Gigi Howard, Pablo de Grecia y el FBI: los años del rey Felipe en Washington, donde vuelve hoy
El Rey vuelve este viernes a Washington, una ciudad en la que vivió durante una temporada cuando contaba 25 años y que le dio muchas alegrías y algún que otro disgusto
Este viernes, Felipe VI está en Washington, tras entregar junto a la Reina el día anterior las Medallas de Oro de las Bellas Artes en Tenerife. Allí, don Felipe tiene un encuentro a media mañana (hora local) de este 2 de diciembre con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, en la misma sede del FMI.
Aprovechando su visita a esta ciudad que tantos recuerdos le trae, el Rey asistirá esta tarde a la celebración del centenario del Masters of Science in Foreign Service Program, donde pronunciará algunas palabras en el United States Institute of Peace de la ciudad.
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Un viaje a un lugar muy especial para él, en el que vivió cuando tenía 25 años compartiendo piso con su primo Pablo de Grecia, cuando decidió estudiar un máster en Relaciones Internacionales en la Edmund Walsh School of Foreign Service de la Universidad de Georgetown.
Su buen nivel de inglés, sin duda, lo perfeccionó en la capital estadounidense, que le vio llegar en 1993, año en el que se matriculó en Georgetown. Los dos primos compartieron casa durante dos años, siendo el actual monarca testigo de primera mano de los primeros meses de relación de Pablo de Grecia con su actual esposa, Marie-Chantal. La novia del príncipe Pablo dejaba París para trasladarse primero a Nueva York y después a Washington para estar con el que hoy ha cumplido más de 27 años de casados.
Pablo de Grecia y el príncipe Felipe vivían en un piso cerca del campus de la universidad en la que, durante un tiempo, el Rey pudo disfrutar de un anonimato que no tenía en España. La periodista chilena Mónica Pérez contaba que había coincidido con el hijo de los Reyes eméritos en Georgetown y aseguraba que “el príncipe se sentía contento de poder ir en bicicleta”, también podía salir a comer una hamburguesa sin que nadie se le acercase e incluso le reconociera. Iba con guardaespaldas, pero estaba “feliz” de poder vivir lo más parecido a la normalidad.
Esta etapa universitaria fue para el entonces príncipe a sus 25 años una especie de libertad, tras su frustrada relación con Isabel Sartorius, que acabó huyendo a Londres desolada, mientras don Felipe se marchaba a Estados Unidos con uno de sus mejores amigos, su primo Pablo. Estaba tocado por su ruptura con la que fue su novia de juventud y compartir aquellos años con su primo, que también estudiaba en Georgetown, supuso para él una nueva vida alejada de Zarzuela.
Marie-Chantal conocía entonces a la norteamericana Gigi Howard, una mujer bellísima que había trabajado como modelo y que estudió Ciencias Políticas en la Georgia Southern University. Fue ella la encargada de presentarle al entonces príncipe Felipe a su amiga. Dicen que la conexión fue instantánea entre ambos. Corría el año 1995 y la prensa no tardó en pillarlos juntos.
El 13 de abril de 1995, el anonimato del que disfrutaba el Rey en Washington se esfumó. Un 'paparazzi' llamado Hugo Arriazu les descubrió en la caribeña isla de San Martín. Iban los cuatro, el príncipe Pablo con su entonces novia Marie-Chantal, y el príncipe Felipe con una atractiva joven desconocida que los paparazzi tardaron un par de meses en ponerle nombre. “Fueron a bañarse y salieron agarrados de la mano. Había abrazos y algún que otro beso. Yo no me lo podía creer”, ha llegado a confesar este 'paparazzi' sobre las imágenes de un joven Felipe con la norteamericana Gigi Howard.
Era Semana Santa y el príncipe Felipe había renunciado a viajar desde Washington a Mallorca para visitar a su familia, porque estaba terminando sus estudios. Sin embargo, cuando ya contaba 27 años, lejos de la presión mediática que supuso su ruptura con Isabel Sartorius, don Felipe disfrutaba de su relación con Gigi, con la que se dejó ver por las calles de Manhattan después de la mano, esquiando en las montañas de Colorado y hasta en una visita a Madrid.
Hasta la revista ‘¡Hola!’ dedicó una portada a la nueva “amiga cercana” del entonces Príncipe de Asturias. Las imágenes de esta misteriosa joven alta de ojos verdes causaron un revuelo internacional. Y el 'paparazzi' siguió los pasos del Príncipe hasta Nueva York, donde contrató a un detective que llegó a pinchar el teléfono del piso de Gigi Howard en el Upper West Side.
Hasta ese momento, don Felipe había sido especialmente feliz en Washington, lejos del foco público que en España le tenía vigilado. Carlos Fernández fue el detective contratado por Hugo Arriazu y su padre Santiago (propietario de una agencia de paparazzi). Este detective pronto descubrió la identidad de Gigi Howard, pero eso supuso que cuando Hugo Arriazu se dirigía a la vivienda de la modelo se le cruzó un coche del que bajaron dos personas que le interceptaron.
Era el FBI y fue detenido, acusado de escuchas ilegales. El 'paparazzi' fue condenado en Nueva York a seis meses en Rikers Island, de los que cumplió dos meses y medio tras salir en libertad condicional. Gigi Howard tuvo que subir al estrado, negando en el juicio ser la novia de Felipe de Borbón. El juicio se celebró en agosto de 1996 y quizá ya no lo fuera. Gracias a las negociaciones del Ministerio de Exteriores y de Justicia y a las presiones de la Asociación de la Prensa de Madrid fue liberado, pero con la promesa de no volver a acercarse a ningún miembro de la familia real.
Este viernes, Felipe VI está en Washington, tras entregar junto a la Reina el día anterior las Medallas de Oro de las Bellas Artes en Tenerife. Allí, don Felipe tiene un encuentro a media mañana (hora local) de este 2 de diciembre con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, en la misma sede del FMI.