Doña Letizia en Los Ángeles: nueve viajes oficiales a Estados Unidos (y uno casi secreto)

Nuevo viaje fuera de nuestras fronteras para la Reina, quien estará este lunes en la nueva sede del Instituto Cervantes situada en norteamérica. Esta visita a Los Ángeles suma uno más a la lista de viajes de doña Letizia a Estados Unidos, nueve oficiales hasta la fecha, además de uno no oficial y que tenía que haber permanecido en secreto. Y con motivo de esta visita de dos días a la ciudad californiana -volverá a Madrid tras la inauguración del mates porque tiene más agenda en Madrid los siguientes días-, queremos recordar cómo han sido esos viajes anteriores, que comenzaban en 2004, recién convertida en Princesa de Asturias por su matrimonio con don Felipe.

Fue precisamente el año de su boda cuando doña Letizia pisó por primera vez suelo americano como miembro de la familia real. Lo hacía en octubre: primero, en Santa Fe; y después, en la ciudad que más veces ha visitado desde entonces, Nueva York. Allí lució uno de esos outfits inolvidables de su armario, con una falda bordada de Lorenzo Caprile que imitaba a los mantones de Manila y una camisa blanca de satén cruzada. Un look radicalmente opuesto a los últimos estilismos que le hemos visto en el país, donde también ha demostrado cómo ha cambiado su gusto y la forma de vestir.

Misma ciudad, cinco años después. Los Reyes viajaron hasta la Gran Manzana en marzo de 2009, con una parada en la Biblioteca Pública, con el objetivo de promocionar el español. Una visita en la que doña Letizia se mostró entusiasmada, ya que se unieron dos de sus grandes pasiones: la literatura y la historia. Allí pudieron tener acceso y contemplar algunos documentos únicos, como la carta que le envió Cristobal Colón en 1493 a Luis de Santangel para informarle del descubrimiento del Nuevo Mundo.

Hubo que esperar más de dos años para volver a verlos en Estados Unidos y Nueva York, aunque desde 2012, año de su siguiente visita, han sido prácticamente anuales, por diferentes motivos. En el de 2012, además de pisar la Gran Manzana, también visitaron Boston y Nueva Jersey, todo como parte de pequeña gira. Durante ese viaje, don Felipe y doña Letizia también tuvieron agendas por separado y pudimos ver a la entonces Princesa de Asturias en la inauguración de un colegio bilingüe, además de participar en un almuerzo con personalidades como el cocinero José Andrés, el pintor Hugo Fontela o la científica Lucía Regales.

Pero ocurrió en 2013 uno de los viajes más importantes que hicieron a Estados Unidos. Aún no había la mínima sospecha de que el año siguiente se convertirían en reyes, así que lo hicieron como Príncipes de Asturias, pero con la sombra de los problemas de salud de don Juan Carlos y ya alguna que otra polémica acompañándoles. Fueron varios días en los que visitaron ciudades como Miami, Palo Alto, San Carlos o Los Ángeles, donde doña Letizia vuelve este lunes. Ya entonces se veía un cambio en los estilismos de la actual Reina, que tuvo que llevar una maleta bastante abultada para las diferentes citas que tuvo en la semana que duró su visita a California y Florida. Para el recuerdo, el vestido con la espalda transparente y con bordados que llevó la Princesa en una cela de gala.

Nos vamos al año siguiente, 2014, el mismo en el que don Felipe asumió el trono y doña Letizia empezó un camino propio, trabajando en una agenda individual y personalizada, acentuando su labor en los temas que más le preocupaban y por los que se preocupa desde entonces. Fue en el mes de septiembre cuando viajaron de nuevo a Nueva York para asistir a la Cumbre sobre el Clima 2014 y a la apertura del Debate General del 69º Período de Sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas.

Fueron dos días en los el Rey estuvo muy ocupado, interviniendo en ambos foros y manteniendo reuniones bilaterales con otros jefes de Estado, aunque la Reina también se unió a algunos actos, como un encuentro con el entonces Secretario General de la ONU y su esposa, así como el desayuno y la recepción que ofrecieron a los jefes de Estado y de Gobierno participantes. Además, a doña Letizia se la vio junto a la reina Máxima de Holanda, ambas escuchando atentas las diferentes intervenciones.

