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Primer episodio del pódcast 'Corinna y el Rey': de los mensajes del señor Sumer a las barbacoas en La Casita
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LA PUNTA DEL ICEBERG

Primer episodio del pódcast 'Corinna y el Rey': de los mensajes del señor Sumer a las barbacoas en La Casita

Vanitatis tiene acceso al primer capítulo con "la historia de un amor que hundió el linaje real de España", disponible a partir del próximo 7 de noviembre en las plataformas

Foto: Corinna Larsen, en una imagen de archivo. (Getty)
Corinna Larsen, en una imagen de archivo. (Getty)

Cuando la llamaba a su oficina, dejaba los mensajes como ‘señor Sumer’ (en alusión a Su Majestad el Rey, ahora emérito). Pretendía esconder su identidad, pero su voz era “tan genuina” que todo el mundo sabía de quién se trataba. La llamaba diez veces cada día. Le mandaba flores todos los días. Y decenas de cartas. Muchas de ellas las llevaban hasta Londres los pilotos de Iberia en carpetas. Hacían vida completamente de pareja en La Casita, un pabellón dentro del propio El Pardo, remodelado para la ocasión -supuestamente- con fondos reservados. Y las barbacoas en ambiente desenfadado que tanto disfrutaban, junto al hijo de ella, tenían lugar apenas a unos kilómetros de la casa donde vivía la reina Sofía.

“Cuando lo llaman aventura o se refieren a mí como la amante no es que sea despectivo, es que no describe la profundidad de la relación. Nunca me había sentido tan vinculada a alguien como con el Rey de España. En mi corazón, él era mi esposo”, asegura la protagonista de esta “historia de amor e intriga” contada “como nunca antes se había hecho”.

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Vanitatis ha tenido acceso al primer episodio del pódcast ‘Corinna y el Rey’, disponible a partir del próximo 7 de noviembre de manera gratuita en las grandes plataformas. Y la cosa promete. De manera intencionada, todo se cuenta a modo de “telenovela”. La narradora de la versión española, la dominicana Laura Gómez (Blanca Flores en ‘Orange is the New Black’) lo presenta como “la historia de un amor que hundió el linaje real de España” o el relato de “una exorbitante cantidad de dinero escondido que escandalizó a todo un país”. Frases todas ellas al estilo 'quédense ustedes porque lo veremos tras la publicidad'.

placeholder Corinna y el rey Juan Carlos.
Corinna y el rey Juan Carlos.

Aunque el pódcast no es tan solo material de prensa rosa. Porque ya desde el primer capítulo se habla de facturas dudosas, como la de la lujosa luna de miel que Corinna organizó para Felipe y Letizia. Un pago fue destinado a Palacio. El otro, a la compañía Navilot SL, cuyo administrador único y accionista mayoritario era Josep Cusí, compañero de regatas y viejo amigo del hoy Rey emérito.

No creía que tuviera ningún motivo para sospechar. Por aquel entonces, tanto el rey Juan Carlos como Isabel II eran considerados héroes globales. Figuras sumamente respetadas”, destaca Corinna. Por lo que el oyente se tiene que creer que ella no sabía nada de aquella empresa catalana. En definitiva, una de las mujeres con más contactos del mundo, la que se presenta como una gran empresaria, no investigó en aquel momento a quién estaba mandando una factura de cientos de miles de euros.

El tono sarcástico está también muy presente en este trabajo de investigación realizado por Bradley Hope, finalista al Pulitzer y cofundador del estudio de contenidos Project Brazen. El que fuera periodista de ‘The Wall Street Journal’ conoció a Corinna cuando preparaba su galardonado libro sobre el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salman.

“Propusimos a Corinna una entrevista en profundidad. Hemos estado hablando con ella a lo largo de un año. Pero ella no tiene ningún tipo de control sobre el pódcast. No ha cobrado nada por ello. Su versión es parte de la investigación, donde también se incluyen las versiones de otros personajes, incluso gente que es muy crítica con ella”, explica a Vanitatis. “Venimos de ‘The Wall Street Journal’. Esto no ha sido ponerle un micrófono y emitir lo que dice sin más. Tenemos un proceso riguroso en el que hemos contrastado una gran cantidad de material. Y al analizarlo todo desde una perspectiva desde fuera, creo que ofrecemos un enfoque muy diferente a las historias que han sacado en la prensa española. El hecho de que la narradora no sea española se hizo a propósito”, añade. El periodista asegura que se contactó con la Casa Real, pero no recibieron respuesta.

La Casita

Sobre Corinna, afirma que es una “persona compleja”. “En esta historia, como en la vida real, nadie es 100% víctima o 100% villano. Nosotros no la catalogamos. Tiene que ser el público que haga sus propias conclusiones”, matiza.

