ElGrande Toto, el rapero marroquí ídolo del heredero, Moulay Hassan, detenido en Casablanca

El príncipe Moulay Hassan, de 19 años, se coló discretamente entre los espectadores del multitudinario concierto que dio, hace un mes en Rabat, ElGrande Toto, el más célebre de los raperos del mundo árabe. El heredero del trono no se podía perder la actuación del gran artista marroquí. Su presencia entre el público fue revelada por el diario digital 'Goud'.

Contar entre sus fans al hijo del rey Mohamed VI y actuar en un festival patrocinado por el Ministerio de Cultura no le ha servido de salvoconducto a Taha Fahssi, de 26 años (Casablanca 1996), cuyo nombre artístico es ElGrande Toto, para librarse de la severidad de una Justicia que se rinde en nombre del rey. Tampoco le han amparado su éxito puesto de manifiesto por sus 2,72 millones de suscriptores a su canal de YouTube y sus 50 millones de seguidores en Spotify.

Apresado por la policía el pasado lunes, la fiscalía del Tribunal Penal de Casablanca ordenó su detención provisional mientras se desarrolla una investigación por cinco denuncias formuladas contra el artista. Fue finalmente puesto en libertad el miércoles por la tarde, pero a investigación sigue su curso. Abarca al conjunto de sus publicaciones digitales y declaraciones que “son susceptibles de incluir elementos sancionables por la ley”, señaló la fiscalía.

En el recinto OLM Souissi de Rabat y en los alrededores se congregaron hasta 170.000 espectadores para, en el marco del festival Capital de la Cultura Africana, ver y oír a ElGrande Toto, corear sus canciones y aplaudirle a rabiar. Los tacos y las expresiones vulgares y su apología de la marihuana pronunciada en el escenario no inmutaron el público ni, aparentemente, a Moulay Hassan, que al final del concierto quiso saludar al artista.

Del texto de la canción 'Mghayer' (78 millones de visualizaciones en YouTube) “emana una gran sinceridad”, escribía días después Jalal Drissi en la publicación oficialista 'Le 360'. “ElGrande Toto recrea un mundo con el que los jóvenes pueden identificarse”, añadía explicando su éxito. “Especialmente los que están en una edad crítica en la que el individuo no es ni un niño ni un adulto”. 'Mghayer' evoca un malestar existencial que un joven puede sentir en cualquier parte del mundo”.

Después, ante la prensa, el rapero fue aún más explícito que sobre el estrado. “Sí, fumo cannabis, ¿y qué pasa?”, les espetó a los periodistas. “Lo consigo fácilmente”. “Somos célebres [los marroquíes] por nuestra hierba”, añadió. Marruecos es el segundo productor mundial de marihuana después de Afganistán. Para que no cupieran dudas de lo que consumía subió a Instagram fotos en las que se le veía fumando un canuto.

En una sociedad como la marroquí, cuyas élites son muy conservadoras, ElGrande Toto fue en público demasiado lejos. “(...) soltó palabras obscenas y confusas ante unas 170.000 personas”, le reprochó Jalal Drissi rectificando su anterior pronunciamiento y formulando críticas compartidas por buena parte de la prensa. “Pretende olvidar que el consumo de cannabis recreativo sigue siendo un delito en Marruecos”, añadió. “Probablemente embriagado por su popularidad y su éxito, el joven rapero pareció considerar esta invitación de un departamento ministerial como que le habían dado un cheque en blanco”. “Al salirse del ámbito de la creación artística, ElGrande Toto se extralimitó”. “El Gobierno se sintió muy avergonzado por este acontecimiento inesperado”, recalcó.

Tan es así que el ministro portavoz, Mustapha Baitas, arremetió el 29 de septiembre contra el rapero en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno. “Rechazamos categóricamente los comentarios del cantante, que ofenden la moral pública”, afirmó. “¡Es un comportamiento inaceptable! Este discurso no puede ser aceptado en un espacio público y en un acto en el que están presentes muchas familias marroquíes". Concluyó con un anunció: "Se tomarán medidas para evitar que se repitan estos comportamientos".

Más en apuros pareció estar aún el ministro de Cultura, Mehdi Bensaid, que patrocinó el festival. Hizo un doble discurso. Afirmó, por un lado, que él no podía hacerse responsable de las palabras pronunciadas por ElGrande Toto y que no le correspondía a su ministerio censurar a los artistas. Pero, por otro lado, se expresó también como padre de familia: “No acepto comentarios indecentes en el espacio público”.

Ahí empezó la cuenta atrás para ElGrande Toto. El 20 de octubre se le comunicó que no podía viajar al extranjero después de que se hubiesen formulado contra él esas cinco denuncias, entre las que destaca la del periodista Mohamed Tijjini, afincado en Bruselas, por “difamación y amenazas”. El rapero le advirtió en Instagram: “No hables demasiado y no te hagas ilusiones porque vives en Bélgica”, le escribió. “Si algún día me cruzo contigo allí, ya verás lo que te sucede”.

El cantante debió de ver las orejas al lobo. El pasado fin de semana rectificó en una conferencia de prensa en Rabat. “Mis palabras han sido, estos últimos tiempos, mal interpretadas”, aseguró. “Nunca he querido ofender a nadie”. “Quiero presentar mis disculpas a los organizadores del festival y a mis fans”. “Nunca alenté el consumo de droga ni de cualquier producto ilícito”. “Soy aún joven y el error es humano”. “Soy consciente del alcance de mis actuaciones y confío en que las cosas se arreglen”. Son algunas de sus declaraciones.

Su detención el lunes demuestra que, pese a su acto de contricción ante la prensa, “las cosas” más bien empeoran. A ElGrande Toto le queda por esperar que, en un país que sigue siendo profundamente monárquico, los magistrados sean sensibles a su proximidad con el príncipe heredero o que, si es juzgado y condenado, Moulay Hassan intervenga ante su padre para que le indulte como hace con muchos presos con motivo de las fiestas religiosas y también de la del Trono en julio.