A Corinna se le va de las manos: asegura que el rey Juan Carlos buscaba su "eliminación física"

De nuevo, la palabra matrimonio y, de nuevo, en boca de Corinna Larsen para referirse a Juan Carlos I. Esta vez, no obstante, habla de un Rey que ya ha abdicado, que sigue insistiendo en casarse con ella, a lo que ella responde, por enésima vez, “no”.

En la versión de su historia que da Larsen en el pódcast ‘Corinna y el Rey’, cuyo avance ha aparecido este jueves, siempre aparece un matiz distinto a lo ya contado. En este caso, que ella misma era consciente de que no podrían casarse jamás. “Me di cuenta de que el Rey católico nunca podría divorciarse. Estaba rodeado de personas que claramente intentaban hacerlo feliz y lo animaban a seguir con este plan tan loco, y lo tendría que hacer simplemente porque debes complacer al Rey”.

De pronto, Corinna se pasó a la rebeldía, y de mantener una relación cordial con su expareja pasó a tratar de alejarse de él lo máximo posible. Porque, señala, “te das cuenta de que para todos eres solo una plebeya que solo tiene que hacer lo que le dicen y esa no es la forma en que me criaron”.

"Una fantasía"

La negativa supuso un golpe para el exmonarca, cuenta Corinna, quien añade que intentó convencerla incluso ofreciéndole un título nobiliario; un título “falso”, dicen en el pódcast. Es curioso porque lo aseguran en el pódcast, pero no se puede escuchar de su voz, no al menos en el adelanto al que hemos tenido acceso en Vanitatis.

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Habrá que esperar, sin duda, a su publicación, el próximo lunes 5 de diciembre. El título al que se refieren en el pódcast es “princesa de Borbón”. “Todo era una fantasía, no me lo tomé en serio, lo tomé como un hombre que estaba bastante desesperado”, asevera la alemana.

Las amenazas

La historia de esta sexta entrega se hilvana poco a poco y termina en un momento muy oscuro. Corinna asegura que el propio Juan Carlos I, en enero de 2015, el día en el que ella cumplía 50 años, la llamó para amenazarla de muerte (repetimos, afirma ella). Fue una llamada fugaz, dice, pero clara para ella. El ya exrey le dijo que estaba en Arabia Saudí, en el funeral del rey Abdalá (fue el 29 de enero de ese año), y esas palabras fueron suficientes para interpretar las amenazas.

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Así lo cuenta la expareja de don Juan Carlos: “Imagínate que le dicen al rey de Arabia Saudí que aquel generoso regalo que le había hecho su hermano [en referencia al hermano del rey fallecido] a su amigo había sido robado por esta mujer malvada”. La reflexión de la alemana es sobre los 65 millones de euros que dice que recibió como un regalo y que el monarca español le reclamó después.

“La narrativa la estaba utilizando en ese momento, cuando el asesinato de Jamal Kashoggi no había ocurrido y el mundo no era aún consciente de lo que realmente significaba estar en la lista negra de un país como Arabia Saudí”. Nadie, pero ella sí, dice, “sabía muy bien lo que eso significaba y él quería asegurarse de que yo supiera que estaba allí el día de mi 50 cumpleaños”. La empresaria alemana afirma que, de pronto, se dio cuenta de “cuán lejos estaba dispuesto a llegar”.

"Empujarme al suicidio"

Ese camino de amenazas que denuncia Corinna la llevó a “hiperventilar, a tener sudores fríos”. Porque “aquello destruyó cualquier pizca de esperanza que tuviera de volver a encontrar la normalidad, la paz o una vida feliz. Me di cuenta, en 2015, de los grandes esfuerzos que estaban realizando para destruirme, pero ahora estoy hablando de algo más que la destrucción de mi reputación; estoy hablando de la posibilidad de una eliminación física o de empujarme al suicidio”.

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Estas declaraciones de Corinna coincidirían con su versión judicial en el caso al que se enfrenta con el exrey de España en los juzgados de Londres. Lo demandó por acoso y, además de pedir una orden de alejamiento, pidió una indemnización de la que no se ha concretado la cuantía. El caso se dirime en los juzgados de la capital británica y parece que va para largo.

"Como Franco, Stalin..."

Mientras, ella sigue en pie en su batalla mediática contra su expareja, a quien compara con los peores dictadores que hayan existido jamás. “Es lo que hacen los dictadores y los gobernantes autoritarios, son jugadas como las de Franco, Stalin, y estamos en el siglo XXI. España es una democracia. Creo que la gente aún no es consciente de que el espíritu de Franco está vivo y coleando”.

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La llamada que denuncia Corinna en este pódcast tuvo lugar una tarde, cuando ella se iba a cenar con unos amigos para celebrar, lo decíamos, su 50 cumpleaños. “Me sentí realmente muy sola, estaba al borde de la depresión, querían demostrarme que tenían un alcance global, que podían llegar a cualquiera”.

Aquella noche pasó de la alegría a temer por su vida. Como su relación con Juan Carlos I, que pasó de una petición de matrimonio a las amenazas de muerte. Una montaña rusa que promete seguir siendo contada como hasta ahora, por capítulos y con cuentagotas, para que no pierda ni un ápice de actualidad.