Rebecca Bettarini, mujer del gran duque de Rusia, nos habla de su hijo: "Nos ha cambiado la vida"

El gran duque de Rusia, Jorge Mijailovich, y su mujer, Rebecca Bettarini, fueron padres de su primogénito, el príncipe Alexander, en un hospital de Moscú el pasado 21 de octubre 2022. Y han querido compartir las fotos de estas primeras semanas del que se ha convertido en el primer heredero de los zares que ha nacido en Rusia tras la caída del imperio.

La pareja contrajo matrimonio el 1 de octubre de 2021 en la catedral de San Isaac en San Petersburgo. Se convirtió en la primera boda en cien años que un Romanov celebraba en la ciudad de sus antepasados. Ahora, con la llegada de Alexander, ha sucedido lo mismo, como nos relata la princesa y escritora Rebecca Bettarinni, hija del embajador italiano, Roberto Bettarinni.

Los grandes duques viven entre Moscú y Bruselas, donde tienen sus casas, sus trabajos y sus fundaciones. El padre de la criatura, Jorge Mijailovich, es hijo de María Vladimirovna, y de Francisco Guillermo de Prusia, cuyo árbol genealógico llega hasta la reina Victoria. El gran duque pasó parte de su infancia y juventud en Madrid, tal y como el mismo explicaba en una entrevista que concedió a Vanitatis antes de su boda: “España ha sido un país de adopción para nosotros. He crecido en Madrid, y España es un país al que quiero mucho. Los reyes don Juan Carlos y doña Sofía estuvieron presentes en mi bautizo y en mi vida desde el principio, así que obviamente les tengo mucho cariño a ellos y a toda la familia real”.

La princesa Rebecca conoció a su marido por amigos comunes en Bruselas. Y cuando volvieron a coincidir, le pidió que le ayudara en un proyecto solidario para el desarrollo y la búsqueda de nuevas curas del cáncer. A partir de ese momento, se dieron cuenta que lo suyo iba más allá de un trabajo conjunto. Llegó el noviazgo, la pedida con un anillo muy especial con un diseño que mantenía la tradición de los compromisos de los zares. La guinda fue la espectacular boda de la que Vanitatis fue testigo con 250 medios acreditados y mil quinientos invitados. Entre ellos, los reyes Simeón y Margarita de Bulgaria, los duques de Braganza, la princesa Lea de Bélgica, Luis Alfonso de Borbón y Margarita Vargas, Leka de Albania y Miriam Ungría con su hijo y Boris, actual príncipe de Tirnovo.

Coincidiendo con la llegada de su primer hijo, la gran duquesa concede esta entrevista a Vanitatis y, en conversación telefónica desde Moscú, cuenta cómo se encuentra, la reacción de la familia y los proyectos de Navidad.

-¿Cómo se encuentra?

Estamos felices y emocionados con la llegada de nuestro primer hijo, el príncipe Alexander. Es un bebé tranquilo y muy guapo. ¡Qué le voy a decir si somos sus padres!

-¿Viven en Moscú definitivamente?

Nos trasladamos aquí antes del covid y, cuando llegó la pandemia, no podíamos viajar a Bruselas, que es donde también tenemos nuestras fundaciones. Aquí en Rusia también hemos organizado una ONG, una especie de banco de alimentos que ayuda cada año a un número grande de personas y ahora lo hacemos para Ucrania. Nuestras fundaciones, que tenemos también en África, son para ayuda, para unir. Todos son hermanos porque los Romanov son originarios de Kiev. Todos los problemas actuales se desarrollaron con el comunismo, en la época soviética. Nosotros ayudamos lo mejor que podemos. Tenemos una organización de diez mil voluntarios y cincuenta regiones rusas que están involucradas.

-¿El vivir en Rusia les trae alguna complicación?

No, porque todo el mundo sabe que los Romanov no son políticos. Y sobre todo, saben que formamos parte de Rusia y Ucrania. Lo que deseamos es que podamos dejar un mundo mejor a Alexandre.

-¿Viajarán a Bruselas?

Ahora con el bebé es más complicado.

-Su vida ha cambiado con el nacimiento de su hijo

Es un gran cambio y nos adaptamos felices. El bebé tiene necesidades muy básicas: comer, dormir. Es todo muy sencillo. Y Alexander tiene mucha suerte porque tiene a todos sus abuelos y a la bisabuela, que acaba de cumplir cien años y tiene la cabeza fantástica. Estoy agradecida a mi marido, que ha sido una persona estupenda y detallista durante todo el embarazo.

-¿Las navidades las pasarán en Moscú?

Sí, y vendrá la familia y por supuesto la bisabuela. Estamos todos felices y queremos que el bautizo sea en diciembre.

-¿En qué idioma le hablan?

En todos. Nosotros hablamos seis y queremos que nuestros hijos, porque este será el primero de una larga familia, puedan tener la educación que su padre y yo recibimos. Hemos estado acostumbrados a viajar por el mundo y aprender que lo diferente no se rechaza ,sino que sirve para unir y para el desarrollo personal. Ahora, lo que hacemos es hablarle cada uno en un idioma. Unos abuelos le hablan en italiano, otros en inglés y español y el padre en francés.