Churchill para que el heredero al trono, el príncipe Alexander, naciera en suelo yugoslavo,

No solo la realeza se ha rendido a las bondades del Claridge’s, también Hollywood y sus estrellas han llenado sus habitaciones. Cary Grant, Audrey Hepburn y Alfred Hitchcock también se encuentran entre sus ilustres visitantes, así como algunos más actuales, como Brad Pitt o Mick Jagger.

La historia de este hotel es larga, y nos lleva a través de varias décadas y diferentes siglos, como también lo hace su arquitectura y diseño. Sin embargo, si de algo se enorgullecen es de su historia art déco, estilo instaurado en el hotel en los años 20 y 30 y que todavía mantiene en muchas de sus habitaciones, aunque sin perder de vista las tendencias. Otras son de estilo victoriano y otras más actuales y modernas. Tiene más de 200 y todas son únicas, aunque en todas el confort y el glamour son la esencia.

A lo largo de su historia han colaborado con notables diseñadores, como Veere Grenney, Diane von Furstenberg, Guy Oliver, David Linley o Bryan O'Sullivan. De esta forma, el hotel mantiene su esencia, pero incorporando las nuevas tendencias y manteniéndose siempre actual. La intención del hotel es que el visitante disfrute de la experiencia más lujosa, gracias a sus instalaciones y su oferta gastronómica -hasta 2013 la cocina estuvo dirigida por el chef Gordon Ramsay-. Este exclusivo hotel, que a menudo se conoce como una ‘ampliación del palacio de Buckingham’ por su exclusiva clientela, también tiene zona de cócteles y spa, ideal para relajarse tras un largo día descubriendo la ciudad.