El regalo de lujo de la princesa Victoria a su hija Estelle que enfada a los suecos

La familia real sueca está disfrutando de unas apacibles fiestas navideñas. Con Magdalena de vuelta al país, los reyes han podido pasar tiempo con sus ocho nietos. Victoria y Daniel han tenido especial protagonismo estos días, primero por su christmas, un tierno vídeo en el que la pareja y sus hijos visitaban la Ópera de Estocolmo y se disfrazaban con los ropajes y pelucas que se usan, y después cumpliendo con una tradición, el mismo día de Nochebuena, de hacer una visita a algún sector de los que no pueden tomarse libres los días festivos porque buena parte de la población depende de ellos.

Este año, los elegidos fueron los trabajadores de un centro de transporte. Victoria, Daniel, Estelle y Oscar visitaron las instalaciones y recibieron explicaciones de cómo se trabaja en estos días de Navidad. Todo fueron sonrisas; sin embargo, una vieja historia ha empañado las fiestas de la pequeña familia. Y son las críticas que ha recibido la princesa heredera por un lujoso regalo que le hizo a su primogénita y que alcanzó 100.000 coronas suecas, unos 11.000 euros. Una cifra que se considera desproporcionada para una niña pequeña.

Ha sido el medio 'Svensk Damn' el encargado de recuperar una historia que parecía olvidada, pero que sigue sentando mal a muchos ciudadanos del país. Y es la costosa remodelación de una casa de juegos, que se encuentra en el recinto del palacio de Haga, la residencia a la que se mudaron la princesa Victoria y Daniel tras su boda en 2010. Fue en 2016 cuando Victoria decidió que era hora de reformar esa casita, pintada de rojo con detalles blancos, en la que años atrás tanto habían jugado sus tías paternas -Margaretha, Désirée, Birgitta y Christina-, conocidas como las princesas de Haga, durante la década de los 40.

La heredera quería que Estelle pudiera hacer lo mismo, pasar tiempo en aquella casita, por lo que contrató a los mejores expertos, que trabajaron durante un mes en devolver el esplendor al lugar, adecuándolo para que la princesita jugara allí sin problemas, unos juegos a los que después se uniría su hermano menor, el príncipe Oscar. La factura, como mencionábamos, ascendió a 117.000 coronas suecas. La política de transparencia de los Bernadotte obligó a que esa suma se diera a conocer al público, que no dudó en criticarla.

El problema es que ese dinero no salió de su bolsillo, sino de la Agencia Sueca de la Propiedad. "Por supuesto que el dinero de nuestros impuestos debe usarse para algo significativo, cuando hay niños muriéndose de hambre en el mundo”, podía leerse en las redes sociales. "Es demasiado dinero", aseguraba otro usuario. Ahora que la historia ha vuelto a primera plana, los comentarios van por ese mismo estilo.

“El hecho de que la casa se conservara exactamente como era hizo que la remodelación fuera costosa. La casa de juegos está protegida como un monumento estatal y se menciona específicamente en el programa de atención y, por lo tanto, también se requiere un cuidado especial que una casa de juegos común no puede recibir”, comentaba Åsa Carlberg, secretaria de prensa de la Agencia Sueca de la Propiedad.

No es la primera vez que a Victoria se la cuestiona por sus decisiones con el dinero. Antes de mudarse a Haga, la princesa reformó el palacio entero por 4,5 millones de euros, pero los gastos continuaron una vez instalados en la casa. Durante los últimos cinco años se han seguido introduciendo mejoras como la instalación de paneles solares, que costó 38.000 euros, y cargadores para coches eléctricos, cuya factura sobrepasó los 4.000 €.

Para terminar con la larga lista de reformas que se han acometido en el palacio de Haga para acondicionarlo totalmente, hay que incluir un nuevo camino de grava hacia el puente que hay en la propiedad que Victoria y Daniel también hicieron trazar y que costó alrededor de 8.000 euros y la renovación de la terraza que se realizó entre la primavera de 2019 y 2020 y que alcanzó los 135.000 €. Hubo que derribar toda la superficie y reconstruirla con nuevas capas impermeabilizantes.