Corinna asegura que la reina Sofía buscó un enfrentamiento con ella en Nueva York

Javier Ayuso, jefe de comunicación de la Casa del Rey, trabajaba intensamente en el documento sobre cómo debían ser los tempos durante la abdicación del rey Juan Carlos I y “hasta los 100 primeros días del rey Felipe, un trabajo apasionante, intensivo”, comenta en el pódcast 'Corinna y el Rey'. En aquel tiempo, cuando el Rey anunció su abdicación el 2 de junio de 2014, todos estaban volcados en sus funciones. La reina Sofía, por ejemplo, mantuvo su agenda pública cuando el monarca dio a conocer su decisión. Era una de las bazas de la Corona: intensificar la agenda de doña Sofía en un momento en el que la popularidad de su marido estaba en horas bajas.

Y esos compromisos la llevaron a Nueva York, donde recibió el premio Path to Peace el 4 de junio de 2014. Aquel viaje aparece en la web de la Casa Real y no hay indicios de que estuviera relacionado con nada extraño... hasta que escuchamos el sexto capítulo del pódcast ‘Corinna y el Rey’. Porque, según la expareja de don Juan Carlos, la Reina y ella se alojaban en el mismo hotel y hasta se cruzaron. Algo insólito. Al menos así lo describe la empresaria alemana, quien recuerda cada detalle con precisión.

Corinna Larsen supo que la Reina se alojaba en el mismo hotel que ella, The Mark, un pequeño cinco estrellas del Upper East Side, e hizo lo indecible para no encontrársela. “Ella y yo ahora nos encontrábamos en un espacio extremadamente estrecho, con dos ascensores para todo el hotel, un pequeño vestíbulo y una entrada una salida, todos los paparazzi estaban fuera y de alguna manera me volverían a culpar. Porque ya me habían culpado de todo y yo estaba como ‘oh, Dios mío, también me van a responsabilizar de la abdicación”.

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Como era el lugar que solía escoger cada vez que viajaba, conocía al servicio y tenía confianza con ellos. Tanta que logró que le dijeran cuál era la agenda de doña Sofía. Y aquel día, el día en el que don Juan Carlos anunció su abdicación, doña Sofía iba a comer en el restaurante del hotel. Así que Corinna quedó con un amigo, el fotógrafo y cineasta Julian Schnabel, en un restaurante cercano.

El teléfono de la empresaria suena insistentemente ese día, amigos que la llaman para informarla de todo lo que sucede en España. Y entre tantas llamadas, una de Schnabel que le sorprende: “Me dice: ‘Adivina quién está en el restaurante’. Pregunto paranoica: '¿quién, quién…? Es Sofía, la Reina'”.

"La esposa traicionada"

Cuando Corinna llegó al establecimiento pensó que si entraba rápido lograría pasar desapercibida, quería evitar un encuentro con doña Sofía, ya que la anterior vez fue más bien un encontronazo. Pero doña Sofía, cuenta Corinna, estaba sentada en la primera mesa del restaurante, como esperando a que ella entrara. “Ella estaba allí con una amiga y me miró fijamente. Cuando entré fue casi como si estuviera buscando un enfrentamiento para decir: 'La pobre víctima, la esposa traicionada el día de la abdicación de su esposo y aquí está la horrible amante”.

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La prensa española que seguía en Nueva York a la Reina logró que hiciera algunas declaraciones sobre la abdicación de don Juan Carlos. Acababa de intervenir en la Asamblea General de la ONU y quiso dar unas palabras sobre lo sucedido en España: “Todo va a seguir igual. La continuidad con mi hijo, que ya está al tanto de todo. No hay ningún problema en el cambio. El cambio va a ser totalmente tranquilo. La continuidad va a seguir con el Príncipe. No va a haber ningún problema. Estamos todos en la misma idea”.

Y Corinna también tiene opinión sobre estas declaraciones: “No parecía haber ninguna emoción, ningún arrepentimiento, ninguna palabra amable para su esposo. Creo que fue premeditado que ella estuviera fuera del país cuando eso sucedió”.

Cita en Londres

En el sexto capítulo del pódcast, Corinna repite varias veces cómo el rey Juan Carlos intentó casarse de nuevo con ella, aunque tilda las proposiciones de matrimonio de “fantasía”. Y habla también de nuevo sobre el regalo de 65 millones de euros, de cómo el Rey intentaba recuperarlos. Una vez abdicó, miembros del equipo del ya exmonarca se ponían en contacto con ella para pedirle ayuda en reservas de hoteles y de aviones privados. Así que Corinna pidió una cita en Londres con el abogado de don Juan Carlos, Dante Canonica, y el propio Rey. Comieron en un restaurante y ella les pidió que le dijeran qué necesitaban exactamente: “Pensé en levantar una bandera roja y decir: ‘Estoy detectando unos movimientos que me incomodan”.

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En aquella comida, según Corinna (siempre y solo según Corinna), don Juan Carlos le dijo: “’Necesito que organices mis vuelos, necesito que le des tu tarjeta de crédito al hotel. Me gustaría que pagaras ciertas cosas que ahora necesito’. Fue muy práctico -dice Larsen-. Hice el regalo y ahora necesito acceder a parte de ese dinero”. Y en ese punto, prosigue la alemana, “Dante Canonica se puso furioso. Y le dijo: ‘Danos una cuenta bancaria a tu nombre a través de la cual declarar ante las autoridades españolas’”. La conversación se zanjó en ese momento: “El Rey estaba sacudiendo la cabeza violentamente y murmurando para sí mismo y dijo: ‘No, no, está bien, lo entiendo, está todo bien’”.

"Asesinadas, desfiguradas"

Fue aquel día, asegura Corinna, cuando ella se dio cuenta de las intenciones del exmonarca, fue cuando decidió romper definitivamente con él. Porque se sintió “en peligro” y tuvo miedo de quien había sido su novio durante años.

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“Cuando una expareja discute se necesitan dos para bailar el tango, pero sabes que esto no ocurre siempre. Hay miles de ejemplos de hombres que no pueden aceptar que su expareja se mude o no quiera estar más con ellos, y las mujeres son asesinadas, desfiguradas, abusadas físicamente. Es un problema enorme y estos casos se cuentan por miles en todo el mundo. Yo estaba lidiando exactamente con el mismo tipo de obsesión con la que están lidiando otras víctimas”.