Eso sí, no tiene tapujos en recalcar que, más allá de la relación personal entre dos adultos, considera que esto es una historia de corrupción en la que “apenas estamos comenzando a ver la punta del iceberg”. “Los periodistas de investigación de España pueden pasar fácilmente una década descubriendo cosas nuevas cada semana sobre las formas en que operaba antes la Casa Real, recibiendo y escondiendo dinero”, apunta. “Yo estoy fascinado por cómo funcionan las familias reales y la forma en que luchan por el poder. Y lo que descubrí es que la Casa Real española no era tan diferente a la de Arabia Saudita”, agrega.

El primer episodio del pódcast lleva por título ‘La Casita’, en referencia al pabellón de caza utilizado por Franco dentro de El Pardo, que terminó convirtiéndose en el nido de amor de la pareja, según la versión de Corinna.

placeholder Corinna zu Sayn-Wittgenstein, a su llegada al Tribunal de Apelación británico. (EFE)
Corinna zu Sayn-Wittgenstein, a su llegada al Tribunal de Apelación británico. (EFE)

Según relata, su historia comenzó en febrero de 2004, cuando se conocieron en la finca del duque de Westminster, localizada en la cordillera de Sierra Morena, el coto de caza privado más grande de Europa. Fue allí cuando Juan Carlos muestra interés por la empresaria de origen danés-alemán y le pide consejo sobre armas, campo que ella conoce a la perfección. Lo descubrió durante su primer matrimonio con el empresario británico Philip Adkins, con el que pasó su luna de miel en Botsuana y tuvo su primera hija.

Tras su divorcio, contrajo matrimonio con Casimir, príncipe zu Sayn-Wittgenstein-Sayn, de la realeza alemana, con el que tuvo su segundo hijo. Ella dice que conserva su apellido porque quiere llamarse igual que su hijo. Con la primera hija, parece que no le importaba eso tanto porque el apellido Adkins, pues oye, no suena igual.

La vida normal

Desde prácticamente su primera cita con Juan Carlos en La Casita, él le cuenta que su matrimonio con la reina Sofía está terminado y solo actúan como pareja para los actos oficiales. “Aunque ya me resultaba complejo estar con un hombre casado, comencé la relación con la condición de que fuera exclusiva, en definitiva, no me interesaba formar parte de una especie de harén”, relata.

Corinna asegura que el entonces Rey tenía un “don” para saber leer rápidamente a las personas y saber lo que les interesaba. “Era divertido, persistente, pero gracioso. Uno de los mayores seductores de la realeza”, detalla.

Para septiembre de 2004, los dos estaban ya completamente enamorados y hacían vida de pareja. “A él le encantaba tener una vida normal, fuera de protocolo, hacer barbacoas. Yo soy una mujer que tiene los pies en el suelo. Que le gusta meterse en la cocina y colocar las cosas, poner la mesa... y creo que él no había visto algo así nunca”, subraya.

placeholder La imagen de 'Paris Match', en uno de los programas de La Sexta. (Atresmedia)
La imagen de 'Paris Match', en uno de los programas de La Sexta. (Atresmedia)

Y es entonces cuando la voz de la narradora recalca que cuando las fotos de las barbacoas se filtran en la prensa española años después, “la gente enloquece”. “Nunca habían visto a su Rey con pantalones cortos, aún más impactante, estaba con el hijo de ella, jugando con él, como si fuera suyo”, señala la narradora.

Corinna explica que a él “le encantaba la espontaneidad y calidez de tener un fin de semana así. Fuera del protocolo y complejidades de su matrimonio, simplemente siendo él mismo”. En cualquier caso, el primer episodio termina diciendo que Juan Carlos es “más complicado de lo que parece” y esconde muchos “secretos”. Telenovela pura.

Cuando la llamaba a su oficina, dejaba los mensajes como ‘señor Sumer’ (en alusión a Su Majestad el Rey, ahora emérito). Pretendía esconder su identidad, pero su voz era “tan genuina” que todo el mundo sabía de quién se trataba. La llamaba diez veces cada día. Le mandaba flores todos los días. Y decenas de cartas. Muchas de ellas las llevaban hasta Londres los pilotos de Iberia en carpetas. Hacían vida completamente de pareja en La Casita, un pabellón dentro del propio El Pardo, remodelado para la ocasión -supuestamente- con fondos reservados. Y las barbacoas en ambiente desenfadado que tanto disfrutaban, junto al hijo de ella, tenían lugar apenas a unos kilómetros de la casa donde vivía la reina Sofía.

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