María Teresa de Luxemburgo, de nuevo en el punto de mira: acusada por una trabajadora
Tras el informe Waringo, que puso de relieve algunos problemas en la corte, una colaboradora ha acusado a la gran duquesa de presunto "abuso"
Corría el año 2020, antes de la pandemia, cuando se publicó el informe Waringo, un estudio realizado a petición del primer ministro luxemburgués, Xavier Bettel, para conocer los entresijos de palacio. Fue Jeannot Waringo, exdirector de la Inspección General de Finanzas, el encargado de realizar este informe que no dejaba en muy buen lugar a la gran duquesa.
Destacaba Waringo el hecho de que 52 trabajadores, de los 110 que tiene la corte, habían dejado sus puestos en la institución. "Hay signos que no son engañosos. Noté, ya sea correcta o incorrectamente, que la alegría y el humor eran raros en las discusiones y charlas entre colegas. Todos son cuidadosos y sopesan sus palabras", describía.
Con la llegada del coronavirus, Waringo quedó en el pasado, y aunque se cambiaron cosas dentro de la corte, como el hecho de que María Teresa no pudiera tomar decisiones sobre el personal, ahora la gran duquesa vuelve a estar en el punto de mira por su supuesto caso de "abuso", tal como informa el diario 'D'Lëtzebuerger Lan'.
Una antigua trabajadora ha denunciado haber sufrido presuntos malos tratos por parte de la esposa del gran duque Enrique. Una situación que un portavoz de la Casa Real ha descrito como "un incidente aislado" que es "lamentable y absolutamente inaceptable".
Esta nuevo acusación contra María Teresa llegó a oídos del primer ministro en noviembre, quien no dudó en preguntar acerca del asunto al mariscal de la corte, Paul Dühr. Bettel ya ha demostrado en más de una ocasión su preocupación por todo lo que ocurre dentro de las paredes del palacio de Berg, sobre todo aquello que tiene que ver con sus empleados. De hecho, Jacques Flies, secretario general del Consejo de Gobierno y representante estatal en el comité de coordinación de la Casa del Gran Duque, ya se encuentra estudiando el caso para determinar qué ha ocurrido y si verdaderamente se ha cometido un delito de abuso.
Se desconocen pocos detalles de la acusación de esta colaboradora, aunque no es la primera que alza la voz para denunciar algo parecido. Hace unos años, Jacqueline recurrió a los periodistas para que se hicieran eco de sus quejas y el maltrato sufrido.
Trabajó directamente para la gran duquesa durante 14 años. La había contratado para vestirla y cuidar sus prendas al detalle, pero después de un enfrentamiento entre las dos, Jacqueline fue desterrada a la lavandería del palacio. Esto la molestó, según relató ella misma al diario 'Le Quotidien', pero lo peor llegó cuando, a poco de su jubilación, fue despedida y acusada de “insubordinación obvia y reiterada, creando una atmósfera caótica entre el personal” de la duquesa.
La empleada acusó a su jefa de acoso constante y humillación, de cambios de humor permanentes que le hacían prácticamente imposible cumplir sus labores. “Cambiaba sus órdenes cada minuto, yo ya no sabía qué hacer”, aseguró Jacqueline, que luego resultó no ser la única que había sufrido las órdenes de la 'señora'. Era un escándalo que afectaba a la mitad del personal.
Bettel optó entonces por dar un golpe en la mesa porque debía rendir cuentas ante los ciudadanos sobre los más de 7 millones de euros de impuestos de los contribuyentes que se gastaban anualmente en los empleados de los duques de Luxemburgo. Llamó a Jeannot Waringo, ex alto funcionario del Ministerio de Finanzas, y lo envió a la corte para realizar el citado informe. Ahora queda por saber qué ocurre con esta nueva acusación y si hay consecuencias para la gran duquesa.
Corría el año 2020, antes de la pandemia, cuando se publicó el informe Waringo, un estudio realizado a petición del primer ministro luxemburgués, Xavier Bettel, para conocer los entresijos de palacio. Fue Jeannot Waringo, exdirector de la Inspección General de Finanzas, el encargado de realizar este informe que no dejaba en muy buen lugar a la gran duquesa.