La infanta Cristina no da puntada sin hilo: los motivos de su presencia en Barcelona

Llegaron por separado y se sentaron juntos, a ratos. La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin coincidieron de nuevo en Barcelona, esta vez en una doble celebración en Palau Blaugrana: partido de balonmano del Barça contra el alemán THW Kiel y homenaje al exjugador Víctor Tomás. La cita duró horas y ambos tuvieron tiempo de saludar y charlar con todos, y sentarse en varias zonas a lo largo de la tarde.

Los exduques de Palma exhibieron el miércoles el buen rollo que mantienen entre ellos de pronto, como si nada hubiera pasado. Hubo sonrisas por doquier. El todavía matrimonio estuvo en Barcelona, tal como adelantó Vanitatis en exclusiva. Ambos se sentaron durante un buen rato, casi codo con codo, con su hijo Pablo entre ambos. Vieron un partido de balonmano en el que además el joven no jugaba.

La infanta Cristina llegó a Barcelona el miércoles para asistir expresamente al homenaje que le iban a hacer a Tomás, colega de Iñaki Urdangarin en el Barça, aunque nunca coincidieron en el tiempo. La Infanta estuvo primero sentada durante un buen rato junto a Lucas Gui Urdangarin, hijo de Ana Urdangarin, la hermana mayor de Iñaki.

Ella marca el camino

Ana Urdangarin es una gran amiga de la infanta Cristina, con quien estuvo además este verano en Estados Unidos en la boda de los hijos de Cristina Urdangarin. Allí pudimos ver imágenes de la Infanta y Ana bailando juntas y pasándolo bien. Porque cada paso que da Cristina de Borbón sirve para marcar el camino que seguirá su relación con su todavía marido.

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S.T.

Viaja a Estados Unidos y demuestra su buena relación con la familia política. Viaja a Barcelona y expone su buena relación con el círculo de Iñaki. Esas buenas relaciones de la Infanta con la familia y los amigos han sido uno de los motivos que han hecho que Iñaki viera amenazada, en algunos momentos, su relación con Ainhoa Armentia.

Porque, como hemos podido ver a lo largo de los meses, Urdangarin y Armentia se ven siempre en soledad, sin amigos o familia alrededor. Poco a poco, todos esos desacuerdos van pasando a un segundo plano y ahora mismo la expareja se lleva bastante bien, sobre todo ante las cámaras.

Sinceridad

Lo cierto es que el miércoles por la noche en el Palau Blaugrana las sonrisas y las charlas de Iñaki y de Cristina, de las que tenemos acreditada información, no fueron de cara a la galería, sino que eran sinceras y reales.

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Lo contábamos esta semana en Vanitatis: la infanta Cristina ha pasado página, según cuentan sus amigos y familiares. Eso sí, sigue luciendo su alianza de casada, un símbolo del que le será difícil desprenderse por sus convicciones. Pero ya no está ni dolida ni devastada, como al principio, cuando supo de la infidelidad Iñaki Urdangarin por la revista 'Lecturas'. Se ha dado cuenta de que el matrimonio se había acabado, lo ha aceptado y acepta la nueva normalidad que mantiene en las relaciones con su todavía marido.

Comida con amigos

Y si doña Cristina aterrizaba el miércoles en Barcelona y se iba el jueves a primera hora de la mañana, Urdangarin llegaba también el miércoles a la ciudad, donde, según dijo a sus amigos, quería ver jugar a Pablo en Barcelona. Pero el joven fue finalmente convovado para jugar la tarde del viernes en el Palau con el primer equipo del Barça de balonmano. Así que no ha habido rastro del exduque desde la ceremonia del Palau Blaugrana, es más, el viernes por la noche, Valero Rivera organizó una cena de Navidad para algunos de los que conformaron el 'dream team' del Barça de balonmano y Urdangarin no acudió.

Lo que sabemos es que pasó la jornada del miércoles de asueto con comilona incluida. A mediodía, en un comedor privado del restaurante Mató de Pedralbes, Urdangarin celebraba una comida con un amigo que no hemos podido identificar. Tras el almuerzo, según avanzaba este medio, el marido de la infanta Cristina se fue al Palau Blaugrana, donde se preparaba la gran celebración.

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Con camisa de mil rayas de color azul y blanco y un jersey de color azul cielo, el todavía marido de la Infanta disfrutó de una comida en un restaurante al que suele acudir cuando visita Barcelona. Quienes se cruzaron con él contaban a este medio que se le veía muy bien, divertido y con muy buena cara. Buena cara también mostraba su exmujer: con un jersey negro de medio cuello y muy sonriente, doña Cristina siguió el partido y la ceremonia posterior muy animada.

La hermana de Felipe VI recién llegaba de la India, donde ha pasado unos días con una agenda llena de citas profesionales y donde quienes la han tratado hablan de una mujer “cálida y simpática”. En declaraciones a Vanitatis, uno de los profesionales con quienes ha trabajado la Infanta en su visita a la India comentaba que “es una persona bien fundada y muy sencilla”.

Con la aparición pública del pasado miércoles, la expareja ha dejado claro que se acabó la tensión y que sus vidas van a seguir unidas para siempre. Porque tienen cuatro hijos y un pasado intenso en común y lo mejor es llevarse bien.