Unos meses después, veíamos a los Reyes por primera vez en la Casa Blanca. Sus anfitriones, Michelle y Barack Obama, los recibieron en su hogar, dando lugar a imágenes históricas. Fueron también varios días de gira, en los que don Felipe y doña Letizia visitaron Washington DC con diferentes paradas: Maryland, atendiendo al trabajo que hace la Reina con la Asociación Española contra el Cáncer, o Virginia, para luego volver a Florida, solo dos años después de su primera visita. Allí estuvieron en Miami, donde participaron en la inauguración del Festival de Cine Español, y San Agustín.

Y volvieron a Estados Unidos en septiembre de 2016, casi una tradición, puesto que estuvieron dos días en Nueva York -otra vez- para participar en la Reunión de Alto Nivel sobre Refugiados y Migrantes y de la Apertura del Debate General del 71º Período de Sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas, que siempre se celebra aproximadamente en las mismas fechas. Esta vez sí, también la reina Letizia tuvo un papel destacado como Embajadora Especial de la FAO, un cargo que asumía en 2015. Así, asistía a una reunión con el director general de la organización. El viaje acabó con la recepción que ofrecieron en un hotel de la ciudad el presidente Obama y su esposa para los jefes de Estado y de Gobierno que habían participado en la cita internacional.

Meses después, en junio de 2019, visitaban de nuevo la Casa Blanca, aunque esta vez con los Trump como anfitriones y con una diferencia con su anterior visita, ya que su gira por Estados Unidos no comenzó en Washington, sino que concluyó allí. Primero, visitaron Nueva Orleans (Luisiana) y San Antonio (Texas), y no fue hasta el último día de su viaje cuando tuvo lugar la foto de don Felipe y doña Letizia con Donald y Melania Trump.

Tenían que haber vuelto en 2020, pero la situación de pandemia paralizó todos los viajes internacionales. Así que tenemos que esperar para una tercera visita de los Reyes a la Casa Blanca. Pero lo que sí ha habido en este 2022 es un nuevo viaje de doña Letizia al país, concretamente el pasado septiembre a Nueva York. Y por las fechas y la ciudad, además de que ha sido muy comentado, queda claro que fue en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Viajó como defensora de la salud mental de la infancia y la adolescencia de la mano de Unicef, de la que es presidenta de honor en España desde 2014.

Fueron dos días con varias reuniones de alto nivel e importantes intervenciones en los que también hubo hueco para la investigación contra el cáncer, otra de sus grandes preocupaciones. De ahí que el segundo día de su estancia mantuviera un encuentro con investigadores españoles en materia de lucha contra la enfermedad en el Instituto Cervantes de Nueva York. La esposa de Felipe VI culminaba su agenda en el Centro de Investigación en Cáncer de la Universidad de Columbia para participar en el acto central del Día Mundial de la Investigación en Cáncer, donde estuvo acompañada de la primera dama, Jill Biden.

Y hasta aquí viajes oficiales. Porque también los ha habido privados. Estamos seguros de que han sido varios, pero fue uno en especial el que trascendió, a pesar de que, por su naturaleza, tenía que haber sido secreto. Fue en 2018, poco después de que los Reyes regresaran de su visita a Estados Unidos. El rey Felipe se quedaba en Madrid, pero la reina Letizia volvía a cruzar el Atlántico. ¿El motivo? Acompañar a sus hijas al campamento de verano en el que la princesa Leonor y la infanta Sofía pasaron parte del mes de junio y julio.

Aunque no se supo nada de esta estancia, sí pudimos desvelar en Vanitatis algunos detalles del vuelo que tomaron con destino Nueva York. La hora de salida, que se produjo con un pequeño retraso que nada tuvo que ver con ellas e incluso saludaron al comandante de la aeronave. Viajaron en business, con dos miembros de su equipo de seguridad cerca de ellas. A su llegada a Nueva York pasaron por el control de inmigración reservado a los visitantes especiales. Una vez en territorio norteamericano, ningún español que viajaba en el mismo vuelo las volvió a ver. Del equipaje se encargaron los escoltas. Y de la noticia de que las niñas estaban en un campamento, nada se supo hasta una semana después, cuando la propia Casa Real lo hizo público.